Posts written by †‹ELIANN›†

  1. .
    Gogeta frunció las cejas mientras intentaba meditar, sus pensamientos interrumpidos constantemente por un intruso presuntuoso que se pavoneaba por su mente como si fuera su dueño haciéndole apretar los dientes de la irritación al no poder tener el debido entrenamiento.

    —Sr. Gogeta ¡Sr. Gogeta! —Le escucho gritar a un ogro que vino corriendo a su encuentro lo más rápido que podía con la respiración entrecortada exclamo — ¡malas noticias en la sección este! ¡Necesitamos de su ayuda! ¡Se han descontrolado!

    La fusión hizo una mueca mientras se levantaba de su posición, siempre eran malas noticias, constantemente necesitaban de su ayuda ¿Cómo había logrado subsistir el infierno sin ser controlado por las almas malvadas antes de que él existiera? No lo comprende.

    Los ogros estaban luchando fuertemente con un grupo de almas malvadas aunque algunos ya habían caído durante la batalla retrocediendo más y más a cada segundo, pudo reconocer a los causante del asalto era Ginyu junto a sus compañeros liderando un grupo de los condenados al inframundo

    — ¡Jajá! ¡Esto ha sido muy fácil! Pronto nos haremos con el control de este lugar ¡encontraremos al gran Freezer y reinaremos sobre el infierno! —Se rio el capitán Ginyu mientras Gogeta rodaba los ojos, sabía que tenía que tener cuidado con la habilidad del hombre de cambiar de cuerpos —

    —Creo que eso no será posible su redada termina aquí.

    — ¿Quién demonios se supone que eres tú? —Gruñó Ginyu mientras los demás se colocaban en posición de batalla —

    —Su peor pesadilla —Contestó para lanzarse al ataque, fue realmente fácil atacando a Ginyu con la guardia baja para dejarlo inconsciente y luego proceder con el resto, sus cejas se fruncen cuando termina no puede considerarlo como un calentamiento mientras escucha a los ogros alabar su poder de batalla, a este paso luchando con seres tan débiles él mismo no avanzara y nunca podrá alcanzarlo —

    A su mente vuelven esos pensamientos inoportunos acompañados de una sonrisa burlona que le reta a enfrentarlo, siente una extraña comezón en la garganta para toser expulsando aquello que le causaba irritación sorprendiéndose al observar un pétalo, ¿Desde cuándo? No recuerda haberse comido ninguna flor, decide no prestarle demasiada atención para comenzar a ayudar a los ogros a colocar a las almas malvadas en su penitencia, esperando que decidieran quedarse allí.

    Se ha acostumbrado al infierno es donde nació, sin embargo tiene recuerdos de un sitió mejor, de una familia que no es suya y de unos amigos que no ha conocido, uniéndose, mezclándose con su ser presentando recuerdos que no le pertenecen pero de alguna forma lo hacen, medita en lo extraño que es ser una fusión, su existencia debió durar solo treinta minutos pero aún sigue allí, como una entidad propia sin vida con la capacidad de discernir sobre si mismo.

    — ¡hey! —Se sobresalta al observar a su contraparte aparecer enfrente de él, la fusión potala está tan animada como siempre —Hace tiempo que no nos vemos ¡Estás listo para un entrenamiento!

    —Tch, más te vale que sea una buena pelea —Contesta levantándose mientras le promete que sí, lo será—

    Vegetto jamás le ha mentido sus batallas son siempre fuertes peleando hasta el cansancio con nudillos rotos junto con algunos huesos, mientras siente la adrenalina recorrer su cuerpo por la acometida de un fuerte rival que hace mover todos los puntos buenos estimulando su lado guerrero a consolidarse para ser mejor cada vez.

    Está tirado en el suelo, sangrando tomándose sus costillas maltratada posiblemente rotas, hace una mueca por el dolor que recorre su cuerpo maltrecho mientras intenta colocarse de pie, su pecho se ha apretado y no entiende porque se siente asfixiado mientras comienza a toser notando que ha escupido más pétalos que la última vez de ese color amarillo brillante con tonos anaranjados.

    —Eso fue un grandioso calentamiento —Puede sentirlo levantarse mientras él aún está tirado intentando reponerse, enojado y humillado por sus palabras —

    —bastardo, presumido. —Gruño apoyándose en sus codos obligando su cuerpo a incorporarse —

    — ¿Qué? —Ha volteado a mirarle mientras la fusión Metamoran se alza con piernas temblorosas —

    — ¿Calentamiento? ¡¿Solo soy un maldito calentamiento?! —Exclama indignado por las palabras de su acompañante —

    —Si eso te molesta deberías hacerte más fuerte ¿no lo crees? —Se burló de él mientras la fusión se enojaba más —

    Gogeta le grito que se largara mientras se retiraba a paso lento dándole la espalda pretendiendo caminar lo más orgulloso posible luego de semejante paliza su pecho se apretó no sabía si era indignación o aborrecimiento, odiaba comprender que era insuficiente para la otra fusión, sintió ese cosquilleo en su garganta que le hizo toser arrojando más de esos pétalos.

    Ha transcurrido una semana desde su calentamiento con Vegetto, sus heridas no duraron demasiado una de las ventajas de ya encontrarse muerto al igual que su energía ya repuesta, recordarlo le hace enojar mientras suelta un grito de impotencia golpeando a una formación rocosa haciéndola pedazos repitiendo la acción hasta que solo quedo un puñado de piedras sueltas.

    No comprendía que era lo que le ocurría y eso lo irritaba aún más, ¡¿Por qué él siempre invadía su mente?! Odiaba el momento en que su contraparte se atrevió a colocar un pie en el infierno retándolo a pelear, ya que según él era el único oponente digno con el que podía luchar, al ser ambos fusiones de Goku y Vegeta.

    — ¿Aun estás enojado? —Gogeta soltó un gruñido profundo mientras la otra fusión aparecía detrás de él —

    — ¡largo! —Le grito encarándolo — ¡Vete a pelear con alguien más que no sea un simple calentamiento!

    —Yo…uh, quería disculparme —menciono mientras se sobaba detrás del cuello reconociendo que ese era un gesto típico de Goku —Realmente no eres un calentamiento, nuestras peleas son grandiosas.

    —“no lo suficiente” —pensó —“no soy lo adecuadamente bueno para ti” —Aquella reflexión le hizo jadear queriendo borrarlo de su mente —Vete.

    — ¡oye! Estoy hablando enserio, no seas un amargado ¡sí! Realmente no quise que sonara de esa manera ¡No creas que intente ofenderte porque no lo hice! considero que eres un. . .

    — ¡No intentes endulzarme con palabrería insulsa! —Le interrumpió— ¡Eres la gran fusión potala! ¡¿No?! ¡Qué harías comparándote con una fusión como yo! una vil fusión mortal comparada con la fusión de los dioses es patético, ¡Vete a salvar la galaxia o que se yo! no me molestes.

    — ¡Ah! ¡Eres un cabeza dura! ¡Estás donde mereces! —Protestó sacándole la lengua para luego desaparecer usando la teletransportación—

    Aquellas palabras lo golpearon ¿pero que dijo que no fuera verdad? Está en el infierno y es él sitió que a obtenido no conoce nada mejor que ese lugar, suspiro sintiendo enojo consigo mismo, notó un ardor que avanzo desde su estómago subiendo hasta parecer quemar su garganta la cual picaba comenzando a carraspear ansiando eliminar la incómoda sensación, su sorpresa fue grande al percibir que no era como las veces anteriores, está vez escupió una flor pequeña completamente formada salpicada con sangre

    — ¿Qué demonios? —Expreso, ya no podía seguir ignorándolo o dejándolo a un lado, eso de andar tosiendo flores no es algo natural —

    Solo podía pensar en una sola entidad para resolver sus incertidumbres, llevo dos dedos a su frente concentrándose en su ki para usar la teletransportación, King Kai se encontraba paseando en su planeta junto a sus mascotas para sorprenderse ante la repentina aparición de la fusión soltando un grito de asombro.

    —oh, eres tú, pensé que sería el cabeza dura de Goku que vino a usar mi planeta como gimnasio de nuevo.

    —También es bueno verte, King Kai —Saludo, él nunca había visto a Goku o en su defecto a Vegeta, se sentiría extraño de todas maneras de alguna forma cree que no pertenece allá y sabe que no lo hace a pesar de que a veces pretenda que si —Discúlpame si está no es una visita social pero quería consultarte sobre una duda que tengo.

    — ¿ocurre algo? —inquirió observando la expresión seria de la fusión —

    — ¿Es normal que las fusiones escupan flores? —La pregunta sonaba ridícula lo sabía pero era lo que estaba ocurriendo —

    —Mh, no conozco mucho sobre las fusiones pero me parece que no es algo que debería ocurrir —Señalo— ¿Has estado tosiendo flores?

    —Desde hace algunas semanas he estado tosiendo pétalos pero hoy, tosí una flor —Menciono mostrándole la flor amarilla de tonos anaranjados que parecía brillar en su mano—

    —Vaya, es una flor de Sadala.

    — ¿De Sadala?

    —El planeta original de los saiyajin tenía una muy hermosa vegetación mucho antes de explotar, está en particular se daba en sitios elevados e inaccesibles para cualquiera, una flor fuerte que crecía en la hostilidad. —Contestó —una de las pocas cosas que tenía significado para tu especie.

    — ¿Enserio? —Comentó sorprendido mientras King Kai asentía parecía contento de explayarse sobre el conocimiento que poseía de otros seres —

    —Según tengo entendido esta flor la regalaban cuando estaban cortejando a una posible pareja, para una raza guerrera como lo eran los saiyajin era su forma de decir mi amor es fuerte y crece en lo hostil al igual que te amaré aun después de mi muerte.

    — ¿pero porque las estoy tosiendo? ¿Acaso toseré todo el ecosistema de Sadala? Porque eso no tiene mucho sentido.

    —Me temó que yo no puedo darte esa respuesta, deberías ir con el supremo Kaio Shin, él puede ayudarte —Gogeta hizo una mueca ante tal información sabiendo que no solo los supremos Kaio habitaban ese planeta si no también la fusión potala—

    —Gracias por todo King Kai —Se despidió llevando dos dedos a su frente pare aparecer en el planeta supremo por suerte no sentía a Vegetto cerca a diferencia del mundo anterior este era enorme y la fusión podía encontrarse a kilómetros de distancia en algún lugar, agradecía ese hecho —

    —Sr. Gogeta ¿A que debo su presencia? —Pregunto extrañado el supremo Kaio Shin luego de recomponerse de su desconcierto inicial, se encontraba tomando el té junto a Kibito y Gosen —

    —Lamento mi interrupción—Contestó —pero necesito que me ayuden con una cuestión que me ha estado inquietando últimamente.

    — ¿ha ocurrido algo malo en el infierno? ¿Un enemigo poderoso ha aparecido acaso? —Indago el anciano —podemos enviar a Vegetto si necesitas de él.

    —No, nada de eso, puedo encargarme de las cosas ocurridas en el infierno sin ningún problema—Respondió conteniendo su mal temperamento al sentirse ofendido de que lo creyeran lo suficientemente débil como para necesitar de la ayuda de su contraparte —Hace un mes atrás comencé con una sensación de picor en mi garganta y al toser expulsaba pétalos, hoy ha sido distinto —Comentó mientras le mostraba la flor —Está flor fue lo que salió, King Kai menciono que pertenece al planeta Sadala pero no creo que sea natural que una fusión tosa las flores nativas de su planeta.

    —Ciertamente no es algo natural —Expone Kibito mientras Gosen toma un sorbo de su té, la expresión del supremo Kaio Shin es bastante seria incomodándolo —

    —me parece que se trata del Hanahaki.

    — ¿Hanahaki? —Enarco una ceja ante su confusión —

    —Por los síntomas que me ha descrito me temó que es eso Sr. Gogeta —Suspiro para proseguir —Por sus actos tan atroces los saiyajin fueron malditos con el Hanahaki es un padecimiento que consiste en que el enfermo desarrolla flores en sus pulmones debido a un amor unilateral al no ser correspondidos la flores comenzaran a crecer e ir en aumento hasta asesinar al usuario por asfixia, muy pocos saiyajin sobrevivieron a esta maldición.

    —Entonces no hay problema porque ya estoy muerto.

    —Me temó que no es así, el Hanahaki seguirá su curso hasta acabar con su existencia, lo siento mucho Sr. Gogeta —Se disculpó el supremo Kaio Shin dejando perplejo a la fusión —

    —Puedo ayudarte a sanar —Habló Gosen haciendo que Gogeta le mirara —tengo que advertirte que en el proceso perderás los sentimientos por esa persona de la que te has enamorado sin tener oportunidad de recuperarlos.

    Gogeta guardo silencio mientras sentía su garganta apretada queriendo controlar el flujo de emociones confusas que se había vuelto en un instante, primero entregándole la información sobre que estaba enamorado cuando él no se había percatado de esto, realizando el segundo ataque sorpresivo de no ser correspondido.

    —Pareces muy aturdido —Menciono el anciano al observar su perturbación —Apenas está empezando así que puedo darte un tiempo para que lo deliberes, mi recomendación es que no deberías negarte, perder un guerrero como tú que se encarga de las almas malvadas sería terrible para el infierno.

    —Gracias por aclarar mis dudas, tomaré mi tiempo para considerarlo —Respondió —Por favor no le digan nada de esto a Vegetto.

    — ¿por qué?

    —Por favor, solo no se lo digan —Insistió, le preocupaba que Vegetto creyera que era mucho más débil por enamorarse, el solo hecho de pensarlo hacia que su pecho se apretara disgustándolo, los supremos Kaio no entendían aquel pedido tan extraño pero accedieron aun si no lo comprendían, se despidió regresando al infierno antes de que como una invocación la fusión potala decidiera aparecer en su presencia —

    Al regresar al infierno se sintió agotado como si el hecho de usar la teletransportación hubiera consumido toda su energía sabía que no era así, dejo escapar un largo suspiro sentándose entre algunas rocas aspirando meditar sobre todo lo que estaba ocurriendo a pesar de que no quería procesar lo que estaba pasando o sintiendo, era duro de considerar en que en su muerte, se estaba muriendo ¿Existe algo más después de la muerte? Si es así ¿Qué es? Tampoco es reconfortante saber que a diferencia de Goku que casi muere por una enfermedad del corazón, él se estaba muriendo por una enfermedad que creaba flores en sus pulmones, tal vez se lo merecieron pero era irónico que una raza orgullosa y guerrera como los saiyajin murieran de una enfermedad por amor no correspondido.

    Los dioses sí que sabían ingeniárselas en sus maldiciones.

    Abordo el repasar todo desde que había iniciado su floreciente problema, primero Vegetto estuvo rondando en su cabeza durante largo rato sin dejarle entrenar y ahora. . .

    Como si se tratase de un golpe de aquellos que te dejan momentáneamente aturdido y con la visión borrosa lo notó, se percató de ello soltando maldiciones mientras se decía a si mismo que no podía ser verdad ¡¿De todos los seres existente en el universo por qué de él?! ¡¿Por qué de su contraparte?! ¡¿Por qué de Vegetto?! ¡¿Qué tenía el cosmos en su contra como para jugarle un chiste tan macabro como ese?!

    Reflexionando todo lo que acontecía con cabeza fría, no podía evitar pensar que era natural que eso pasara, Vegetto era uno de los seres con quien más convivía cuando tenía la oportunidad, la mayoría del tiempo estaba solo en el infierno hasta que la fusión potala lo visitaba para luchar o lanzar una larga perorata sobre todo lo que le había ocurrido, Vegetto suele ser muy parlanchín a diferencia de él, le gusta hablar cuando tiene sus visitas sociales y no para saciar el instinto saiyajin de combatir con un buen oponente, le gustaba escucharlo hablar sobre sus visitas a las distintas galaxias deseando también participar en esas batallas aun a sabiendas que eso no era posible o permitido.

    La manera en que lo miraba había cambiado de una persona molesta que venía a interrumpir su tranquilidad a alguien a quien deseaba tener a su lado para pasar el rato, poco a poco la imagen de él se fue transformando hasta que comenzó a aparecer en sus pensamientos más seguido invadiendo cada rincón mientras comenzaba a sentirse más insignificante por no ser lo suficiente para él, quería cada vez volverse más fuerte para que Vegetto lo siguiera visitando.

    Pero sus visitas habían disminuido y lo sabía ya no era lo suficientemente entretenido, sus batallas ya no eran grandes o espectaculares él solo era un calentamiento.

    La tristeza lo inundo, había querido evitarlo a veces la evasión es una aliada para no percatarse de la realidad pero mientras se sumergía más en ese tumulto de emociones para metafóricamente abrirse ante la verdad no podía ignorarlo, queriendo desconocer que lo único que poseía era lo que lo estaba exterminando.
    Desde su aparición en el páramo estéril que era el infierno no ha poseído nada más que sus ropas, no tiene un lugar a donde regresar o quien lo espere, al cerrar los ojos las memorias de familias agradables, amigos, hijos y deliciosa comida aparecen pero sabe que no son suyas, no es el lugar al que pertenece llenándolo de un vacío, no ha sentido nada más suyo que su propia fuerza y ahora los sentimientos que contiene esos que lo estaban llevando a su propio fin.

    Tres días después mientras se encontraba meditando logro captar la energía de Vegetto aparecer, el hombre no se movía de su lugar y parecía nervioso de hacerlo, Gogeta soltó un largo suspiro mientras salía de su posición de meditar abriendo los ojos para observarlo oscilar incomodo en su sitio.

    —Ya no estoy enojado —Habló, el hombre le escucho con sorpresa para luego regalarle una sonrisa enorme y brillante sacudiendo sus emociones —

    — ¡Qué bien! porque te he extrañado —Contestó acercándose hasta sentarse junto a él —Ha sido tan aburrido últimamente, las semanas pasadas que no pude visitarte había tenido muchas ocupaciones pero ahora es como si todo se hubiera calmado y es bueno porque puedo pasar tiempo contigo, no digo que no me guste pasar tiempo con los supremos Kaio pero ellos tienen sus cosas que hacer y no es como que yo les entienda mucho realmente.

    —. . . —Ante la información de que no había podido pasar tiempo con él debido a sus ocupaciones se sintió mal de pensar que era porque ya no era tan fuerte como antes o no tanto como él —¿Y qué has hecho?

    —Nada importante además de observar crecer la humanidad, el supremo Kaio Shin quiso animarme y me hablo sobre un tipo llamado Moro que está encerrado en la prisión de la patrulla galáctica según fue un enemigo formidable que absorbía la energía de planetas enteros para volverse poderoso pero que el Gran Daio Kaio Shin selló sus habilidades — Expresó —me pregunto si será un enemigo fuerte en realidad porque yo solo lo veo como un viejo moribundo. ¿Y tú? ¿Algo interesante que hacer en el mundo de los penitenciados?

    —Descubrí en que parte del infierno se encuentra Freezer —Contestó con una sonrisa —

    — ¿oh? Debe ser el sitio más terrible y lúgubre del infierno.

    — ¿Quieres ver? —Comentó ante la expresión divertida de Gogeta su acompañante asintió levantándose para volar sobre los páramos estériles del infierno hasta llegar a una zona distinta, Gogeta comenzó a descender mientras Vegetto se sentía extrañado por todas las flores y árboles que había en el lugar soltando un aroma dulzón y pacífico, ¿ellos seguían en el infierno? ¿O se encontraban en alguna parte del paraíso? Comenzó a escuchar apacibles cantos para que Gogeta lo acercara a un árbol enorme señalándole a una de las ramas donde se encontraba un pequeño capullo que era rodeado por distintas hadas flotantes cantando y danzando girando en su felicidad absoluta alrededor del capullo que se retorcía del disgusto —

    No pudo evitar soltar una risotada al ver en donde había terminado el emperador del mal ¡claro! ¡Qué mejor sitio para torturar a Freezer que ese! Siendo rodeado de hadas cantarinas, paz y dulces aromas, Emma Daio sí que era ingenioso con sus castigos, Gogeta observo su risa para también divertirse, tenían los recuerdos de Vegeta así que ver a Freezer en ese estado les era hilarante, se divirtieron un rato viendo a Freezer retorcerse en su disgusto mientras ambos hablaban sobre las memorias de Vegeta que tenían sobre el emperador del mal, transcurrieron alrededor de quince minutos para que decidieran alejarse del lugar.

    — ¿Quieres entrenar? —Pregunto Vegetto para recibir una respuesta negativa por parte de Gogeta —me dijiste que ya no estabas enojado.

    —No lo estoy.

    — ¡¿Entonces por qué no quieres pelear?! Vamos te dejo ganar —Gogeta le miro molesto por eso —Oh, vamos te enojas si te gano y te enojas si te dejo ganar, realmente no te entiendo. —Se cruzó de brazos mientras Gogeta rodaba los ojos —

    —No me enoja que me ganes, me frustra pero sé que debo entrenar más, no me hagas ganar solo para hacerme sentir mejor eso no me ayuda en nada —comentó —

    — ¡Bien! entrenemos.

    —No —Contestó mientras Vegetto hacia una mueca —

    — ¡pero acabas de decir!

    —Sé lo que dije y la respuesta es no, no voy a entrenar contigo. —Insistió observando la expresión de desagrado de Vegetto para cruzarse de brazos —

    — ¡Bien! ¡Como quieras! —Protestó indignado por su negativa— ¿Entonces? ¿Tienes algo más que mostrar? ¿Una tortura para Ginyu? ¿Cell tal vez? ¿Un lugar interesante que revelar del infierno?

    Gogeta se quedó pensativo para luego asentir comenzando a guiar a Vegetto por los distintos lugares que conocía del infierno, no iba a negar que se divirtió con él hasta que se regresó al planeta de los supremos Kaio, en ese momento sintió una enorme sensación de soledad y la picazón en su garganta aumento hasta comenzar a escupir flores, se percató que cada vez soltaba flores más completas.

    Su pecho se sentía cada vez más apretado generando esa incomodidad constante la soportaba bastante bien, transcurrida una semana Gosen lo llamo, Vegetto estaba ocupado en algún lugar de la galaxia lo cual era bueno no quería que se enterara.

    —Bien, ¿Qué has decidido? —Pregunto el anciano —

    —Mi respuesta es no, no quiero sanar—Contestó —aun si esto lleva a mi fin no quiero acabar con ellos.

    —Eso es absurdo y lo sabes ¿por qué permitirte desaparecer por eso? pensé que ustedes los saiyajin eran más orgullosos ¿perecer por una enfermedad de amor? ¿Estás conforme con que ese sea el fin de tu existencia?

    —Supremo Kaio de las eras pasadas, usted también es una fusión pero a diferencia de mí usted tiene un sitio al cual pertenecer y una misión a la que encomendarse, yo no tengo nada, no tengo un hogar ni alguien que al día de mañana me espere, no tengo recuerdos que me pertenezcan del todo o una misión importante si desaparezco el infierno seguirá su curso, lo único que poseo es mi poder y mis sentimientos. —Suspiro —No quiero perder lo único que tengo.

    — ¿Y qué pasa con Vegetto? —Indago Shin —Si dejas de existir él estará triste.

    —Estoy seguro que sabrá sobreponerse, él es fuerte —Su garganta se sintió apretada e intento soportar el dolor que lo aquejaba —Vegetto no me necesita, él es un guerrero poderoso ya encontrara un buen rival que le dé pelea, es obvio que yo ya no puedo.

    —pensé que ustedes eran amigos ¿no? —Gogeta hizo una mueca asintiendo —deberías quedarte al menos por él.

    Gogeta abrió la boca para hablar pero luego decidió guardar silencio temiendo a confesar que se estaba muriendo por Vegetto, se relamió los labios inseguros mientras Shin le insistía en que permitiera que le sanaran.

    —Ustedes los saiyajin son unos cabezas duras —Expreso Gosen observándolo con una expresión que lo molesto, esa mirada de lastima —Pero si eso es lo que quieres no puedo hacer nada al respecto.

    — ¡pero antepasado!

    —No podemos forzarlo a algo que no quiere, es su voluntad —Se encogió de hombros —no hay nada que hacer al respecto.

    Gogeta agradeció que no le insistieran más para retirarse, al regresar intento soportar un pequeño mareo sabía que su enfermedad estaba avanzando y cada vez era más rápido, si no usaba su ki o alguna habilidad todo estaría bien, cuando luchaba era todo lo contrario, escalofríos, temblores y mareos mientras su pecho se apretaba más causándole dolor, había dejado de entrenar por ello, al darse cuenta que luchando acortaba su tiempo.

    El dolor se hacía cada vez mayor mientras intentaba permanecer fuerte, un día Vegetto apareció en el infierno regalándole una sonrisa de oreja a oreja mientras Gogeta lo observaba como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

    — ¿Salir del infierno? —menciono mientras Vegetto asentía —

    —Estuve negociando con Emma Daio y Uranai Baba, luego de una larga insistencia de mi parte me permitieron darte un día fuera del infierno solo serán veinticuatro horas, es muy poco para todo lo que quiero mostrarte pero creo que será suficiente tal vez el año que viene pueda insistir otro poco y darte dos días libres ¿Eh? —Contestó — ¿Acaso no soy el mejor amigo que puedas tener? —Hizo una mueca ante esas palabras mientras Vegetto le miraba molesto — ¡¿Vamos?! ¿Aun ahora no me consideras tu amigo? ¡Pero que malo! ¡Porque yo si lo hago!

    —Entonces. . . —intento ignorar el dolor en su pecho de saber que Vegetto solo lo veía como un amigo para proseguir —Esto de las veinticuatro horas ¿Cuándo empieza?

    — ¡Vamos con Uranai Baba! —Sonrió Vegetto extendiéndole su mano, Gogeta observo la mano enguantada ofrecida para con indecisión tomarla, para aparecer en el hogar de Uranai baba, hablo sobre las reglas y lo que podía o no podía hacer además del el gasto de energía para mantenerse en el mundo terrenal —

    Cuando todo estuvo listo pudo salir con autorización del otro mundo, Vegetto tomó su mano nuevamente para transmitirlos instantáneamente a un planeta que no conocía no era la tierra pero Vegetto si parecía conocer el lugar, primero fueron a comer a un restaurante este era pequeño comparado con los altos edificios, Vegetto menciono que la comida de ese lugar era muy buena y tenía razón lo era por mucho.

    Disfruto de esas veinticuatro horas paseo junto a Vegetto que le mostro las cosas que le parecían más interesantes de los planetas a los que había visitado, se sentía cómodo a su lado y si algunas veces no se daba cuenta de que tardaba de más en soltarle la mano esto no aparentó incomodar a la fusión potala, al regresar al infierno le sonrió a su contraparte.

    —Fue agradable —Comentó —me divertí bastante.

    —Sí, yo también, esperaré al año siguiente para insistirle hasta hastiar a Emma Daio para que te deje salir —Se burló mientras Gogeta soltaba una risa sabiendo que era capaz de eso y más —bueno…nos vemos, amigo.

    Sintió un dolor profundo en su pecho e intento disimularlo asintiendo, observo como Vegetto desaparecía se tomó el pecho mientras hacía un ruido de asfixia comenzando a expulsar flores que estaban atoradas en su garganta, las lágrimas surgieron saliendo de sus ojos por el dolor, soportando el mareo cayó al suelo de rodillas sin poder mantenerse de pie, temblando mientras ansiaba que todas las flores salieran, pensó que allí seria su final, como empezó todo se detuvo además de un ligero dolor y ardor en su garganta no sintió más, miro hacia las nubes amarillas que hacían de cielo en el infierno preguntándose si los Kaio lo estaban mirando en ese momento mientras casi agoniza, esperaba que no, odiaría verse tan patético delante de ellos.

    Se levantó e intento buscar un lugar para recostarse y descansar, no le quedaba nada de energía sus ojos estaban tan pesados que los cerro mientras todo se volvía oscuridad, despertó cuando dos ogros inquietos comenzaron a llamar su nombre moviéndolo hasta que reacciono.

    —Sr. Gogeta que bueno que despierta, estábamos preocupados por usted —Menciono uno de los ogros —

    —Perdón —Su voz sonó tan ronca que ni él la reconoció —Solo cansado.

    — ¿Realmente se encuentra bien? porque se ve terrible, Sr. Gogeta —él no sabía cuál era su aspecto o por cuanto tiempo debió de estar inconsciente para que un par de ogros lo encontraran pero siente que fue mucho —Si se siente mal debería hablar con Emma Daio-Sama.

    —No, no se preocupen estaré bien —intenta incorporarse pero de repente siente su vista volverse negra tambaleándose alertando a los ogros, tardo mucho en convencerlos para que lo dejaran retirándose del lugar al cabo de veinte minutos fue mandado a llamar por Emma Daio-Sama, no quería tener que usar la teletransportación forzando a su cuerpo cansado a aparecer en su oficina— ¿Me mando a buscar? —Pregunto apenas y podía mantenerse de pie no había podido recuperar su energía —

    —Te ves terrible, ese viaje al mundo terrenal te hizo bastante mal ¿Acaso pelearon afuera? Me parece que se te dijo que si consumías de tu energía estarías enfermo, lo único que permite que te materialices allí es tu energía si la fuerzas. . .

    —lo sé, lo sé, no peleamos solo comimos y observamos ecosistemas nada más —interrumpió, el enorme ogro lo contemplo de cerca poco convencido —podemos entrenar en el infierno o en el planeta de los supremos no había necesidad de hacerlo mientras estábamos en el mundo terrenal.

    —Bueno creeré en tu palabra — Respondió—Aun así te ves muy mal, espero te recuperes pronto.

    —Lo dudo mucho —Confesó —Estoy pereciendo Emma Daio-Sama por cómo me siento seguramente desapareceré pronto.

    —Eres muy gracioso, Gogeta —Comentó al ver la expresión seria de la fusión su rostro también se tornó igual — ¿Estás hablando enserio? ¿De qué? No lo entiendo ya estás muerto.

    —una enfermedad que sufrían los saiyajin —murmuro para luego suspirar, Emma Daio-Sama lo observo como un alma que se ha resignado a su final, enviando esa mirada de lástima que molesto a Gogeta esa que también le había entregado Gosen, Kibito y Shin —

    Apretó los dientes preguntándole si necesitaba algo más de él, Emma Daio confeso que no para que se retirara, odia esa mirada, lo hace sentir terrible, resignado a un destino que no puede detener mientras se aferra a las gotas de existencia que le quedan, todo este tiempo ha estado permitiendo que la enfermedad lo consuma lentamente, ya no quiere seguir haciéndolo, si morirá lo hará en sus términos.

    Llevo dos dedos a su frente concentrándose en la energía de Vegetto pudo sentirlo en el planeta de los Kaio para usar la teletransportación, el hombre se encontraba desprevenido meditando en el planeta por su cejas fruncidas parecía pelear en su mente con un poderoso oponente.

    Gogeta sonrió preparando una pequeña bola de ki que impacto a la fusión que no lo previno.

    — ¡¿eh?! ¡Oye! ¡¿Pero qué te pasa?!

    — ¡muy bien! ¡Prepárate! —Vegetto esquivo el puñetazo sujetándolo, el rostro de Gogeta estaba bastante cerca pero no mostraban enojo o molestia tenía un brillo en los ojos que no supo explicar de que eran pero se veía emocionado por alguna razón, su energía no parecía ser letal así que sonrió también ¡Al fin había aceptado entrenar con él! imprevisto sí e igual de sorprendente —

    — ¡Yo siempre estoy preparado! —Se elevó a súper saiyajin, la expresión determinada de la fusión Metamoran solo encendió la sangre en sus venas sabiendo que tendrían una buena batalla—

    Shin que había sentido la presencia de Gogeta y la interacción entre los dos se preocupó por la fusión Metamoran queriendo ir allí para detener la batalla sabiendo que eso solo empeoraría el estado de Gogeta, Gosen lo detuvo tomándolo del hombro le negó diciéndole; que él ya había tomado su decisión, Shin miro al antepasado con dudas sobre si debería hacerle caso o no para luego dejar caer sus hombros.

    Gogeta respiro con dificultad le costaba mucho llevar el ritmo de la batalla cada vez obligaba a su cuerpo a dar un poco más mientras Vegetto luchaba contra él con esa enorme determinación junto a su sed de batalla que solo un amante al combate puede tener, sus puños chocaron una y otra vez mientras la energía se esparcía por el planeta creando ventiscas, abriendo huecos, moviendo la tierra dependiendo de la intensidad de sus acometidas.

    — ¿Qué pasa? ¡Estás muy lento hoy! ¡¿Así planeas superarme?!

    —Tch, las provocaciones no servirán conmigo —Contestó mientras esquivaba por poco un Big Bang que dejo su brazo izquierdo malherido sabiendo que no podría utilizarlo por un tiempo, no importaba si no podía usar sus brazos emplearía sus piernas —

    Su visión se estaba volviendo borrosa mientras sentía como las flores se acumulaban en su garganta, apenas pudo ver el ataque solo sentirlo el golpe directo a su estómago que le hizo quejarse del dolor.

    —Vamos, Gogeta. Esto es muy fácil sé que puedes dar más que eso —Su acompañante no se movió, soltó un ruido de dolor que él lo tomó como el típico que haces al recibir ese poderoso golpe en el estómago también estaba seguro que podía soportarlo pero Gogeta dejo escapar un ruido de arcada y luego algo cayo —¿Gogeta? —pregunto, su contraparte no respondió en cambio sintió como se aferraba a sus brazos clavando sus uñas de manera dolorosa, miro hacia abajo solo para ver flores amarillas de tonos anaranjados manchadas de sangre, muchas de ellas, Gogeta estaba temblando — ¿qué está pasando? —Estaba aturdido sin saber que hacer su respiración se detuvo mientras veía a su acompañante retorcerse de agonía con lágrimas en los ojos mientras de su boca salía sangre, saliva y flores —

    Al reaccionar lo tomó entre sus brazos llevándolo con los supremo Kaio Shin pidiéndole a Kibito que lo ayudara que fuera lo que tuviera Gogeta que lo sanara mientras se aferraba desesperadamente al cuerpo agonizante de la fusión.

    —Lo siento pero no puedo hacer eso.

    — ¡¿Cómo que no puedes?! ¡Usa tu técnica de sanación! —Pidió — ¡Señor Gosen usted! ¡Usted hágalo! ¡O Shin! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Alguien haga algo! —Suplico sintiendo una enorme desesperación e impotencia por no poder ayudarlo —

    —Ellos no pueden ayudarme —expreso Gogeta con dificultad observando las lágrimas de Vegetto —oye, oye no llores —murmuro haciendo una mueca por el dolor soltando un grito cada vez era peor más flores comenzaba aferrarse a su garganta casi podía sentir que romperían sus costillas brotando hacia afuera —oye Vegetto —Susurro —Discúlpame por ser un cobarde y solo poder decírtelo en estas circunstancias.

    — ¿De qué hablas? ¿Decirme qué? ¡¿Por qué estás así?! ¡No entiendo que pasa! ¡Pero no te vayas!

    —Te amo —Susurro con una sonrisa manchada con su sangre, la fusión potala se quedó en shock observándolo el brillante cabello rubio se tornó pálido, sus ojos azules perdieron su fulgor mientras la aureola que flotaba en su cabeza se quebró, el cuerpo de la fusión Metamoran se fue desvaneciendo en luces amarillas mientras un grito desgarrador y agónico se escuchó en todo el planeta supremo —


    Fin
  2. .
    Cuenta las leyendas que los humanos son seres que viven en la superficie completamente terribles y que no deben toparse con ellos, pues engañaran, traicionaran y mataran a cuantos sean necesarios con tal de cumplir sus objetivos.

    Su placer es capturar a las sirenas incautas que caen en sus redes para hacer pócimas con sus escamas, pulseras con sus cabellos, collares con sus dientes e incluso se las devoraban intentado obtener la vida largas que tienen las sirenas siendo capaz hasta de beber su sangre, ver sus naves rondando por las aguas eran un presagio de muerte.

    –Si ven una nave humana deben regresar rápidamente con los demás–alecciono Mai –

    –Yo no creo que sean tan terribles –menciono Bulchi – ¿Tú que piensas, Gogeta?

    –No lo sé.

    –Soy honesto –respondió Mai –no deberían ir a la superficie es peligroso.

    – ¡pero todos aquí dicen que Gogeta es peligroso porque es carnívoro pero en ningún momento ha intentado devorar a uno de nosotros! –se quejó Bulchi –

    – ¿Enserio me estás usando de ejemplo?

    – ¿Tengo que tener uno, no? –protesto cruzándose de brazos mientras el nombrado suspiraba –
    Él no era como sus congéneres mientras que ellos tenían largas y bonitas colas de escamas brillantes logrando tener variedad colores como Bulchi que era una mezcla de azul Cian y negro, su aleta era de color gris casi oscuro además que sus escamas no se notaban mucho siendo bastante peligrosas si intentaban rozarlo de la manera incorrecta podían cortar con facilidad al igual que sus dientes, ellos se alimentaban de plancton y algas marinas aunque él podía comer lo mismo no lo llenaba lo suficiente teniendo que salir a cazar para no molestarlo a ellos de verlo devorarse tantos peces como podía atrapar.

    –Bueno igualmente no creo lo que dice ella –menciono mientras nadaban por una serie de túneles hasta salir a la superficie –siempre sales al mundo exterior ¿no?

    –Solo a cazar –Respondió –luego regreso.

    –Pero debe haber otros tritones como tú que también vivan en algún mar y prefieran estar afuera que vivir adentro entre los túneles ocultos de los humanos –comentó –me parece tan tonto.

    –El rey solo piensa en la seguridad de nosotros –Contestó mientras Bulchi rodaba los ojos –De todas formas ¿por qué tanto interés en salir a la superficie?

    –Es que encontré unas cosas interesantes –le sonrió –Quiero ver cómo hacerlas funcionar

    –deberías dejar de recoger los desperdicios de los humanos –gruño –

    –Creo que puedo hacer algo con ellos no tienes esos bonitos aros brillantes en tus bíceps –se burló –No hablemos de las muñequeras o el pedazo de tela amarrado a.

    –Ya entendí tu punto –gruño –Es solo que si algo te pasa el rey se enojara conmigo.

    –No me pasara nada Gogeta, deja de ser tan protector.

    –Pero si ese es mi deber protegerlos –se quejó mientras ella reía –

    Estuvieron paseando por largo rato encontrando lo que para Gogeta era basura y Bulchi tesoros estuvieron nadando en un barco abandonado revisando las diversas cosas que habían quedado en el lugar junto con los esqueletos humanos.

    –Son tan diferente a nosotros no es así, Bulchi –miro hacia todos lados había sentido su presencia cerca pero solo era la de un pequeño pez que parecía estar siguiéndolo de manera curiosa – ¡¿Bulchi?! –Llamo a la sirena comenzó a recorrer el barco intentado encontrarla llamándola pero no aparecía comenzó a alejarse del barco buscando a su amiga, solo para escuchar un grito de ayuda –

    Más cerca de la superficie se encontraba Bulchi luchando contra las redes que estaban atrapando su enorme colorida cola – ¡Es un gran botín! –Gritaban los marineros – ¡hemos atrapado a una sirena! –Se escuchó hasta el fondo del mar–

    – ¡Ayuda! –le grito cuando logro mirarlo, inmediatamente nado para intentar desatarla usando su dientes logro cortar parte de la red que envolvía la aleta de su compañera–

    Los marineros al ver que la sirena era ayudada lanzaron sus arpones intentado golpear a su acompañante, la lluvia se precipitó sobre los marineros las olas cada vez se hacían más grande mientras lanzaban más y más arpones fracasando en mantener a su sirena cautiva, la sirena fue liberada y nado lejos.

    – ¡Atrápenlo! –intentaron agarrar a su acompañante el cual resulto herido por los arpones pero el tritón se hundió en las profundidades mientras el capitán maldecía al ser marino por habérsele escapado liberando a la sirena–

    Las aguas se llenaron de espesa sangre mientras más nadaba entre la corriente, soltó una maldición cuando un grupo de tiburones atraídos por la sangre comenzó a perseguirlo se quitó el arpón que había lastimado su aleta inferior solo arrancando el material de metal sin poder quitarlo por completo porque dolía demasiado, rompió el segundo que se había clavado en su hombro restándole velocidad.

    Esquivo a un tiburón que frenético abrió su boca intentado atraparlo y lo empujo lejos con la madera del arpón encontró una gruta se metió en ella intentado que su vista se adaptara a la oscuridad, acabo en una cueva submarina, salió de del agua soltando un siseo por el ardor que esto le genero a sus heridas abiertas mientras los tiburones rondaron las aguas, soltó un suspiro aliviado por haber logrado salir del agua a tiempo aun así sus heridas eran profundas.

    Arrimó su cabeza contra las rocas mientras su visión se volvía borrosa por la pérdida de sangre, sabía que había sido estúpido ella estaba perdida pero él era el protector de esos mares no podía permitirse perder a una sirena, suspiro no iba a poder detener el sangrado nado demasiado lejos como para ir con su grupo y pedirle a la curandera que lo sanara si los tiburones no se iban pronto este sería su fin, pasaron las horas su piel se había secado y estaba a punto de aceptar su final hasta que vio una luz en lo profundo de la caverna que no sabía de dónde provenía sus ojos se cerraron y cayo inconsciente pensando en su muerte segura donde no existían nadie que lo extrañara.

    Se despertó en un lugar con poca agua en una extraña cosa blanca sus heridas estaban suturadas además las cosas metálicas ya no estaban clavadas en su hombro o aleta, pero esta no era la cueva, se quedó en el lugar demasiado confundido como para moverse, no entendía que era este sitio blanco de paredes o que era esa cosa que parecía un asiento porque estaba allí o todos los otros utensilios que tomó por curiosidad solo para ver su consistencia pegajosa y su terrible sabor.

    – ¡Estas despierto! –Escucho a alguien para ponerse alerta mirando a un humano intento hundirse más en esa cosa blanca pero su aleta sobresalía el humano soltó un sonido similar a una risa para seguir acercándose –me preocupe por ti hace tres días que te encontré en la cueva pensé que no sobrevivirías. –Sus ojos estuvieron atentos a los movientes del humano para mostrarle sus afilados dientes intentado evitar que se siguiera acercando a él –Esos dientes se ven bastante afilados –comentó, siguió hablando y hablando sentándose en el suelo confundiendo más a la criatura acuática –

    ¿Acaso no se callaba? Además no entendía nada de lo que ese humano decía, ambos idiomas eran diferentes no podía comprender o darle una cercanía fonética a lo que estaba pronunciando, había sido capturado por un humano, se golpeó la cabeza contra la cosa blanca mientras el humano soltaba un grito por ello intentado que no volviera hacer eso y apartando su mano inmediatamente cuando intento morderlo para que se alejara.

    –Eres similar a un tiburón –escucho decir al humano – ¿Comes pescado? ¿Eres carnívoro? Debes ser carnívoro con esos dientes afilados que tienes. ¿Eres un macho verdad? Estoy seguro de que lo eres entonces serias un tritón ¿Y las sirenas son así como tú? O son tan bonitas como la que mencionan en las historias ¿es realmente cierto que cantan para hechizar? ¿Tú cantas? ¿Respiras en el agua con esa cosa en tu cuello y en la superficie con tu nariz o cómo funciona?

    Estuvo escuchando hablar alrededor de dos horas porque realmente no tenía nada más que hacer hasta que intentara matarlo como hacen todos los humanos con las sirenas y tritones suspiro intentado hundirse más en el agua que salió a borbotones de su lugar y el humano se quejó porque termino mojado lo cual lo hizo sonreír, el humano salió de la habitación dejándolo solo de nuevo.

    Así fueron transcurriendo sus días encerrado en esas cuatro paredes solo con la visita ocasional de ese human al menos le traía pescado, todo el rato se sentaba a hablar con él como si en algún momento le fuera a responder, un día cuando se despertó noto que estaba revisando sus heridas y curándolas ¿por qué? ¿Por qué este humano le traía pescado? ¿Por qué curaba de sus heridas? ¿Por qué lo tenía aquí? ¿No lo iba a matar? No entendía nada de lo que estaba pasando.

    –oh, te desperté lo siento –le sonrió alejando inmediatamente su mano, decidió moverse acomodándose en esa cosa redonda y blanca mientras el humano le echaba más agua encima, al menos se la cambiaba regularmente –anoche estuve pensando que he sido muy descortés contigo ¡Has estado todo este tiempo aquí y aun no te he dicho mi nombre! Me llamo Vegetto –ladeo la cabeza intentado comprender que le decía – no puedes entenderme ¿verdad? Y yo aquí hablando todo este tiempo pensando que en realidad eras alguien callado.

    Estuvo haciendo señales raras durante bastante tiempo hasta que logro comprender que le estaba explicando que se llamaba; Vegetto y le pidió que le dijera su nombre ¿debería? Bueno aun no lo había matado y no haría nada con solo conocer su nombre –Gogeta.

    – ¡Si sabes hablar! –se emocionó tanto solamente por que dijera su nombre que quedó impresionado y no pudo evitar soltar una risa por ello que humano más raro –

    Vegetto comenzó a hablar y mostrarle imágenes intentado que captara lo que estaba diciendo esto no le molesto en realidad estaba comenzando a sentirse cada vez más tranquilo en la presencia del humano hasta que simplemente le permitió un día tocarlo.

    –Tu piel humana es muy suave al tacto lo cual es sorprendente porque pasas todo el día en agua salada pero tu parte de pez si la acaricio hacia abajo se siente suave y hacia arriba como papel de lija ¿Qué tan rápido puedes nadar? –hizo algunos movimientos intentado que le dijera ¿nadar y rápido? Eso fue lo único que entendió ¿Cómo le decía que podía nadar 74 km por hora? Intento responderle pero al final no creyó que le haya entendido –así que muy rápido genial ¿puedo ver tus dientes? –pregunto se señaló la boca y mostro sus dientes y Gogeta decidió imitarlo mostrando sus afilados dientes – es sorprendente realmente parecen dientes de tiburón ¿si se te caen lo recuperas?

    Durante todo ese tiempo en el que sus heridas tardaron en sanar sintió que había desarrollado una especie de cercanía hacia el humano, usualmente era alguien solitario no le gustaba mucho socializar su única compañía regular era Bulchi eso porque la sirena no lo dejaba de seguir cada vez que estaba en el atolón ya que la mayoría de sirenas solían temerle por ser carnívoro, pero le agradaba estar cerca del humano aun con las leyendas de ellos sus manos siempre eran suaves y cálidas contra su piel, su voz era agradable le gustaba escucharlo hablar por todo el rato que él quisiera, sus días pasaron mejor mientras Vegetto le enseñaba cosas en los momentos que permanecía en lo que él llamaba casa.

    – ¿me pasa el champú? –menciono mientras estaba sentado en un banco en el baño, Gogeta hizo lo que le pidió entregándole el botecito que él llamaba champú mirándolo enjaguarse el cabello con esa cosa espumosa siempre que hacia eso le desconcertaba pero al parecer era una forma para limpiarse el cabello o algo así –Y deja de mirarme es incómodo.

    Los humanos tenían sistemas de vida bastante complicados a su parecer, Vegetto decidió voltearle la mirada pero aun así era difícil doblegarlo así que cerró la cortina de la bañera solo para que Gogeta volviera a abrirla, el hombre suspiro porque era bastante complicado tener a un ser acuático en su baño y no poder asearse a gusto, esto ha estado transcurriendo durante tres meses aunque el primer mes Gogeta lo ignoraba ahora no lo hacía siendo bastante curioso con muchas cosas más al momento en que se bañaba Vegetto salió del cuarto de baño por un rato para luego regresar nuevamente ya seco se encargó de secar su baño para sentarse en un banco junto a la bañera.

    –Ya sé cómo te hiciste esas heridas –menciono para mostrarle ese cuadradito que parecía tener muchas cosas dentro de él –Encontré un video en la red donde apareces –ladeo la cabeza mientras Vegetto tocaba el cuadradito o lo que él llamaba celular y mostrándole imágenes desde un punto de vista distinto, aparece la aleta de su compañera atrapada en la red mientras escucha las voces de los humanos que luchan por subirla luego aparece él mordiendo la red con sus dientes intentado soltarla para que comenzaran a lazarle los arpones mostrando el momento en que fue herido – lo siento.

    – ¿uh?

    –Lamento lo que esas personas te hicieron no debieron atrapar a tu ¿pareja? Espero este bien y lamento también lo que te paso –Vegetto le acaricio la mejilla su tacto siempre se sentía bien así que lo recibió con gusto –pero no te preocupes pronto te regresare al océano tu heridas ya están curadas, es hora de que regreses a casa.

    No entendió porque el rostro del hombre normalmente alegre mostro una gran tristeza, sus manos se acercaron a acariciar su rostro intentado animarlo el hombre soltó una pequeña risita mientras se sentaba a su lado contándole cosas y mostrándole otras en su celular, cuando se hizo de noche se sorprendió porque lo saco de la bañera, sus brazos se aferraron al cuello del hombre sintiendo los latidos de su corazón acelerado, observo como lo trasladaba por las habitaciones hasta que lo saco del lugar ¿lo iba a matar? ¿Había confiado en él para que ahora lo asesinara? Podía hacer algo en ese momento su yugular estaba muy cerca su piel era muy frágil y sus dientes podría romperlo con facilidad pero solo se apoyó en su hombro esperando que era lo que pasaría al cabo de un rato comenzó a escuchar el golpeteo de las olas, su rostro salió de su escondites para ver el mar sintiendo emoción, escucho la risa de Vegetto al mirar su gran emoción por ver nuevamente el mar, lo dejo en lo profundo donde podía nadar y el agua le llegaba a los hombros.

    –Es hora de decir adiós ¿no? –Comentó, Gogeta le sonrió abrazándolo, abrazo que el humano correspondió para luego alejarse su cuerpo estaba temblando del frio así que salió del agua despidiéndose –

    Se quedó mirando hasta que ya no pudo ver su silueta alejarse allí decidió hundirse para comenzar a nadar hacia su grupo entre las diversas cuevas oculto por altas formaciones rocosas estaba el atolón donde se escondían la mayoría de sirenas de los humanos no había mucha actividad además de algunos peces rondando cerca la mayoría de seguro estaría dormido por las altas horas, bostezo porque él también tenía sueño pero cuando se fue a la pequeña cueva que le hacía de morada estaba ocupada, frunció el ceño hacia los nuevos invitados en su antigua morada para tener que buscar otro lugar donde quedarse, cerca de la superficie encontró una pequeña cueva donde quedarse y se resguardo hasta que llegara la mañana.

    Abrió los ojos cuando una luz molesta se adentraba por los agujeros de la cueva, bostezo estirándose para salir de la cueva observando toda la actividad marina que había se desperezo para irse a encontrar con el rey observando la mirada de sorpresa de las sirenas y tritones que pensaron que él estaba muerto.

    El rey también se sorprendió de verlo vivo pensando que según lo que le había contado Bulchi de haber sido perseguido por tiburones luego de ser golpeado por arpones había sido devorado por los mismos pero el tritón estaba a salvo con cicatrices pero vivo.

    –así que ¿Te ocultaste en una cueva hasta que sanaste?

    –Sí –asintió, el rey se le quedo mirando de manera sospechosa por sus palabras pero no podía decirle que un humano lo había tenido durante todo este tiempo en su hogar curándolo sería contraproducente y más porque al rey no le gustaban los humanos –

    Pero el rey no parecía muy contento según él había puesto la vida de Bulchi en riesgo aun siendo uno de los protectores, no se le permitió estar más en el atolón de ahora en adelante tenía que estar fuera de la seguridad del atolón, buscar a los suyos o ver como sobrevivía con la constante amenaza de ser capturado por los humanos.

    –Lo siento mucho, Gogeta –le tomó Bulchi del brazo intentado detenerlo –puedo hablar con el rey apelar a su buena voluntad.

    –Estaré bien –le sonrió –tú y yo sabemos que siempre ha buscado la oportunidad para sacarme del atolón soy un peligro en potencia para los demás.

    –eso no es cierto tu no lo eres –Contestó, el tritón negó para irse del lugar dejando a su única amiga atrás –

    Consiguió un viejo barco en donde refugiarse solo para que humanos con trajes extraños exploraran el lugar le provoco mucho hundirlos pero decidió que no lo haría mientras no lo vieran mientras los días pasaban pensó mucho en el humano, en su sonrisa, en el sonido de su voz, en su tacto quería volver a verlo así que todos los días se acercaba un poco a la costa intentado encontrarlo, busco la cueva en la que Vegetto lo encontró pero allí tampoco estaba, era triste pensar en encontrar a alguien sin tener realmente la oportunidad de buscarlo correctamente.

    Ese día estaba cazando cuando una red cayó sobre el grupo de peces que perseguía gruño mientras halaba la red intentado tener los peces para sí, el humano en su pequeña embarcación grito por el fuerte empujón intentando halar para capturar a los peces, la fuerza del tritón fue mayor y el humano cayo al océano Gogeta se iba a marchar triunfante con su victorias solo para ver al humano que se hundía.

    – ¡Vegetto! –Sonrió mientras el hombre le miro con sorpresa para luego nadar a la superficie, Gogeta lo siguió – ¡Te estuve buscando!
    – ¿Qué? –Respondió para intentar subirse a su embarcación con ayuda de Gogeta –Ah, trague agua –se quejó – ¡por qué me halaste! Que malo eres.

    – ¿Dónde estabas? ¿Por qué no podía encontrarte? –pregunto mientras le tiraba la red con los peces sobre a su bote –

    –Bien eres bastante fuerte –menciono observando a todos los peces atrapados en su red y que Gogeta se lo tiro como si no pesaran nada – ¡Espera! ¡Espera no hagas eso! –Intento detener al tritón que intentaba subirse a su bote solo para que el peso cayera haciéndolo casi caerse de nuevo al agua –

    Ambos estuvieron hablándose aunque ninguno de los dos entendía que estaba diciendo el otro, desde ese entonces Gogeta podía reconocer la embarcación de Vegetto a veces lo ayudaba a atrapar peces la mayoría del tiempo él se comía la mitad para disgusto de Vegetto.

    – ¡Ya deja de comértelos glotón! –Se quejó mientras intentaba arrancarle un pulpo de la mano cosa que no logro – son para venderlos ¡sabes! ¡De algo tengo que vivir! –la criatura acuática solo le mostro una sonrisa de afilados dientes para comerse el pulpo de un solo bocado Vegetto lo tiro de bote por eso, solo para escuchar la risa de Gogeta quien le tiro agua con la fuerza de su aleta –

    Le molestaba su falta de comunicación no era que no se hablaran pero no poder entenderlo y luchar para hacerlo era algo molesto se sabía que en tiempos antiguos la sirenas y los humanos hablaban el mismo idioma conviviendo en armonía la avaricia de los humanos fue tal que comenzaron a cazar sirenas primero para encontrar una cura a una enfermedad que atestaba la tierra creyendo que con el cuerno de unicornio o la escamas de sirena se salvaría o luego fue bañarse en sangre de sirena para vivir eternamente. Las sirenas se apartaron del reino humano quedando solo como un mito lanzándose un hechizo para que ambas especie no pudieran comunicarse nunca más así las sirenas estaría a salvo de los peligrosos humanos, estuvo pensando en ello ¿Cómo romper ese hechizo? ¿Cómo poder comunicarse correctamente con Vegetto? Hasta que recordó la leyenda de la bruja.

    Estuvo nadando durante incontables días y noches buscando a la tan mencionada bruja en su búsqueda encontró sirenas igual a él los cuales le invitaron a quedarse pero él no lo permitió siguió buscando se encontró con una tortuga que tenía una extraña esfera que contenía dos estrellas en su interior la cual nado hasta una pequeña isla con una casa es extraño los humanos no solían vivir en islas pequeñas, las aguas frías se tornaron cálidas y mientras más nadaba más sentía que nunca encontraría a esa bruja hasta que lo hizo, la encontró por casualidad en otra isla cuya casa se encontraba contactada con el agua.

    –mh, has nadado mucho para llegar hasta mí pequeña creatura –comentó la bruja –lástima que haya sido en vano.

    – ¡¿Qué?! –Se quejó mirando a la bruja que flotaba en una clase de esfera – ¿por qué en vano?

    –No tienes dinero para pagarme y adivinar tu futuro.

    –Yo no necesito que adivine mi futuro –se quejó –yo quiero comunicarme con…

    –Se lo que quieres pero no tienes dinero no puedes –Gogeta se le quedo mirando feo –

    – ¿Qué es el dinero? –pregunto, la bruja le mostro algo redondo y dorado parecido a esas cosas que había en los cofres ¿eso era dinero? Bien se lo traería le traería cuantos cofres ella quisiera – ¡Regresare!

    Estuvo nadando buscando distintos barcos que tuvieran esos cofres llenos de esas cosas redondas pero no encontraba ninguno solo tenían las cositas brillantes pero no las redondas y amarillas, siguió su camino hasta que encontró otro barco hundido no era de esas cosas redondas esto eran como barras brillantes ni siquiera estaban en cofres aun así tomó tantas como pudo cargar en sus brazos llevándoselo a la bruja.

    – ¿Estos son suficientes? –pregunto cuando la bruja volvió aparecer por la puerta sus ojos brillaron al ver las barras doradas y se carraspeo la garganta –

    –Muy bien –Sonrió la anciana –ya se lo que deseas pero para obtenerlo debes hacer otro encargo –Gogeta gruño mostrándole los dientes, bruja tenía que ser –

    – ¿Qué encargo? –pregunto –

    –Dentro de una profunda cueva hay unas gemas llamadas lágrimas del mar son muy poderosas y podrán ayudarte a comunicarte con el hombre que amas.

    – ¿amar? no, yo solo quiero hablar con él.

    –Claro, claro hablar con él, solo trae dos de esas lágrimas del mar y tendrás lo que quieres.

    – ¿Cómo se ven esas lagrimas del mar y dónde consigo esa cueva? –Enarco una ceja mientras la bruja sonreía casi sentía que la mujer lo iba a tener haciendo encargos por toda su vida, siguió las instrucciones de la bruja nadando por unas rápidas corrientes pasando por una roca que tenía la forma de una ave volcanes dormidos hasta llegar a una cueva que tenía la figura de un dragón con la boca abierta, estaba completamente oscura e intento que su visión se adaptara a esa negrura su sensible radar estaba loco sintiendo movimiento a todos sus alrededores a pesar de que no podía ver nada, frunció el ceño y nadando más rápido por la cueva –

    Encontró una parte con un tragaluz en donde distintas joyas eran iluminadas por la luz haciendo que el agua se vistiera de diversos colores se acercó a la que parecían lagrimas brillaban en distintos tonos de azules a diferencia de las demás recogió dos de esas hasta sentir que algo se acercaba a él se movió rápidamente solo para que su aleta fuera atrapada soltó un grito por la sorpresa al ver el tentáculo envolverse en su aleta.

    –Pero miren que tenemos aquí un ladrón –Amenazo el hombre pulpo –Que quiere robar mi colección de joyas.

    –Tienes muchas yo solo necesito dos ¡son importantes!

    – ¿te parece que me interesa? ¡Regrésalas a su lugar vil ladrón!

    – ¿Quieres algo a cambio de ellas? Puedo conseguirlo pero las necesito.

    –Uh, algo a cambio –el tritón asintió esperando que le dijera que quería a cambio –no necesito nada a cambio así que no, no te las daré, son mías ahora lárgate de aquí antes de que acabe con tu insignificante vida miserable ladrón.


    – ¡Egoísta! –le gruño guardo las lágrimas del mar en sus muñequeras para morder el tentáculo que aprisionaba su cola el pulpo grito –Sabes una cosa ¡Me encanta comer pulpo! –le sonrió mostrando sus afilados colmillos no importaba con cuantos tentáculos el hombre le atacara solo con sus dientes y fuerza se deshizo de ellos masticándolos todos, la sangre corría a borbotones manchando el agua de carmín hasta que el hombre pulpo soltó de su tinta escapando a algún lugar –

    Gogeta cubrió sus ojos de la tinta para salir de la cueva reviso sus muñequeras donde aún seguían las lágrimas del mar nadando de regreso hacia la bruja antes tuvo que escapar de un grupo de orcas ocultándose en unas cuevas a pesar de que las orcas estuvieron esperándolo por largo rato al final se rindieron marchándose lejos al fin logro salir de la cueva para nuevamente ponerse en marcha hacia la bruja, estaba cansado hambriento pero eso no importaba mientras lograra su cometido.

    –Bien, veo que lo lograste –menciono la bruja mientras Gogeta asentía entregándole las gemas vio el estado del tritón y suspiro – ¿Hace cuánto que no comes?

    –No lo sé –se encogió de hombros – ¿Cinco, seis días? ¿Realmente importa?

    –vas a hacer un viaje realmente largo necesitas alimentarte correctamente sé que entre todas la sirenas tu especie tiene una enorme fuerza de voluntad pero si quieres regresar con ese humano será mejor que te alimentes es una advertencia –comentó adentrándose a su hogar, Gogeta se quedó esperando largo rato solamente para que la bruja regresara con diversos platillos que le aguaron la boca –Come –No faltaron dos pedidos cuando ya comenzó a devorar todos y cada uno de los platillos hasta quedar satisfecho, la bruja sonrió suavemente para entregarle las joyas convertidas en collares –Las lágrimas del mar son joyas poderosas que pueden guardar encantamientos en ella con esto podrás comunicarte con ese humano y andar en la tierra.

    – ¿andar en la tierra?

    –Si tu aleta se llega a secar te saldrán piernas y podrás caminar igual que los humanos, una es para ti la otra es para el humano –menciono entregándosela, Gogeta se colocó las dos para que no se perdieran dispuesto a darle la segunda a Vegetto cuando lo viera –por cierto ¿si sabes lo que es la ropa verdad?

    – ¿es la cosa que utilizan los humanos para no dejar su sensible piel expuesta?

    –eh, si eso es correcto no lo olvides cuando andes en tierra.

    Gogeta asintió para hundirse en el agua demasiado emocionado por encontrar a Vegetto nado más rápido de regreso a aquellas aguas frías a las que él llamaba hogar, fueron días lo que tardó en llegar enfocado demasiado en su objetivo de regresar a casa ni siquiera se concentró en cazar para capturar algo que comer esquivando a algunas orcas que lo perseguían y embarcaciones humanas más a esos humanos que se metían en las aguas con su equipo extraño retrasándolo más, estaba cansado cuando regreso pero aliviado de que ya estaba en casa, se acercó a aquella cueva en donde Vegetto lo encontró por primera vez buscando un refugio para dormir.

    Se despertó con bastante hambre así que decidió salir a cazar, atrapo algunos peces e incluso un pulpo eso le recordó al hombre pulpo que no se pudo comer así que devoro ese pulpo como un festín cuando ya estuvo satisfecho intento encontrar el bote de Vegetto entre los demás pero no apareció, decepcionado decidió probar lo que le dijo la bruja sobre que la lagrima del mar le permitiría caminar en tierra si se secaba su aleta, se arrastró hasta la costa lo suficientemente lejos de los humanos para que no lo vieran con su aleta espero a que se secara sorprendiéndose de que realmente tenia piernas humanas ¿Qué era eso en medio? ¿Una tercera pierna? Bueno no importaba intento levantarse para controlar sus piernas pero era muy distinto a nadar así que estuvo cayéndose varias veces en la arena hasta lograr dominar como caminar o algo así ¿por qué Vegetto lo hacía ver tan fácil?

    Encontró algunas de esas cosas a las que Vegetto le llamaba auto había humanos cerca y dejaron ropa dentro así que le robo de su ropa comenzando se la puso como creyó que iba amarro su inseparable tela azul a su cadera para emprender marcha intentado recordar el momento en que Vegetto lo saco de su hogar y lo cargo hasta llevarlo a la playa, estuvo viendo la forma de caminar de algunas personas así que aprendió a imitarla lo suficientemente bien a su parecer.

    Había muchos humanos y eso cada vez lo ponía más nervioso, las leyendas que había escuchado desde pequeño estaban haciendo mella en su decisión de buscar a Vegetto, algunos volteaban a mirarlo haciéndole sentir que ellos sabían que no era humano suspiro intentado calmarse hasta notar un lugar donde había muchos botes reunidos intento buscar el de Vegetto y aunque lo consiguió este estaba vacío, frunció el ceño para continuar con su búsqueda su sensible olfato intentaba captar la esencia natural del hombre pero con tantos olores invadiéndolo era difícil detectar uno, hasta que la encontró comenzando a seguirla sonrió cuando lo encontró conversando con otro humano algo sobre; algo sobre no importarle lo que sus padres dijeran. Estaba dándole la espalda así que no lo vio venir cuando lo tomó de la cintura y lo cargo dándole vueltas en el aire como si no pesara absolutamente nada, estaba tan emocionado luego de no verlo después de tanto tiempo.

    – ¡Pero que! ¡Oye quien quiera que seas bájame! –Protesto para que Gogeta lo bajara, el hombre abrió grande los ojos debido a la sorpresa de verlo allí – ¡¿Gogeta?! –Exclamo haciendo que el tritón sonriera por sorprenderlo – ¡¿pero qué haces?! ¡Dónde rayos! Tenemos que hablar –el humano que estaba con el abandono su sorpresa inicial gruñendo –

    – ¡¿Cómo que tienes que hablar con él?! ¡Primero vas a terminar de hablar conmigo, Vegetto!

    –Ya dije todo lo que tenía que decir, Kefla.

    – ¿uh? ¿Qué ocurre? –pregunto sorprendiendo a Vegetto de que pudo entenderlo –

    –bueno que este idiota de acá es mi prometido eso es todo.

    –prometido ¿Cómo pareja? –pregunto –

    – ¡Si!

    – Oh –Susurro, su corazón se sintió pesado al saber esa información trago saliva sintiendo una enorme tristeza repentina apretarle el pecho casi asfixiándolo pero eso era extraño podía respirar en la superficie, le sonrió suavemente una sonrisa que no llego a sus ojos – felicidades –estaba dispuesto a dar media vuelta e irse esto fue tonto ¿no es verdad? No, lo primordial que hizo todo el viaje fue para comunicarse con Vegetto ¿entonces por qué le dolía que tuviera a alguien? Eso era ridículo –

    – ¡Espera, Gogeta! –exclamo Vegetto, escuchando el grito de la mujer Kefla –

    Vegetto tomó a Gogeta de la muñeca comenzando a llevarlo lejos de las demás personas y más lejos de Kefla hasta que estuvieron en un sitio que pensó era lo suficientemente privado para gritarle susurrarle al tritón.

    – ¡Te fuiste por cuatro meses! –Protesto – ¿en dónde estabas? Pensé que te había pasado algo realmente malo, que estabas lastimado, que te habían capturado o peor aún muerto –el tritón no le respondió solo le coloco el segundo collar el que le pertenecía al hombre –

    –Se llama lagrima del mar quería comunicarme contigo así que fui a buscar una bruja que está muy lejos tuve que entregarle alguna de esas cosas brillantes que están en los barcos ¿dinero? Para que me diera la ubicación de las lágrimas que estaban aún más lejos, pelee con un hombre pulpo que no me las quería entregar fui perseguido por orcas que me querían comer hasta regresar con la bruja la cual le coloco un hechizo para poder comunicarme contigo y poder andar en tierra –Susurro para luego suspirar – ¿fue tonto? No pensé en si realmente querías comunicarte conmigo y tienes a tu pareja.

    – ¡Ella no es mi pareja! –Protesto –además ¿Hiciste todo eso solamente para estar conmigo?

    – ¿Ella no es? –Vegetto negó –Sí lo hice por ti.

    – ¿por qué harías cosas tan riesgosas cómo esas para estar conmigo?

    –Porque me gusta estar contigo –respondió –me gusta cuando hablas, me gusta cuando sonríes y tu tacto –menciono tomando su mano colocándola en su mejilla y frotándose contra ella –Es tan suave y cálido, tu olor también me gusta ¡Ah! Tu rostro esta mas rojo ¡Eso es muy lindo!

    – ¡Ya cállate! ¡Por qué de un momento a otro te volviste tan hablador! –protesto quitándole su mano intentado ocultar su vergüenza haciendo que Gogeta riera – ¿Y qué pasa con tu pareja?

    – ¿mi qué? Yo no tengo pareja –ladeo la cabeza –

    –La sirena, la que salvaste de ser atrapada por la red resultando herido.

    – ¿Bulchi? ¿Qué tiene que ver Bulchi en esto? –Pregunto – ¿ha salido a la superficie? ¿La has visto? A ella le gustan realmente mucho las cosas humanas y se mete en problemas por eso.

    –no yo no, no la he visto solo que bueno ¿intentaste salvarla? ¿No? Ella es importante para ti.

    –Es mi amiga –contestó –la única que he tenido la mayoría de sirenas de estas aguas comen algas y plancton lo cual no me llena a mí por esa razón la mayoría me teme excepto Bulchi soy carnívoro piensan que me las comeré.

    –Así que tu amiga –Vegetto sonrió haciendo que Gogeta sonriera igual –

    –Tu sonrisa es tan bonita.

    – ¡deja de decir cosas vergonzosas haces que me sonroje! –Protesto, haciendo reír a Gogeta – uh, ¿Quieres explorar un poco?

    –yo voy a donde tú quieras ir

    – ¿no existe algún lugar en específico que quieras conocer de la tierra?

    –No realmente –se encogió de hombros –nunca me dio curiosidad solo estoy aquí por ti.

    –Muy bien –menciono para que Gogeta lo siguiera estuvieron caminando por el lugar mientras Vegetto le mostraba las distintas tiendas, le compraba cosas deliciosas que nunca había probado en su vida y cuando la noche cayo regresaron a la casa del hombre – ¿necesitas dormir en la bañera?

    –No, no lo hago además no es muy cómoda –respondió haciendo que Vegetto riera –

    –Me da curiosidad –menciono –dicen que las sirenas tienen una voz muy bonita que hechizan a las personas ¿es eso cierto? ¿Tú cantas?

    –Las sirenas cantan para conseguir con quien aparearse –contestó –Es una forma de cortejo mientras más hermosa la voz y más brillantes las escamas más posibilidades tienes de conseguir pareja y no, yo no canto.

    –supongo que por eso no conseguías pareja ¿eh?

    –No me preocupaba de todas formas hace dos años entre en edad reproductiva no es algo que me altere demasiado tal vez en algunos años más –Se encogió de hombros –

    –me dijiste que no eres como las demás sirenas de por aquí ¿por qué es eso?

    –Cuando era pequeño mi grupo fue atacado por orcas mis padres me ocultaron en una cueva distrayendo a las orcas fueron devorados para salvarme, la reina me encontró y no tuvo corazón para dejarme así que me criaron como uno de ellos lástima que la reina falleció ella era muy bondadosa.

    – ¿Qué le paso?

    –Suficientes de preguntas sobre mí –se quejó –ahora yo preguntare ¿por qué esa chica dice ser tu pareja?

    – ¿Estás celoso?

    –Responde.

    –Mis padres quieren que me case con ella –Contestó –Es alguien de buena familia al igual que yo pero estoy harto de recibir órdenes constantemente, como debo vestir, que debo trabajar, que debo hacer con mi vida por eso me fui de casa comenzando a vivir aquí al parecer me encontraron y quieren que continúe mi compromiso con Kefla lo cual no quiero.

    –Oh –murmuro – ¿por qué tus padres querrían eso?

    –para aumentar el prestigio de la familia, no le gusta que sea pescador que viva mi vida tan humildemente no me importa en realidad solo quiero hacer las cosas a mi manera ¿sabes? ¿Suena tonto?
    –No, al menos no para mí, yo vivo mi vida a mi manera es natural que quieras hacerlo eres tu propio yo el que alguien más quiera gobernarte u obligarte a hacer algo que no quieres no es correcto.

    –Sabía que tú lo entenderías –le sonrió acariciando su mejilla cosa que Gogeta acepto con gusto estuvieron charlando durante largas horas hasta que Vegetto no pudo soportar más el sueño, Gogeta por su parte se quedó en la sala averiguando cosas de la tierra ahora que podía estuvo viendo lo que Vegetto dijo que eran series en el televisor, el sol salió cuando él todavía seguía viendo programas en el televisor – ¿Dormiste algo siquiera? –pregunto Vegetto mientras bostezaba –

    –Cinco minutos son suficientes para mí cuando no quiero dormir largas horas –comentó – ¿por qué?

    –Eso significa que no dormiste –enarco una ceja para luego suspirar – ¿Qué rayos? ¿Eso es 50 sombras de Grey?

    –ustedes los humanos tienen un método de cortejo muy extraño.

    – ¡Eso no! ¡Eso ni siquiera! ¡¿Qué rayos has estado viendo en toda la noche?! –Protesto –Ah, no puedo con esto sin mi café de la mañana.

    –Por cierto, Vegetto me da curiosidad ¿por qué golpean sus bocas? –pregunto desde el sofá para luego levantarse caminando hasta la cocina donde se encontraba el nombrado –

    – ¿Golpear las bocas? –comentó –

    –Sí cuando las pegan juntas ¿por qué hacen eso?

    –Espera te estuviste viendo cincuenta sombras de grey y lo único que te confundió ¿fueron los besos?

    –Lo vi en distintas ¿series?
    –Películas.

    –Eso, ¿por qué lo hacen?

    –Se supone que. . .puedo enseñarte aunque será un poco peligroso para mí.

    – ¿por qué?

    –Tus dientes son muy afilados –comentó –pero primero desayunare y tú te cepillaras los dientes.

    – ¿Qué es eso? –Vegetto suspiro –

    –Te enseñare también eso –Sonrió acariciando su cabello, Gogeta lo miro atentamente para luego devolverle la sonrisa –

    –Te ves adorable cuando sonreís –menciono poniendo nervioso al hombre otra vez-

    –Tú enserio que no tienes filtro –mascullo sonrojado haciendo reír al tritón –quiero preguntarte una cosa Gogeta ¿Te quedaras aquí? En tierra quiero decir.

    –yo quiero quedarme contigo ¿eso te molesta?

    – ¿no extrañaras el mar?

    –No tengo nada allá pero me encantaría tener algo aquí, contigo si eso quieres.

    –Eso, eso en realidad si me gustaría –comentó –pero primero a desayunar realmente tengo mucha hambre.

    Él se le quedo mirando cocinar aprendiendo las distintas formas de hacerlo mirando lo concentrado que estaba ¿Tal vez esa bruja no estaba tan equivocada? No lo sabía pero realmente le gustaría quedarse aquí con él por el tiempo que le permitieran estar.

  3. .
    Gogeta se encontraba de muy malhumor mientras terminaba su entrenamiento, durante al menos un mes completo Vegetto su novio desde hace tres años le ha estado poniendo excusas, ya no entrenan juntos, ya no juegan juntos, ya no pelean sus salidas habían disminuido y aunque seguían conversando era triste pensar que en realidad Vegetto se había cansado de él.

    –Bueno en algún punto se tenía que cansar de ti –menciono Yamcha –Después de todo es un hombre que saltaba de cama en cama ¿Qué esperabas? ¿Qué te fuera fiel para siempre? Tonterías.

    – ¡Cállate, Yamcha! –Le reclamo Bulma golpeándolo –Deja de ser tan insensible –le regaño –ahora Gogeta, no creo que Vegetto te esté traicionando lo conozco desde hace muchos años y no es de tipo de persona que anda con juegos tontos.

    –Yo no creo que me traicione –respondió Gogeta mirando hacia Yamcha –Es solo que no lo sé, ¿lo extraño? Ya no hacemos tantas cosas, juntos como antes.

    –empieza a extrañarlo más porque

    –Yamcha ¡tú no estabas invitados solo viniste y te uniste aquí! ¿Por qué? –comentó Bulma –

    –porque me gusta el chisme por supuesto.

    –Enserio que eres un idiota –bufó Gogeta mientras Bulma afirmaba –Deberías correrlo de tu casa.

    – ¡Eso haré! –Bulma llamo a sus guardias para que se llevaran a Yamcha –

    Bulma le había aconsejado que hablara con Vegetto sobre lo que estaba ocurriendo que era mejor dejar las cosas en claro, era muy fácil decirlo pero ponerlo en práctica era algo totalmente distinto una semana más paso cuando decidió que no podía soportarlo más, no quería seguir con la incógnita de que estaba perdiendo a Vegetto y si era así era mejor que le fuera sincero para terminar tal vez no como amigos pero al menos como compañeros de entrenamiento, había invitado al hombre a su departamento con el pretexto de una cena deliciosa cosa que Vegetto jamás se negaría era un glotón de primera categoría.

    –Eso estuvo delicioso –sonrió Vegetto –cada vez mejoras más con tu comida –le sonrió mientras recibía una cerveza que le entrego Gogeta –Gracias.

    –De nada –menciono mientras se sentaba en el sofá al lado de Vegetto –yo quería hablar contigo.

    – ¿mh? Pero si hablamos todo el tiempo.

    –Es solo que te extraño –Susurro sonrojándose –Ya no entrenamos juntos ni pasamos tanto tiempo juntos como antes yo solo –suspiro –. . .no quiero sonar…yo… ¿podemos pasar tiempo otra vez juntos?

    –Estamos juntos ahora –comentó mientras acariciaba su mejilla –

    –estaba planeando una salida para los dos ¿sabes? escaparnos el fin de semana a este nuevo sitio turístico en las montañas dicen que la vista es absolutamente magnifica tiene muy buenas atracciones y una piscina, solo tú y yo ¿Qué te parece? Despertarnos juntos ¿un mañanero?

    –Suena tentador pero no puedo –aquellas palabras hicieron que Gogeta sintiera una punzada en su corazón –Tal vez dentro de dos meses.

    –. . .uh –el dolor se extendiendo por su pecho para luego suspirar y sonreírle –sí, claro.

    –Sé que te he descuidado un poco…

    – ¿un poco? –Se burló –yo solo no quiero ser un novio posesivo ni nada pero ¿un poco? ¿Por qué? ¿Por qué simplemente te has alejado tan repentinamente de mí? No me lo has dicho y al menos dame una razón, porque estoy aquí teniendo ideas absurdas y estúpidas que tal vez no sean verdad o si lo sean y no sé, como que te cansaste de mí y ya no quiere pasar tiempo conmigo, o que deje de ser interesante o no quiero pensar en esa última posibilidad.

    –En realidad las tres son bastante estúpidas –menciono mientras Gogeta fruncía el ceño –pero supongo que es mi culpa por no dejarte las cosas claras.

    –oh ¿tú crees? –enarco una ceja mientras Vegetto tomaba su cerveza de un trago –

    –Hace unos meses atrás hubo algo que me molesto mucho –expreso mirando la lata para dejarla en la mesita en la sala –me incomodo no poder hacer algo al respecto y por eso decidí cambiar algo de mí para mejorarme y que eso no me molestara.

    – ¿Qué te molesto?

    –Verte bailar.

    – ¡¿Qué?! ¿Por qué? ¿Tiene algo de malo mi baile?

    – ¡No! De ninguna manera eres grandioso bailando y adoro verte bailar y honestamente no se bailar así que me molestaba que todos pudieran bailar contigo menos yo porque no sabía, me inscribí en clases de baile para poder ser tan bueno como tú y soy un completo desastre tengo dos pies izquierdos así que la mayoría del tiempo practico durante horas porque se lo mucho que te encanta bailar y me encantaría compartir eso contigo –menciono –Quiero poder bailar contigo y aunque Vegeta intente ayudarme siempre termino pisándole los pies se enoja conmigo mandándome a la mierda para que al día siguiente intente volver a ayudarme a aprender.

    –Eso es, eso es muy lindo de tu parte –le sonrió Gogeta mientras Vegetto se sonrojaba rascándose detrás del cuello – ¿enserio Vegeta te ayuda?

    –él es muy bueno bailando ha ganado trofeos de primer lugar en concursos de bailes –comentó –le pedí ayuda y no es un terrible hermano mayor aunque lo parezca siempre nos ayuda a su manera –Gogeta se levantarse del sofá para quitar la mesita colocándola a un lado además de dos de sus sofás haciéndolos a un lado – ¿Qué estás haciendo? –preguntó pero su novio no le respondió tomó su celular colocando música para extender su mano hacia él –

    – ¿me concedes este baile? –preguntó haciendo sonrojar a Vegetto en el proceso quien trago saliva sintiendo su corazón acelerado en su pecho –

    –aun soy muy malo Gogeta, no quiero pisarte los pies.

    –Correré ese riesgo, vamos solo somos nosotros dos –contestó –Quiero bailar con mi maravilloso y tierno novio.

    – ¡No soy tierno! –Protesto mientras Gogeta le tomaba de la mano atrayéndolo hacia él colocando su mano en la cintura de Vegetto–

    –Lo eres –le sonrió –y te amo.

    –Yo también te amo.

    Ambos estuvieron bailando juntos, Gogeta lo guiaba mientras Vegetto de manera nerviosa intentaba seguir el ritmo de su novio sin pisarlo.
  4. .
    Teatro.


    Se acercó a aquel viejo y abandonado lugar pasando por unas cintas amarillas entrando por una de las ventanas rotas, el lugar estaba viejo, un olor a humedad constante llenaba sus fosas nasales junto con el polvo pero eso no le importo mucho.
    Caminando con paso confiado a pesar de encontrarse a oscura solo con una linterna para iluminarse en ese antiguo lugar, pero no tenía miedo a pesar de que el aire de la noche parecía volverse más frío y por el rabillo del ojo podría ver algo moviéndose, no sintió miedo.
    Bajo por las escaleras y el ruido de un piano comenzó a escucharse toda una orquesta siguió a ese piano y en el centro del escenario allí estaba brillando él como un ángel, su hermoso cabello azul parecía resplandecer con las luces, su voz resonaba por todo el lugar haciendo eco llegando incluso a lo más profundo de su corazón.
    Cuando llego cerca del escenario él le dedico una sonrisa extendiendo su mano y no dudo ni un solo minuto en aceptarla, comenzaron ambos a bailar en el sonido de la melodía, se encontraba perdido en esa mirada azulina y brillante sonrisa.
    Cantando su voz se mezclaban, su corazón se sentía en calma mientras bailaba al compás de su ángel deseando que esa noche nunca acabara pero lo hizo, el sonido de un disparo alerto su corazón de una manera agónica sus piernas se debilitaron cayendo al suelo de madera polvorienta, las luces se apagaron y la orquesta dejo de sonar.

    En ese lugar solo se encontraba él, con su agonía, solo él con sus sollozos, solo él y sus recuerdos.
  5. .
    En aquellos años yo era un científico joven no es como si tratara de excusarme de todas las atrocidades que hice en base a valores científicos porque sería demasiado hipócrita de mi parte; Me encontraba en medio de una investigación no muy agradable. Pero algunos nos volvemos deseosos de descubrir aquello que desconocemos importándonos muy poco si afectamos a seres que no son de nuestro círculo social.

    Si era un acto hipócrita después de todo.

    Creyendo que con el hecho de hacer algo con fines a mejorar al resto de la humanidad podemos crear atrocidades que son inhumanas, en esos días mis experimentos eran realizados en un orfanato abandonado; el dueño de la compañía lo había comprado y junto con el los niños que residían en el lugar. Poco o nada le importaron los niños a los medios políticos lo que iba a pasar con ellos mucho menos, después de todo estábamos en medio de una guerra ¿Qué puede importar unos niños huérfanos en medio de contingencia bélica? Lo que ellos necesitaban era dinero para concretar sus fines.

    A ellos no le importaban sin en aquel orfanato se quedaron sin niños para experimentar y tampoco les importo que secuestraran niños para continuar con su labor. Hicieron a vista ciega los acontecimientos.

    Buscar el secreto de la juventud eterna ¿Acaso nosotros los seres humanos no somos especialmente idealistas tanto como sínicos? Todos los días podía ver como mis compañeros de trabajo hacían sus labores, por supuesto como lo había dicho yo era muy joven y mi labor no daba méritos engrandecidos como aquellos que se encargaban de las operaciones y disepciones.

    –Gakupo, Gakupo –Me dijo uno de los pocos niños a los que se le permitía andar libre en ciertas áreas de las instalaciones–

    –Buenos días, Kaito –Acaricie su cabello para nuevamente prestarle atención al área –

    Como todos los días que caminaba por aquí Kaito me acompañaba comenzando a redactarme muchas de las cosas que él hacía mientras yo respondía con monosílabos o asentía. No deseaba encariñarme con ese niño después de todo algún día podía irse igual que mucho ¿Qué valor especial podía tener un niño de todos modos?

    Según sabía de la historia que me había narrado; Kaito tenía aproximadamente diez años había sido vendido por sus padres al laboratorio porque no tenían el suficiente dinero como para mantenerlo a él y a sus otros hermanos, el niño primero se había deprimido pensando en lo que deberían estar sufriendo sus hermanos menores ya que al parecer era el segundo hijo de la pareja que constaba de siete igualmente me contó de lo terrible que era su padre y de cómo los maltrataba y otras cosas inmorales que había realizado con las hermanas de pequeño y por el cual él había recibido una terrible paliza al intentar evitarlo.

    Kaito había desarrollado un inusual apego a mi persona, no es como si yo fuera el ideal de la amistad o la felicidad pero este extraño pequeño parecía querer seguirme a todas partes como si yo fuera mamá pato y el mi patito. Pero no podía encariñarme con este niño no importaba su inocencia o su personalidad que era completamente adorable.

    –Gakupo, ¿Estás bien? –me pregunto ladeando su cabeza hacia un lado, sus ojos me miraban atentamente y sus labios formaban un ligero puchero –

    –Sí, lo estoy –Quería golpearme mentalmente por tener deseos impuros por un niño, ¿Qué tan degenerado era? ¿Qué tan inhumado me estaban volviendo? –

    –Pero, Gakupo se ve-Mh, se cuál es la apalabra, la tengo en la punta de la lengua –Expreso para darse algunos golpecitos en la cabeza –Yo sé que la sé… la tengo, ah –pronuncio al final frustrado –No me acuerdo.

    –Me siento bien –proseguí intentado ignorar sus gestos y volver a mi oficina mientras él me seguía con una sonrisa en sus labios –

    –Bueno, por ahora te creo.

    Podría decir que mis limitaciones se perdieron en algún lugar entre la soledad de pasillo, la ingenuidad del niño y mis deseos impuros por él.

    –Kaito, te enseñaré algo que no debes enseñarle a nadie ¿Entiendes? –Lucí bastante serio, él me sonrió para sentarse entre mis piernas asintiendo y diciendo; entiendo, entiendo. Yo estaba muy seguro que él no entendía –

    Tomé su carita regordeta, sus labios eran rosados y algo carnosos sus ojos azules me miraron con curiosidad y yo satisfacía la mía besando los suyos, no paso de un pico demasiado inocente porque el niño había apretado los labios como si le fueran mostrado un pedazo de repúgnate brócoli. Él dijo mi nombre y yo le pedí que abriera la boca tardo en hacerlo y cuando lo hice, pude desfrutar de su pequeña boca inexperta de cómo sus pequeñas manos se apoderaron de mi bata apretándola de como hacia ligeros gestos para poder respirar y de pequeños temblores que se apoderaron de su cuerpo.

    –No tienes que hacer esto con nadie, ni mostrárselo a nadie, solo conmigo será nuestro juego ¿Entiendes? –él miro hacia el suelo un rato una pequeña lágrima corrió por sus ojos me sentí terriblemente mal pero él pequeño afirmo saltó de mis piernas y luego salió corriendo del lugar –

    Dios, a que limite había llegado mi inhumanidad que había decidido aprovecharme de un niño.

    –Kamui –Habló Yuma, uno de mis superiores y yo me detuvo de mi caminata, él con su semblante serio se cruzó de brazos mirándome como si yo supiera de que venía a quejarse –

    –Si, en que puedo ayudarle.

    –Al parecer te has estado tomando ciertas libertades con Kaito –Mi corazón quiso salirse de mi pecho por aquellas palabras –No serías el primero –Aquellas palabras me hizo sentir un revoltijo amargo en mi estómago y la bilis queriendo correr por mi garganta – pero quiero que entiendas que él es solo un experimento más.

    –Lo entiendo perfectamente señor ¿Algo más? –él negó y yo proseguí con mi camino demasiado contrariado por mis decisiones –

    Si, Yuma tenía razón, me había tomado libertades con Kaito es que ese niño era demasiado tierno para su propio bien. Si también sabía que algunos se aprovechaban de los niños, Sí, como todos había hecho la vista ciega, ¿pero hacerlo yo mismo? No, no, yo no había cruzado los límites, Kaito seguía viniendo a mí y yo no había pasado más allá de besos.

    A pesar de que el lado oscuro de mi alma me gritara que lo hiciera.

    –Ah, ¿lo hago mejor? –me pregunto separándose de mí, sus labios estaba rojos sus ojos vidriosos y su pecho subía y bajaba intentado devolverle aire a sus pulmones –

    –Sí, lo haces mejor –Deje un beso en su frente –
    Tal vez hubiera desistido si él no fuera seguido viniendo, si no fuera seguido sentándose en mis piernas si no quisiera seguir persiguiéndome por él lugar, porque la parte oscura de mi alma deseaba destrozarlo hacer que gritara tomar todo de él y que no quedará nada acaricie su cintura y él soltó una risita diciendo; que yo le hacía cosquillas.

    –Me alegra hacerlo mejor –Se arrodillo entre mis piernas rozando ciertas partes que no debía haciendo presión mientras se estiraba para alcanzar mis labios luego de haber logrado su cometido se bajó de mi regazo y se sentó en una pequeña silla cerca de mi escritorio para permitirme trabajar –

    Este niño será mi perdición fue lo único que pensé.

    Había obtenido varias quejas de científicos hacia mi persona por no solamente estar tomándome ciertas libertades con Kaito las cuales podían impórtales muy poco mientras yo no las hiciera enfrente de su ojos, no lo que le molestaba era el cariño que yo estaba ganando por el niño llegando más temprano que los demás y terminando mi turno más tarde que los otros.

    Cada vez que sabía que iban a experimentar con Kaito yo lo llamaba y lo encerraba en algún lugar diciéndole que era un juego cuando los demás los buscaban y me preguntaban de su paradero yo decía que no lo había visto o que andaba correteando en algún lugar.

    –Kaito, juguemos a las escondidas –él asintió sonriendo para luego salir corriendo e irse a esconder –
    Era como un código para que se retirara y se metiera en aquel lugar donde yo sabía que nadie lo encontraría excepto mi persona, Kaito no era un niño tonto después de todo y si llegaba a sobrevivir estaba seguro que sería un hombre bastante astuto e inteligente pero sus probabilidades eran tan nulas como el que nosotros ganáramos la guerra.

    –Kamui, ¿Dónde se encuentra, Kaito? –Habló Kiyoteru parándose en la puerta de mi oficina yo me encogí de hombros como ignorando su paradero –

    –No lo sé, hace poco salió corriendo mencionando algo de jugar con Miku o algo así –le reste importancia al asunto mirando mis papeles, las líneas de los labios de Kiyoteru era firme terminando al final en una mueca sus cejas estaba fruncidas mirándome con desaprobación –

    –Yo sé que has estado tomándole cierto cariño “particular” a Kaito y me importa muy poco lo juegos que hagas con él –Expreso –pero no evitaras para siempre lo inevitable y no protegerás para siempre a tu juguete –Bufó para irse de allí –

    Sabía que estaba molesto porque hace poco la niña con la que le gustaba “jugar” había fallecido a la pequeña le habían quitado brazos y piernas y él le había arrancado los dientes según lo que escuche para que no mordiera era su muñeca por así decirlo pero se la rompieron.

    A diferencia de él yo haría cuanto pudiera por proteger a Kaito.

    – ¿Ya no me están buscando? –pregunto cuando fui a nuestro pequeño escondite, sonreí para cargarlo entre mis brazos –

    –No, fuiste un niño muy paciente.

    – ¿me vas a besar como recompensa?

    Diablos, enserio este niño será mi muerte.

    Aunque estaba muy seguro de que yo podría ser lo suficientemente inteligente como para proteger a Kaito sin poner en riesgo mi trabajo un día estuve realmente exhausto las horas extras me cobraron factura cuando me percate de la hora me levanté de golpe me arregle tan rápido como pude y salí sin siquiera haber tomado un mísero pan de desayuno. Al llegar intente actuar tan natural como pude pero me encontraba demasiado ansioso, durante mi turno normal Kaito no llego a buscarme en mi oficina, ni siquiera cuando tuve que recorrer el área donde él usualmente transitaba.
    No lo vi por ningún lado y esto me horrorizo pensando que por mi idiotez de haberme dormido se había llevado a Kaito de mi lado.

    Como último recurso decidí buscar en nuestro escondite con el corazón en vilo diciéndome que si allí no estaba él entonces tendría que enfrentar la absoluta decepción de haberlo perdido. Pero para mi suerte o mi desgracia Kaito estaba allí acurrucado sus ojos estaban rojos por haber llorado por horas y rastros de lágrimas corrían por su mejilla.

    –Kaito, ¿Qué pasa? –me arrodille a su lado y él se sobresaltó al verme negó con la cabeza diciendo; que no era nada –puedes confiar en mi ¿lo sabes? ¿No?

    –Yo…perdí –murmuro mirando hacia la pared mientras sus uñas se clavaban en sus piernas dejando marcas rojas –perdí.

    – ¿Qué perdiste?

    –El juego, el juego –negó –fui tan tonto por perder.

    Después de ese día él actuaba diferente con una expresión triste en esos hermosos ojos azules mar, no sabía por qué, él tampoco me decía la razón; aquello no me gustaba en lo absoluto quería saber que le pasaba que lo tenía triste porque andaba tan metido en sus pensamientos, por qué ya no sonreía ¿Qué juego era esa que él había perdido?

    –Kaito, ¿Estás bien? –Le pregunte como si no hubiera hecho esa pregunta ya ciento de veces –

    –Mh, si, juguemos –Habló para sentarse en mis piernas sonriéndome –Juguemos –me tomó de mi corbata colocándose de rodillas y besándome, a niño malcriado si supiera lo que haces en mí y todo lo que creas –

    Hicimos esto durante un rato pero esta vez no se bajó de mis piernas se acomodó y se quedó dormido, sonreí ante su desmesurada ternura le coloque mi bata como si una manta se tratara y lo acomode en esa silla donde solía sentarse.

    –Kamui, ya es tarde es hora de irse o ¿Harás doble turno como siempre? –Habló, Kiyoteru regalándome esa sonrisa burlona y una inclinación de ceja escéptica –

    –Doble turno –Sus labios se fruncieron y negó con la cabeza murmurando algo que no le tomé demasiada importancia –

    Estuve trabajando durante un largo rato el sueño comenzaba a hacer mella en mí, a lo que Kaito se despertó de su pequeña siesta –Gakupo –expreso frotándose su ojo izquierdo intentado abandonar el sueño –

    – ¿si? -Hablé sin quitarle atención a lo que hacía he intentado contener un bostezo por la fatiga –

    –Gracias, muchas gracias –me sonrió, aunque no era una sonrisa que llegaba del todo a sus ojos él estaba bastante triste –

    –De nada –Quería preguntarle él porque pero solo decidió salir corriendo y perderse entre los pasillos dejándome intrigado los niños son algo confusos pensé. –

    A la mañana siguiente fui a trabajar temprano como siempre, está vez Kaito no vino corriendo hacia mí lo busque en el escondite pero allí tampoco estaba, lo busque por todos los lugares.

    Hasta que lo encontré estaban investigando con él; no fue imposible no darme cuenta cuando el piso estaba manchado de sangre y su cuerpo no tenía su cabeza o incluso el hecho de que sus ojos estaban vendados.

    Él realmente había perdido ese maldito juego que los indiferentes sádicos había decidido jugar con los niños y que nosotros ignorábamos o como en la mayoría de los casos hacíamos la vista ciega ¿No lo llevaba haciendo ya por un tiempo remotamente largo? Luego de que no solo niños fueran recluidos a este lugar si no mujeres, hombres y ancianos experimentado con ellos de una manera atroz que dejaba la humanidad de lado para volverse el epitome del sadismo y la crueldad. Intente que el hecho no me afectara ¿Debería? ¿Por qué debería? Pero mi pecho no podía con el dolor e intente tranquilizarme refugiándome en mi oficina hasta estar lo suficiente dueño de mí como para poder continuar como un hombre de deber que era con mi trabajo.

    Ahora que lo estaba odiando cada día más profundamente y que no veía valores científicas en lo que hacíamos más que la crueldad por aquellos que no eran de nuestra misma estirpe, era presumible luego de la guerra que la mayoría de reclusos aquí fuera de hecho de linaje chino. Todo comenzó a darme vuelta intentado retener una excusa para continuar; para ignorar todo bajo los parámetros y seguir con mi trabajo como debía ser.
    Pero tenía ganas de vomitar, tenia deseos de correr y solamente quería escapar del lugar como si me faltara el aire y la habitación se volviera cada vez más pequeña.

    Con la partida de Kaito me di cuenta de las atrocidades cometidas en el lugar, como si hubiera perdido la capacidad ignorarlas, deliberadamente golpeaban mi cabeza una y otra vez como si fueran fantasmas persiguiéndome.

    –Gakupo –Era su voz y al levantar la vista pude verlo seguramente la cordura había decido abandonar mi mente en este momento creándome alucinaciones que no era verdaderas –No estés triste –intente tocarlo pero mi mano lo traspaso como una especie de fantasma –

    –Kaito –Fue lo único que mi cerebro perdido de toda racionalidad pudo pronunciar, sus pequeñas manitas tomaron la mía aferrándose como un pequeño hormigueo imperceptible en mi mano dejándome una ligera sensación de frío –

    –Todo está bien –Dijo pero eso no me trajo alegría en lo más mínimo ¿Cómo él podía perdonarnos? ¿Cómo este pequeño podría tener la suficientemente ignorancia para perdonar toda la maldad de la humanidad que fue mostrada a sus ojos y utilizadas en él? O incluso como siendo un morador del mismísimo infierno pudiera tener la inocencia para perdonar a aquellas personas que le han causado un daño irreparable a su vida y ahora a su no vida. –

    En estos momentos despreciaba a Yuma y Kiyoteru que intencionalmente me alejaron de Kaito pero también me odiaba a mí mismo por ser partícipe de tantas atrocidades y nunca intentar algo para detenerlo ¿Qué motivos había aquí además de causar la muerte más dolorosa posible? Y como si Kaito fuera el detonante para cambiar mi percepción de la vida lo vi a él a su fantasma y no solo el suyo a todos aquellos a lo que le habíamos causado daño persiguiéndome y Kaito siendo la criatura de luz que me protegía de todo el odio de los demás residentes del infierno.

    –Los odio a todos ellos –murmuro firmemente observando como mis “camaradas” hacían sus experimentos con una mujer embarazada –

    –Yo soy como ellos, Kaito.

    –No es verdad, Gakupo. Tú eres bueno.

    –Niño ingenuo y tonto deberías irte.

    –si me voy entonces ¿Quién te defenderá de las criaturas oscuras que intentan llevarse tu alma? No puedo, porque Gakupo es importante para mí y yo te cuidaré.

    Debería decirle que yo no soy bueno y que incluso no tengo alma pero desapareció de mi vista como un humo que flota de un cigarrillo lejos en el aire, aunque sabía que en algún momento en otro lugar podía verlo ¿Realmente me estaba volviendo loco? Renuncie a mi trabajo firmando un contrato de total confidencialidad y que las atrocidades que vieron mis ojos y de las cuales fui participe quedaran en total silencio. Era mejor renunciar antes de que me dieran por loco y me internaran como uno más de los pacientes ¿Cómo puedo ser tan cobarde que no quise compartir el infierno que le he causado a otros seres?

    Era muy simpe; soy una criatura despreciable.

    En el transcurso que siguieron a los años no volví a ver a Kaito ni a ningún otro ser fantasmal más que mi constantes pesadillas demostrándome el despreciable ser que era y despertándome con un sudor frío en las noches y ganas de vomitar hasta no dejar nada en mi estómago.

    Me decidí por tener una vida normal o más normal de lo que se puede tener cuando tu país esta económicamente inestable y todo parecía irse a la ruina, decidí experimentar con plantas y crear medicinas nuevas que pudieran ayudar a las personas en vez de crear la vida eterna porque todo sabíamos que algo como eso no era posible en manos humanas.

    No deseaba tener una pareja fuera porque ese pequeño niño se había robado para siempre mi corazón que solo era llenado con su recuerdo o por mi simple conciencia diciéndome; lo abominable que era y que jamás nadie sería feliz a mi lado.
    Pero mis padres organizaron tantas citas matrimoniales que al final me obligaron a casarme porque yo debía dejar descendencia y siendo el único hijo varón de mi padre el apellido Kamui no podía borrarse el nombre de mi esposa era Luka pero éramos tan poco compatibles que era más tiempo de lo que pasábamos uno a alejado del otro que el de encontrarnos como marido y mujer.

    Tuve un hijo con ella por deber familiar para entregarle la tranquilidad a mi madre de que al fin podía tener un nieto decir que Luka no lo quiso era poco fui yo que desde su más tierna edad tuve que hacerme cargo de mi hijo a quien destetaron a los meses de nacido y quien durante su infancia solo conoció el cariño de su padre porque su madre se negaba rotundamente a siquiera llamarlo hijo.

    Para mi mayor alegría mi hijo tenía los ojos de Kaito unos profundos y bellos ojos azules que me traían el recuerdo de la criatura más dulce e inocente que podía existir en la tierra y que nunca quería que abandonara mis brazos como si fuera Kaito diciéndome; cuida de este niño como cuidaste de mí.

    Fue durante muchos años un bálsamo para mi dolor y heridas que no sabía que tenía pero que se había negado a sanar. Por supuesto que no tuve ningún deseo insano por mi hijo y de hecho por ningún otro niño, era simplemente que Kaito me tenía tan embelesado que no pude evitar enamorarme del niño por más asquerosamente enfermo y pederasta que eso sonara tanto que a veces me enfermaba a mí mismo.

    –Papá, ¿por qué siempre tu mirada es tan triste? –Me pregunto, mi hijo sin duda era un niño inteligente y curioso –

    –Por lo fantasmas de mi pasado hijo –le respondí sabiendo que algo simple no complacería su curiosidad ni sus preguntas –

    –Quiero curar tus heridas, papá.

    –Ya lo haces mi niño, eres mi luz y mi nuevo día –Tomé su manita para darle un beso –Eres mi orgullo –él me brindo una gran sonrisa que podía enternecer el corazón de cualquiera y el mío siempre estuvo bajo su efecto –

    Los años iban transcurriendo y mi hijo de un niño paso a ser un adolescente y luego un adulto consiente de sus alrededor y su deberes como hijo a mi “amada” esposa la mando a un asilo de ancianos cuando no pudo soportar más de sus arrebatos y recordó todo lo malo que le hizo pasar durante su crecimiento.

    –Papá –me dijo sentándome a mi lado en aquella cama yo no me podía mover con facilidad mis piernas no me lo permitían habían cedido muchos años a su deber de transportarme por el mundo –

    – ¿Si? –Estaba en lo últimos de mis días así como Kaito alguna vez lo supo yo también –

    –Realmente te amo, aprecio todas y cada una de las cosas que hiciste y has hecho por mí pero sé muy bien que tu jamás fuiste del todo feliz ¿por qué no me lo dices? –me reí levemente para mirarle él me hizo una mueca pensando que yo tan solo lo trataba como a un niño pero siendo sinceros tal vez para siempre él sería mi niño –

    –Está bien –Le conté sobre todo le conté sobre las investigaciones sobre las atrocidades de la que fui participe le conté sobre Kaito; le relate sobre su inocencia su dulzura y su ingenuidad le conté sobre el afecto insano que desarrolle por un niño de diez años y le conté sobre el día que lo perdí –
    Él se quedó mudo sin saber cómo decirme y una expresión visceral estaba en sus rasgos como intentado dispersar todo el asco que habitaba en su mente – ¿Realmente eso es cierto?

    –Lamento destruir tu estima sobre este hombre atroz y mostrarte que no soy lo que tú creías.

    – ¡No digas esas cosas papá! Usted siempre, siempre será… siempre será mi padre. –Yo solo me reí del intento de mi hijo tan mal camuflado de que no estaba horrorizado por lo que le relate y que no sentía un desprecio hacia este monstruo viejo –

    –Tu siempre fuiste mi bálsamo intente darte a ti lo que él perdió, lo que jamás nadie pudo regalarle intente expiar mis pecados en ti, aunque sé que eso jamás será suficiente para no ir directo al infierno.

    Mi hijo estuvo relatando una serie de razones lo suficientemente justificable para él de porque yo no iría hacia lo que tanto los cristianos temían comúnmente llamado como el infierno pero siendo tan participe como fui de lo que era las atrocidades humanas me di cuenta que el infierno esta entre nosotros mismos.

    Esa misma noche como si mi confesión expiara mis pecados me dormí y yo sabía que la próxima vez que abriera los ojos no iba a ser en esa cama que me había acompañado durante los últimos cuatro años de mi vida.

    Conforme me veía me di cuenta de que estaba caminando nuevamente hacia ese viejo orfanato y que yo había vuelto a ser ese joven de 26 años que trabajaba en esa instalaciones al parecer habitaría como un anima más del lugar del que mi alma no se pudo apartar ni aunque mi cuerpo terrenal lo hubiera abandonado. La demás almas que se encontraba allí estaban listas para atacarme para destruir y despojar los pedazos de mi alma y hacerla pedazos pero una luz corrió entre todas las oscuridad y se transformó en un niño.

    –Sabía que vendrías, Gakupo –Dijo tomándome de la mano y brincando de alegría –Sabía que volverías por mí.

    –Kaito –Como aquel día mi mente estaba abarrotada de tantas preguntas que lo único que mi lengua pudo interpretar como lo último de mi inteligencia fue la pronunciación de su nombre, Kaito comenzó a brillar ante mí y su cuerpo tomo la forma de un adulto con unas hermosas alas blancas en su espalda –

    –Es hora de que ambos descasemos, Gakupo –Me dijo dejando un beso en mi mano y brindándome una gran sonrisa que me hizo sentir como un púber coloreando mis mejillas y deshaciendo en mil pedazos mi corazón para luego revivirlo y hacerlo latir tan fuerte que podría salir de mi caja torácica si quisiera –Te he esperado por demasiado tiempo.

    –Es hora –Sonreí y me vi atrapado en una intensa luz por aquel niño que desde hace muchos años me había robado el corazón –

    Fin.
  6. .
    Si calculaba bien hace más de una semana se encontraba en esa casa particularmente espeluznante, al principio cuando la observaron por primera vez las cosas habían ido bien, era una casa espaciosa, con cuatro habitaciones, dos baños, el ático y el sótano, podían vivir allí tranquilamente con sus mascotas.

    Un gato blanco de nombre Aisu y un gato negro de nombre Nasu, Kaito sonrió acariciando a Aisu que se había subido a la cama haciéndole compañía, Nasu debía estar en algún lugar de la casa, ya que tenía rato que no lo veía, suspiro por lo solo que se sentía, Gakupo estaba fuera de casa trabajando en una grabación de último minuto, mientras que Kaito había decidido quedarse en casa.

    Demasiado perezoso como para hacer algo más que tener el televisor encendido en alguna película al hacer para hacer ruido de fondo y revisar sus redes sociales, concentrado en su celular mandándole un mensaje subido de todo a su pareja solamente para imaginarse el enorme sonrojo que tendría cuando lo leyera porque su amado samurái a veces era muy recatado, soltó una leve risa por su broma para escuchar un maullido muy potente y de repente un destello negro se coló de un salto en la cama y se escondió debajo de las sabanas.

    – ¿Nasu? –Habló para abrir las sabanas observando al gato negro temblando y hecho bolita entre las sabanas, Aisu maulló como reconociendo al otro gato para acercarse y lamerlo intentado calmarlo –

    Aquello alarmo a Kaito ¿Qué le habrá pasado a Nasu? ¿Por qué estaba tan asustado? No era un gato que se intimidara con facilidad, no les tenía miedo a los perros o cualquier otro animal, se levantó de la cama mirando por el pasillo algo oscurecido por la hora, camino por el pasillo para asomarse por las escaleras que daban al primer piso, la puerta de entrada, hacia la derecha el living y hacia la izquierda el comedor, Aisu lo seguía curioso ambos bajaron juntos las escaleras para que Kaito se asomara al comedor no había nada fuera de lo usual estaba atardeciendo así que estaba un poco oscuro, encendió la luz, paso hacia el living encendiendo la luz en el proceso de repente Aisu se erizo hasta la cola y le bufaba a algo en la esquina del living.

    – ¿Aisu? –El gato no parecía prestarle atención solo mirando hacia aquella oscura esquina mientras soltaba gruñidos y bufidos todos muy fuera de él, algo salió volando de la estancia aterrando a Kaito y salió corriendo escaleras arriba siendo perseguido por el gato al estar el gato adentro de su habitación cerró la puerta y se cubrió con las sabanas junto con sus mascotas –

    Así fue como lo encontró Gakupo, hecho un ovillo entre las sabanas con los dos gatos haciéndole compañía antes de lanzarse a sus brazos, Kaito siempre se lanzaba a sus brazos así que eso no tenía nada fuera de lo común exceptuando de que su pareja le relato lo que había ocurrido en la sala y lo que habían hecho ambos gatos, Gakupo intento no prestarle demasiada atención a lo que había dicho Kaito.

    Su amado era realmente cobarde en muchos aspectos y él no creía en los fantasmas.

    A Kaito no le gusto que Gakupo no le creyera para nada pero conforme pasaban los días pensó tal vez que solo fueron imaginaciones suyas después de todo no había nada roto y seguro solamente estaba sobrecogido por lo aterrorizado que estaba Nasu y la anormalidad de Aisu, decidió que no pensaría demasiado en esas cosas paranormales pero mientras tanto no vería ninguna estúpida película de terror de ahora en adelante comedias románticas ¡Si señor!

    Tres días después Gakupo se encontraba solo en casa, Kaito había salido temprano junto a Miku, mientras él hizo su trabajo y regreso antes de lo esperado, ahora se encontraba en la cocina preparando un postre para cuando Kaito regresara y pudieran comerlo luego de la cena, Nasu estaba posaba sobre la mesa mirando atentamente lo que hacía su dueño, el gato blanco no se encontraba cerca.

    Gakupo observo como su querida mascota se espeluzaba toda, bufándole a algún sintió de la cocina.

    – ¿Nasu? Oye, tranquilízate no hay nada allí –Habló intentado calmar al gato negro que había sido su compañero durante al menos tres años pero el animalito fingió no escucharlo y siguió bufándole a la nada de repente comenzó a sentir un intenso frío, tanto que pudo ver un halo de su aliento salir, el gato negro se había apegado más a él sin dejar de mirar a ese lugar en específico donde podía ver una sombra negra creciendo más y más –

    Aquello comenzó a alarmarlo ¿Qué era eso? ¿Qué estaba pasando? Algo como una sombra negra creciendo a cada momento como si quisiera tragárselo no era normal, tomó al gato entre sus brazos para salir de la cocina por la puerta de atrás quedando en el patio, donde se encontraba Aisu durmiendo una siesta debajo de los rosales.

    Gakupo se quedó allí hasta que llego Kaito, no se atrevió a regresar adentro de la casa hasta entonces, cuando Kaito lo encontró afuera quedo confundido, un postre a medio terminar en la cocina y su amado afuera compartiendo con los gatos. Era extraño pues su amado samurái no era alguien que se distrajera con facilidad y dejara de hacer una cosa para ir a hacer otra aun así Gakupo no le dijo que le había pasado.

    –Entonces Miku decidido que podíamos hacer un dueto juntos para el próximo proyecto.

    –Eso es bueno –Contestó, Gakupo. Kaito se veía muy animado como siempre que tenía proyectos para él y canciones –

    – ¡Si! Será demasiado interesante. –Kaito se quedó mirando a un lugar en específico y luego pestaño estaba seguro de haber visto la figura de alguien –

    – ¿pasa algo? –pregunto mirando a su compañero, pero este negó con la cabeza –

    –No es nada, tal vez solamente estoy agotado.

    –Si quieres puedo preparar el baño, así tomaras un merecido descanso con agua caliente.

    –Eso suena bien mi amor ¿Estás en los ingredientes para mi baño?

    –No me importaría serlo –Se levantó de la mesa dándole un beso ligero en los labios a su pareja, para que Kaito soltara una risita, adoraba a su atento y romántico samurái –

    Pero para su mala suerte antes de que Gakupo se adentrara a la bañera o siquiera se quitara una prenda que no fuera su camisa de vestir, fue llamado de improvisto haciéndole sentir un retorcijón en las tripas a Kaito odiaba cuando eso pasaba cuando podían tener uno de sus momentos románticos y uno de los dos eran interrumpidos por una llamada.

    A veces las personas eran tan inoportunas, así que tuvo que ver a su sensual samurái sin camisa salir del cuarto de baño atender la llamada, estúpida llamada. Se metió al agua que calmaba sus músculos estaba increíblemente agradable, suspiro fascinado por la sensación, suspiro mientras se adentraba un poco más a la tina entre la espuma, cerro sus ojos sintiendo que el cansancio de ese día se marchaba dejando una sensación cálida.

    Abrió sus ojos pues sentía algo moverse en su hombro y no sabía que era hasta que noto que era un gusano sobresaltado dio un ligero brinco para quitárselo del hombro ¿De dónde diablos había venido eso? No tuvo que preguntárselo mucho cuando el agua tibia se enfrió y el líquido espumoso se fue tornaron rojizo hasta volverse sangre llena de larvas e insectos, quería gritar más su cuerpo estaba petrificado por el espectro ante sus ojos de piel grisácea, cabello largo negro y ojos rojos, largos dientes afilados, el espectro abrió la boca y el cerro fuertemente los ojos soltando un profundo grito lleno de terror.

    – ¡Kaito!, ¡Kaito! –le llamaban, lentamente fue abriendo los ojos para notar a Gakupo bastante preocupado – ¿Qué paso?

    Miro hacia la bañera todo estaba normal como si nada hubiera pasado, ¿Acaso lo había alucinado? No, no podía ser posible ¿o si podía? Tenía miedo y comenzó a llorar, Gakupo intentaba consolarlo.

    –Gakupo me quiero ir de aquí, no quiero estar más aquí –Susurro temblando y llorando en los brazos de su pareja –

    Gakupo jamás lo había visto tan angustiado si Kaito solía ser un cobarde, si también un llorón pero esa angustia total jamás la había visto como si estuviera seguro de que si se quedaba allí moriría, él también pensaba algo similar.

    No le gustaba esa casa.

    Suspiro para ayudar a Kaito a salir del baño y arreglarse por obvios motivos no tomó su anhelada ducha ya que Kaito se había aferrado a él sin soltarlo, ambos habían terminado en la habitación teniendo que pasar su última noche en la casa, era tarde y buscar un hotel donde permitieran mascotas sería demasiado problemático, ambos felinos se encontraban sobre la cama acomodados uno al lado del otro como una mancha blanca y negra. Kaito parecía más calmado entre sus brazos y con el ruido del televisor de fondo, las luces encendidas. Él no quería estar a oscuras aunque sabía bien que la luz tampoco parecía cambiar las cosas.

    Gakupo estaba desesperado todo había ocurrido demasiado rápido ante sus ojos en un momento estaba sosteniendo a Kaito entre sus brazos intentado conciliar el sueño al siguiente solo escucho un grito, la completa oscuridad y un bufido de gato de cuál de los dos no estaba del todo seguro, Aisu había salido corriendo tras su dueño y Nasu siguió al gato blanco.

    – ¡Gakupo ayúdame! –Había escuchado de parte de Kaito, de algún lugar pero de ninguno a la vez como de un eco que se repetía entre las paredes, como si estuviera dentro de estás –

    Tomó su fiel Miburi de donde la mantenía colgada para salir de la habitación aunque sabía que una espada de seguro no podría enfrentar a ese ente, fantasma, demonio lo que fuera, le hacía sentir algo de seguridad, algo de control corrió por los pasillos siguiendo la cola tupida y negra de Nasu pensando que el gato al menos tendría algo más de conocimiento que él pero no importaba que tanto corriera el pasillo se hacía interminable y la voz de Kaito lentamente se iba retorciendo hasta no ser más que alaridos causando dolor en su pecho que no podría explicarse con palabras.

    El gato negro soltó un bufido erizándose, Gakupo observo como su querido gato era sostenido en el aire para brutalmente ser arrojado contra la pared tan fuerte que escucho el crujido de los huesos romperse una exhalación de aire debido a la sorpresa escapo de sus labios mientras observaba lo que fuera que hubiera en ese lugar como golpeaba incontables veces al animal hasta no ser más que resto de sangre y huesos, contuvo un grito en la garganta sintiendo como sus piernas temblabas y todo comenzó a dar vueltas pero no era algo que estaba en su mente, el pasillo parecía moverse en un eje invisible hasta que lo aventaron hacia adelante topándose con las escaleras donde lo mandaron rodando, al abrir los ojos y poder enfocar bien sobándose el golpe observo el cuerpo del segundo gato, Aisu estaba clavado en la puerta que conectaba con el sótano, su pelaje blanco estaba manchado de sangre y dividido a la mitad gotas carmesí caía hacia el piso, se levantó para tomar la pequeña cabeza del animalito blanco entre sus manos cabeza que estaba separada de su cuerpo y comenzó a llorar.

    Habían tomado a ambos gatos desde cachorros y perderlos de semejante manera era sumamente triste, él adoraba a sus mascotas y verlas dañadas de esa manera era un dolor que se acumulaba en la base de su garganta como un grito demasiado grande que la desgarraba y acides corriendo desde su estómago hasta quemarle la faringe la puerta del sótano se abrió con un chirrido que hizo eco en la silenciosa noche no se veía nada abajo.

    – ¡Gakupo! –El grito desgarrador de Kaito, le hizo precipitarse hacia las escaleras sin importarle lo que podría encontrarse en medio aun si no podía observar absolutamente nada –

    Peor era que podía escuchar a Kaito sus quejidos, alaridos y sollozos de dolor podía escucharlo como un eco que rebotaba en la pared o en su mente, llamándolo, pidiéndolo, suplicando por él pero por más que bajaba en las escaleras estás no parecían tener fin como si el tiempo o el espacio no ejercieran en ella dejándolo vagando infinitamente en la oscuridad sin oportunidad de subir solo bajar y bajar, mientras su pecho se volvía más apretado y el calor iba en aumento, el sudor recorría su frente y cuello, se relamió los labios resecos, ve algo rojo al final de las escaleras y por un momento temé lo peor.

    En sus oídos resuenan rugidos y una respiración en su nuca, intenta suprimir el miedo como le enseñaron desde niño se repite su mantra para intentar contrarrestar el miedo latente que se arremolina en la base de su estómago hace que sus pulsaciones se aceleren y la sangre bombee por todo su cuerpo intenta nublar su mente y campo de visión aumentando los sonidos y generando pánico.

    Pero no puede entrar en pánico, una risa gutural resuena le acaricia la espina dorsal con el escalofrió del terror a lo desconocido pero no se detiene sus pies siguen bajando hasta llegar al suelo pero no es el sótano lo que ven sus ojos es algo más que eso, huele a cenizas, humo y cadáveres quemados o en su defecto en estado de descomposición el olor le irrita la nariz y le agua los ojos, no sabe en qué lugar esta aunque algo pequeño en su mente le dice; que sí conoce la respuesta.

    Pero no es una buena observación de su cerebro y no quiere escucharlo tampoco.

    Intento relajarse apretando más fuerte a Miburi entre sus manos, caminando por el lugar que parecía querer calcinarlo vivo en cada paso, era demasiado calor, tanto que se sentía mareado y no coordinaba correctamente sus pensamientos pero debía de encontrar a Kaito, no podía dejarlo, jamás lo haría, mientras más caminaba más desorientado en aquel lugar se sentía a veces era muy oscuro y otras veces podía ver a cuerpo cayendo desde el cielo incinerándose personas retorciéndose de dolor y agonía a veces tuvo que correr y esconderse.

    Hasta que encontró a Kaito y un grito desgarrador salió de sus labios, su amado yacía empalado la lanza salía de su boca, sus ojos habían sido arrancados y alguna clase de buitre estaba devorando sus entrañas, sus piernas se debilitaron, cayó al suelo llorando sintiendo como su interior se comprimía en la agonía absoluta de no poder salvar a quien amaba, pidió morir, haber sido él lo grito en voz alta, mientras sentía como se quemaba su pecho y su mente se quedaba vacía de pensamiento solo aceptando la resignación por la muerte, lenta o rápida no le importaba todo se fue oscureciendo lentamente para él pero aun podía sentir el calor estaba quemando sus manos y los gritos de agonía, el olor a cenizas.

    –Gakupo –Sus ojos se abrieron para enfocar a Kaito, su respiración era acelerada, su corazón bombeando sangre a gran velocidad por su cuerpo –Gracias a Dios que despiertas, estaba muy preocupado, estabas teniendo una terrible pesadilla. –No pronuncio palabras su garganta dolía demasiado pero solamente pudo agarrar el rostro de Kaito cerciorándose de que si, era verdad él estaba allí era tan real como él mismo y todo había sido un espelúznate pero muy realista sueño, se abrazó a Kaito su cuerpo temblando, beso su mejilla, su cabello y su frente, agradeciendo a Dios de que fuera solo una terrible pesadilla –

    Nunca había sentido tanta euforia.

    Aunque era de madrugada Gakupo no volvió a dormir Kaito se mantuvo en vela a su lado su pareja no quería comentarle lo que había soñado aunque por los terribles y desgarradores gritos que Gakupo soltó durante su pesadilla supo que era algo tan malo que era mejor que no lo recordara y no atormentarlo con ello, tomó su mano y la acaricio era la primera vez que cuidaba de esa manera a Gakupo usualmente es al revés aun así no estaba del todo mal.

    Al menos una vez él tenía que cuidar y proteger a su amado así sea regalándole esa sensación de seguridad que tanto necesitaba en esos momentos.

    Esa mañana decidieron buscar un lugar donde quedarse ya no estarían más en aquella casa con terribles recuerdos, primero se quedaron unos días en casa de Gumi, mientras encontraban una casa o departamento donde vivir; no importaba.

    Aquella casa la dejaron sola y no querían saber que terribles sucesos podían experimentar sus próximos dueños.
  7. .
    Hace mucho tiempo que escucho las cadenas crujiendo por toda la casa, pesadas cadenas siendo arrastradas por el piso de madera, suspiro y me arropo hasta la cabeza e intento ocultar el sonido con la música en mis auriculares aunque en el último tiempo ya me encuentre acostumbrado al hecho de escuchar esas constantes cadenas no significa que no me moleste.

    Sé muy bien lo que quieres, quieres que vaya allá. No vas a gritarme, no vas a decirme nada solamente quieres que baje al sótano, solamente quieres que vea otra vez lo he has hecho de ti mismo.
    Lo que me obligaste a hacerte, sé muy bien que si destapo de las sabanas allí estarás mirándome desaprobatoriamente, pero eso no pasara tú te lo buscaste.

    Jugaste conmigo sin pensar que yo podría hacerte algún daño, me usaste y luego tiraste, te lo mereces. Te mereces lo que te hice, no me interesa mi castigo, él me otorgas.

    O si tengo que escuchar las cadenas crujiendo por las noches.

    Él no te tiene, yo te tuve. Yo ahora te tengo atormentándome sin darme descanso escucho las cadenas, una y otra vez como una penitencia constante de que te he arrebatado la vida, cuando tú me la habías arrebatado en el momento en que lo elegiste a él sobre mí.
    Eres mi ángel y me soltaste en picada rompiéndome las alas.

    Sé muy bien que cuando te ate con esas cadenas, gritaste, lloraste, suplicaste.

    Cuando viste que no cambiaría mi posición te negaste a comer no importa cuánto te obligue te perdí.

    Y el recuerdo jamás abandonara mi mente junto contigo que sigues perturbándome en las noches.
    Pero te tengo y él no te tiene.

    Puedo soportar estás cadenas por la eternidad.
  8. .
    Una sonrisa se dibujó en sus labios, no solía visitar mucho el bar de la ciudad pero había descubierto algo ciertamente interesante en el lugar, un joven que estaba aquí desde Nueva York por un tiempo de vacaciones, ciertamente era un joven extravagante de cabello rubio y pecoso, además de ojos con heterocroma. Burlista, sin pelos en la lengua y con un encanto afeminado.

    El chico se le acerco con una sonrisa en los labios y comenzó a hablarle, rápidamente le respondió de manera sarcástica, pero entablando una conversación más a fondo descubrió que tenían gustos particulares en algunas cosas, no eran tan similares y sus opiniones lo habían llevado a debates verbales pero era peculiarmente entretenido. Y él ciertamente se estaba aburriendo un poco últimamente.

    Durante las semanas transcurridas se fueron conociendo un poco más, Ángel aunque él estaba seguro que ese no era su nombre le había dicho; que negocios particulares de su familia lo tenían allí. Pero no hablo que clase de negocios o qué diablos hacía en Nueva Orleans, primero eran por vacaciones ahora eran por negocios particulares.

    Una tarde luego de su trabajo decidió que luego de ser entretenido durante tanto tiempo por Ángel quien siempre llegaba a su casa antes de que se fuera al trabajo, además de que le cocinaba y siendo sinceros Ángel no era particularmente un mal cocinero y la comida italiana preparada por él no era mala en lo absoluto. ¡Pero vamos! Necesitaba algo de acción en su vida, tres semanas ya habían sido bastantes pero ¡Oh! Era el Mardi Gras y la ciudad estaba tan animada y festiva que solo debía esperar unas cuantas horas en el pantano a que un tonto intoxicado caminara por allí y bueno una presa sencillamente fácil. Además estaba seguro que Ángel estaba revoloteando entre en alcohol, el baile y las luces eso le encantaría ciertamente.

    Y no era como si él se prohibiera pasar algunas horas entretenidas en esa diversión. Pero en esos instantes de la noche se encontraba posicionado en el pantano escopeta en mano esperando una presa, el sonido de pasos le llamo la atención, se asomó ligeramente de su escondite eran tres personas.

    –Creo que estas muy lejos de tu territorio, niño –Hablo un hombre alto y corpulento con un revolver en mano –

    –Sí, bueno he decidido un poco saltar los limites –Esa voz, él conocía perfectamente esa voz y aun oculta por la penumbra de la noche y solamente alumbrada por la luna, Alastor pudo ver perfectamente la cabellera rubia de ángel –Claro que solo me he estado divirtiendo, nada de malo tiene un poco de diversión.

    –No cuando te metes en territorio ajeno e intentas suministrar tu porquería aquí.

    – ¡Porquería! ¡Ja! Que insulto, no es como la bazofia que tienen ustedes por favor yo solo tengo la más alta calidad.

    Alastor pasó por alto toda la conversación de mafiosos, mirando expectante que sucedería, su sonrisa estaba tensa en sus labios, esperando que ángel en realidad no estuviera mordiendo más de lo que podía tragar, una inquietud se volvió en la base de su estómago, bien que se había vuelto amigo de neoyorquino, el primer mafioso le apunto con su arma, ángel solamente sonrió y levanto sus manos y de un minuto a otro estaba disparando y tenía a los dos derribados.

    Armas, las armas estaban en sus manos y en ningún momento las vio, ángel solamente se estaba riendo.

    –Putas escorias baratas –Fue lo que dijo para tirar sus cadáveres al pantano y que los cocodrilos hicieran el resto –

    Ángel con sus ojos chequeo la zona intentado encontrar a algún testigo pero no vio nadie, se encogió de hombro y salió del lugar como si nada hubiera pasado. Alastor escondido en su sitio intentaba sopesar cual era la sensación que había sentido cuando vio matar a Ángel sin duda fue única le revolvía el estómago de una buena manera y su sonrisa se había anchado con fascinación por supuesto que no era igual a su manera de matar pero era. Letal y seductor podría decir que incluso era estimulante lástima que desperdiciara tan buena carne con los reptiles acuáticos dueños de esas aguas, bueno sería en otro momento.

    Por supuesto que esa noche capturo una presa, una que ciertamente no devoraron los habitantes de las aguas del pantano. Por supuesto que tener a su presa entre sus manos mientras la desmembraba y hacia buenos pedazos de carne para comer colocando los restos en el congelador no pudo borrar esa estimulante sensación. Incluso Ángel había aparecido como si nada esa mañana y había desayunado un poco de su comida le había gustado aunque claro él no sabía lo que estaba comiendo.

    –Pasaste una linda noche sin mí, sonrisas –Pregunto mientras su barbilla estaba apoyada en su mano y su codo en la mesa –

    –Sinceramente fue una noche de nuevos, estímulos.

    –Oh, estímulos –Sonrió de manera coqueta – ¿Alguien tuvo una noche de aventura?

    –Se podría decir de alguna manera, si, hubieron eventos interesantes.

    – ¿Esa es toda la información que obtendré? ¿No hablaras de que encontraste a una mujer encantadoramente sexual y tuvieron el gozo de su vida?

    –Oh, mi estimado amigo usted sinceramente tiene una mente llena de pensamientos impuros, pero no mi noche no estuvo llena de esos estímulos carnales.

    –Que aburrido que eres, sonrisas –Murmuro –Si yo fuera la mitad de condenadamente sexy como tú, bueno no pasaría una noche sin “estímulos carnales”

    –No es que no los tengas ciertamente.

    –Buen punto, si los tengo y son tan….mh.

    – ¡No requiero de tanta información!

    – ¡Vamos, sonrisas! Estás cerca de los 30 no me mientas y seguirás siendo virgen, que desperdicio.

    –No estoy interesando en actos, libidinosos.

    –Uh, si sigues así las personas van a comenzar a pesar que eres un extraño asesino en serie que devora a su víctima o algo así y que le gusta vivir en el pantano. –La sonrisa de Alastor era tensa, su mirada se enfocó en él y destilaba enojo si ángel había comenzado a descifrar sus sonrisas –No es que lo seas por supuesto, pero ¡Oye! deberías mantener un poco más las apariencias ya sabes no vaya a ser que te confundan con el dichoso fantasma del pantano.

    –Tomaré tu consejo en cuenta, mi estimado amigo. –Respondió dándole una probada a su desayuno –

    –Si bueno somos amigos y no quiero que cosas terribles te pasen ¿sabes? –Se encogió de hombros restándole importancia al asunto, Alastor sonrió a pesar de ser alguien que está hasta el cuello en la mafia era muy ingenuo –Vaya esto está muy bueno.

    –No es carne animal no que estás comiendo –Sonrió sádico, ángel detuvo su masticar procesado las palabras de Alastor luego soltó una risa –

    –HAHAHA, sonrisa. Estás de broma ¿Cierto? –Miro la sonrisa de Alastor luego a su plano luego a su amigo, no, esto no podía, intento no procesarlo ciertamente Alastor no estaba bromeando y una extraña sensación se arremolino en su estómago al saber que lo que estaba comiendo era carne humana –Bueno, el mundo está lleno de porquería ¿Por qué no liberarnos un poco de ella? –menciono para seguir masticando si no pensaba en lo que era no lo vomitaría ciertamente –Además ¿quién soy yo para juzgar?

    –Ciertamente nadie, te vi en el Mardi Gras lanzando tus victimas a los habitantes de pantano, de seguro lo disfrutaron.

    –Si bueno, te las hubieras traído a ti si hubiera sabido de tus gustos. Pero la verdad dudo que te hubieras perdido de un gran sabor de seguro su carne estaba amarga de tanta droga de porquería.

    La forma en que se lo tomo ángel fue tan natural y encantadora no había nada de falso en sus palabras después de todo Ángel era un chico joven, demasiado joven aun e ingenuo al mundo solo conocía la mafia y la familia ¿pero realmente conocía lo atroz que era? A veces lo dudaba aunque el chico no le hubiera dicho en ningún momento su edad y parecía querer aparentar más de la que tenía, bueno no se lo iba a preguntar de todas formas.

    Ellos dos compartían un secreto y ese secreto lo atabas a cadenas, Ángel era un mafioso, Alastor un asesino en serie los dos ocasionaban muertes, vaya ¿Quién dirían que tendrían algunos gustos más en común de lo que pensaban?
    Más pronto que tarde Ángel regreso a Nueva York pero ambos mantuvieron su conexión a través de cartas conversaciones absurdas sobre ellos aquí y allá, algunos huérfanos sin hogar o alguna catástrofe, algunas recetas de cocina y un poco de discusión musical, nada perjudicial además de que Ángel se quejaba de que a veces su padre era un completo bastardo.

    Había aceptado el consejo de Ángel de que necesitaba tener una integridad más solidad que solo ser un solitario locutor de radio y coqueteaba con algunas chicas o salía en citas, era repúgnate para él pero esperaba que le diera algo de consistencia a su fachada. Luego de un año completo Ángel volvió pero esta vez se quedó con Alastor en vez de un hotel.

    Aunque el mafioso no era tan tonto, Alastor era su amigo pero era un maldito psicópata caníbal no iba a dormir con tranquilidad en la misma casa que él, dormía con una pistola debajo de su almohada. Pero luego de que las noche pasaban comenzó a tener menos desconfianza, sabía que Alastor elegía sus víctimas al azar era un oportunista no un cazador.

    Además nunca asesinaba a alguien que conociera.

    Ángel se daba dé cuenta de que las cosas iban variando, un toque por aquí, una manita por acá y Alastor le permitía invadir más su espacio aunque él ciertamente era muy suspicaz con su espacio personal le había permitido entrar en él, no se ganaba un irritante chirrido de dientes cuando tocaba a Alastor, ahora podía tocarlo con total y completa tranquilidad ¡Y eso no era algo que se gane todos los días!

    Ángel no era tonto siempre se había sentido insanamente atraído por los hombres más que por las mujeres, a pesar de que todos dijeran que era algo antinatural no podía evitarlo y sabía que no todos los hombres compartían sus gustos; ya se había ganado unas cuantas palizas.

    Pero le gustaba Alastor podría decir que incluso estaba enamorado, Alastor actuaba como el perfecto caballero siempre sonriente sin ninguna palabra ofensiva no le hacía de menos o decía que era una basura como sus padres; si era un psicópata caníbal pero las personas son una mierda y el mundo está muy infestado de ellas. Además él es un mafioso asesino ¿acaso puede opinar? Sin dudas no. Conjuntamente se sentía muy celoso no era que Alastor se fuera todas las tarde pero ciertamente fingía una relación con una chica de nombre Minzy, él hombre le había dicho que en realidad Minzy no le importaba y que no estaba interesado emocionalmente en ella.

    Oh pero la chica si, ella estaba locamente enamorada de él. Lo había leído en las cartas que le mandaba y eso lo ponía tan celoso que solo quería tomar su arma y volarle lo sesos a la muy zorra, pero a diferencia de ella, él conocía perfectamente a Alastor.

    Conocía su más oscuro secreto, conocía la admiración y el cariño que sentía por su madre, antes de encontrarla muerta, abusada sexualmente, hecha pedazos y desmembrada con los gusanos comiendo su piel, porque su madre no vivía cerca y él la visitaba cada fin de semana solo para encontrarla así, lo habían hecho solo para robarla pero decidieron saciar su estúpido libido sexual en ella. Alastor lo había contado como si fuera un reporte de radio pero su sonrisa estaba tensa y en sus ojos se veía su molestia aún era algo que lo afectaba, aunque por un comentario sabía que Alastor se había encargado de sus asaltantes. Alastor se tenía merecido el infierno desde los 20 – 21 años desde que hizo su primer asesinato. Y tal vez fuere que si esto o aquello no hubieran pasado las cosas serían distinta bueno le gustaba ya Alastor ¿Qué importaba si era retorcido como la mierda?

    Mientras los días pasaban se había pensado en un amor unilateral con su caballero sonrisas, pero un día sin más luego de su cita semanal con Minzy, Alastor llego crispado e incluso parecía con las claras intenciones de matar a alguien, se enteró poco después de que Minzy había invadido su espacio personal y descaradamente le robo un beso, claro que Alastor se quedó tieso de la impresión, la chica poco después sonrojada y avergonzada abrió la puerta de su hogar adentrándose sin más dejándolo al locutor mudo y sin saber que hacer más que un sentimiento de gran indignación ninguna otra chica se había aventurado a tanto con él, el descaro de ella solo lo molesto.

    Ángel estuvo hablando sobre algunas formas de asesinarla si tanto le molestaba, incluso podía hacerlo él mismo no es como si le importara mucho y realmente le había hecho hervir la sangre que besara a Alastor no es que fuera suyo pero no quería a esa zorra besándolo. Alastor se quedó pensándolo y dijo que algo como eso sería contraproducente y que prefería dejarla que interferir con su fachada. Ángel bufo irritado pero tenía que darle la ligera razón, entonces paso lo impensable Alastor de repente se apodero de sus labios. Ángel estaba sorprendido lo estaba besando y o vaya eso era sorprendente Alastor tenía un sabor a Whisky y café, pero no era repugnante podía decir que incluso adictivo, cerró los ojos y se dejó llevar por aquel beso.

    –Ciertamente eso no fue desagradable –menciono Alastor pensativo, los labios de Ángel sabían dulces y afrutados, no era en su totalidad incomodo besarlo e incluso sentía que podía volver a hacerlo cosa que paso cuando el chico enredo los brazos alrededor de su cuello y lo atrajo a otro beso –

    Podía acostumbrarse a eso incluso.

    Ellos no sabían en qué nivel estaban la relación que ellos tenían pero ciertamente había subido de nivel, Alastor no se sentía incómodo con el toque o los besos de Ángel aunque evidentemente no habían pasado a algo más íntimo aun si Ángel lo quisiera así los besos estaban bien por ahora. Ángel se quedó en New Orleans hasta el cumpleaños número 30 de Alastor cuatro días después se marchó.

    Por supuesto que con un mal sabor de boca no quería dejar al hombre que le gustaba y dejar lo que habían avanzado en ese periodo de tiempo, pero necesitaba regresar a New York no podía seguir retrasando más su regreso o su padre no estaría nada contento, pero las cartas seguían siendo una constante entre ambos.

    Para Anthony Dust.
    De Alastor Walker.

    Querido amigo afeminado Anthony los días han sido sumamente tediosos aquí en New Orleans, no hay mucho que reportar además de uno que otro avance policial sobre el fantasma del pantano sería bueno estar contigo en estos momentos podríamos ir a un bar o al auto cine en cambio me quedo aquí en mi soledad, una cosa que reportar encontraron a Minzy en su club nocturno al parecer se cayó por las escaleras y se rompió el cuello una forma muy particular de morir ¿No lo crees? Sobre las cosas que me mencionaste de tu padre yo creo que podrían mejorarse no lo conozco y si quieres puedo charlar con él, por otro lado si me gustaría conocer a tu gemela Molly has hablado tanto de ella que puedo decir que es tan particularmente interesante como tú así que he decidido tomarme unas vacaciones de la radio y hacer un viaje ¿tal vez a New York? Eso sin duda sería entretenido, no he tenido vacaciones en mucho tiempo y sería bueno conocer al fin la ciudad de la que tanto me has hablando. Voy a ir el lunes de la próxima semana necesito terminar mis equipaje y acomodar ciertas cosas en la radio para dejar a mi sucesor.

    Ángel estaba demasiado emocionado por la carta de Alastor se lo contó a su hermana incluso, ellos se llevaban bien y no se ocultaban nada bueno, tal vez le oculto que Alastor era un psicópata caníbal solo para no asustarla pero del resto si le había dicho de los avances que había tenido con el locutor Molly no estaba muy convencida de las acciones de su hermano no porque no supiera de su gusto por los hombres o que ese hecho le perturbara si no por su padre y como lo tomaría, pero llego el lunes, el martes y el miércoles, Alastor no aparecía preocupado y alterado por no recibir una carta del susodicho explicando su retraso el jueves tomó el tren a primera hora de la mañana para viajar hacia New Orleans, al llegar tomó una taxi hacia la casa de Alastor al llegar encontró la puerta abierta algo fuera de lo común pero había manchas de sangre en la entrada, sorprendido entro hacia el lugar para encontrar la escena de una batalla había demasiada sangre en el suelo y apestaba horrible, la batalla solo parecía en el salón principal y la cocina así que decidió seguir el rastro de sangre que se dirigía hacia el bosque, había huellas de perros y varios pares de pies, siguió en rastro mientras seguía la sangre.

    Esa horrible sensación que lo había estado persiguiendo desde el lunes se había enredado en su estómago con mayor fuerza, más adentro del bosque encontró el cadáver de dos perros ya siendo comido por los insectos del lugar, su corazón se estaba estrujando a cada paso que daba y rezaba a todo ser existente o inexistente porque Alastor estuviera bien y vivo, pero sus suplicas no fueron escuchadas.

    Encontró a Alastor clavando en un árbol su cuerpo se veía bastante magullado y golpeado aunque se notaba que había dado bastante pelea tenia partes faltantes y grande mordidas de los perros, los gusanos ya estaban y las larvas ya estaban haciendo de su alimento el cadáver y un olor fétido envolvía el ambiente pero lo que más hizo querer hacer vomitar a Ángel además del estado del cadáveres eran las enormes astas de ciervo que clavaron en su cráneo y las orejas que colocaron en su cabeza escribiendo con sangre.

    El cazador ha sido cazado.

    Como un ciervo en temporada lo persiguieron acorralaron y atraparon, no pudo resistir más a la imagen cuando Ángel estaba devolviendo su almuerzo en uno de los matorrales del pantano sintiéndose enfermo, merado y destruido gruesas lágrimas de dolor surcaban sus ojos por sentir que su amor le había sido arrebatado porque él realmente amaba a Alastor y estaba comenzando a pensar que de su forma tan extraña Alastor le devolvía el afecto.

    Solo había que pensar un poco en los pequeños detalles y todo estaba allí aunque fuera imaginario.

    Ángel realmente se había imaginado una larga vida con Alastor, siempre creyó que Alastor morirían antes que él de vejez ya que él era más joven, jamás se imaginó siendo asesinado por ser un mafioso ni a Alastor por ser un asesino en serie. Solo se imaginó en alguna cabaña de un bosque compartiendo su vejez con Alastor y perderlo en circunstancias normales y no tan trágicas y grotescas. Esto era una pesadilla una pesadilla de la que quería despertar pero no podía y estaba seguro que jamás borraría esa imagen de sus ojos.

    Allí aprendió que la vida es una mierda, un doloroso quejido escapaos de sus labios mientras ansiaba crecía su sed de venganza ¿pero de quién? ¿Contra quién tenía que ir? ¿A cuántos tenía que matar? No importaba cuanto tardara mataría a todos y cada uno de esos infelices así tendría que incendiar toda la maldita ciudad, la única que sabía en donde se encontraba era su hermana pero o los bares eran grande lugares para tomar información.

    Además los imbéciles no evitaron fanfarronear sobre que habían matado al fantasma del pantano que en realidad era el asesino de la radio, así le había apodado, Ángel fingió escuchar atentamente con una sonrisa de calma en los labios mientras el grupo de borrachos hablaban de cómo y cuánto le costó cazar al asesino de la radio, lo había tomado de sorpresa mientras desayunaba ellos dijeron que tenía las maletas listas para huir de lugar así que fueron más agresivo con él, Alastor había tomado a uno y le corto el cuello con el cuchillo que cargaba al segundo se lo clavo en la frente, ellos no le permitieron tomar su escopeta los perros lo atacaron, Alastor los esquivo los mareo dentro de la casa y salió adentrándose a su tan conocido pantano, uno de los perros lo alcanzo mordiendo su pierna Alastor tomó una enorme piedra y con esta lo golpeo tan fuerte que lo mató con el siguiente hizo lo mismo.

    Pero al final su destino estaba sellado.

    Ángel se encargó de esos malditos y que Alastor hiciera el resto en el infierno.
    Después de todo era como una siniestra promesa el hecho de que ambos se encontrarían nuevamente en el infierno, esperaba asegurarse esta vez no perderlo.
  9. .
    Anthony sonrió observando a su amiga quien le devolvió la sonrisa ambos tenían un trato se adentrarían al cementerio y verían cuanto podían soportar la noche, necesitaba saber si era verdad que ese lugar estaba embrujado. ¿Qué mejor que una noche de brujas para poder averiguar si dicho suceso era ficticio o real? Su amiga abrió un hueco en la cerca por el cual ambos pasaron para adentrarse a la necrópolis.

    Encendieron sus linternas y se propusieron a caminar por el lugar, ambos comenzaron a retarse constantemente si se atrevían a pisar una tumba o acostarse sobre esta, solamente dos adolescentes irresponsables metiéndose con cosas que no deberían. Hasta que Cherri consiguió una tumba en particular.

    – ¡Mira, Ángel! ¡El asesinado de la radio! –le llamo su apodo –

    – ¿Quién? –pregunto intrigado –

    –Lo vi en un documental hace un tiempo –menciono sonriendo – él asesino de la radio, fue un hombre muy buscado durante su tiempo tenía una cuartada solidad y los policías nunca daban con él, nadie sabía cómo actuaria porque solo tomaba a una víctima desprevenía no parecía querer conocer a su víctima antes de matarla, hasta que las personas lo cazaron y mataron.

    – ¿lo cazaron? ¿Cómo a una presa? Entonces no era tan inteligente.

    –Muchos decían que devoraba a sus víctimas. –Ángel hizo una mueca para que de repente su amiga lo empujara tan fuerte que cayó sobre la tumba del asesino en serie, ángel se sobresaltó al caer en la tumba –

    – ¿A qué estás jugando, niño? –Pudo escuchar una voz, una voz que parecía interferida como la de una radio antigua – ¿Quieres divertirte?

    Ángel se levantó de inmediato, mirando hacia todos lados, ¿De dónde había salido esa voz? Ni siquiera escuchaba la risa de Cherri por su cara de terror, solo sentía un infinito frío recorrerle la espalda. Se levantó de golpe para mirar hacia su amiga quien se limpiaba las lágrimas de los ojos de tanto reírse.

    –No te creí capaz de hacer una cara así, Angie. –Anthony tuvo un mal presentimiento, esa sensación la conocía de otro lugar pero no lo recordaba bien, solo sabía que no quería volver a sentirla nuevamente, la sensación de la muerte cerca –

    –Vamos –Tomó a Cherri del brazo arrastrándola lejos de esa tumba y lejos del lugar –

    Mientras tanto una sombra se vislumbraba en la oscuridad, sus ojos rojos brillaban y su sonrisa se asomaba si Ángel volteo y lo vio no dijo nada porque si hablaba de ello posiblemente se haría más real de lo que deseaba, pero el demonio parado en esa tumba estaba sonriendo con codicia si era real, ese Halloween en donde le permitían salir del infierno al mundo humano ciertamente había sido interesante.

    –Es bueno volver a verte, querido Ángel
  10. .

    Tanz eines Engels



    Él se encontraba bailando con una enorme sonrisa en sus labios jamás había visto tanta alegría en la mirada de mi hermoso ángel, un demonio danzando con una sonrisa tierna y un rostro amable, mientras su sonrisa se distorsiona a algo más sardónico.
    Él baila porque es libre y se siente emocionado porque antes no lo había sido, no me preocupa el caos atroz que puede provocar o el significado del final si esta mi ángel conmigo un demonio con cara de ángel, sus ojos me miran y se acerca me hace danzar con él mientras ríe, ríe emocionado y su voz se escucha por todo el lugar haciendo eco.

    Es hermoso.

    Mientras la sangre baña el suelo y salpica las paredes mi dulce demonio angelical ríe.

    Él ríe porque al fin es libre de su prisión de aquellos hombres que lo hicieron sufrir de aquellos que borraron su inocencia asesinándolo para crear a este encantador demonio al que amo, yo le acaricio la mejilla y mancho su rostro con sangre pero él no está disgustado si no extasiado sus manos mi acarician sus labios me besan y encienden mi pasión. Me susurra al oído palabras de agradecimiento sus ojos brillante son la mayor recompensa que podía desear, el deseo surca mi cuerpo y él ríe en mis labios emocionado y vibrante como nunca como si este fuera su entorno.
    Dejo caer el arma de mi mano y lo atraigo más a mí sin tener deseo de soltar su cuerpo, él se separa tomando mi mano acaricia mis labios y me agradece, terriblemente hermoso, horrendamente maligno, muerde mi labio para separarse camina por la habitación admirando la obra de arte que yo he creado para él. Cuerpo de hombres masacrados por mi arma él sonríe triunfante.
    Él parece escuchar los gritos de los hombres y los vuelve su melodía, estos hombres le arrebataron todo; ellos se lo merecían me digo a mí mismo. Haber abusado sexualmente de un niño hasta volverse un hombre que aprendió a manipularlos a todos dejando sus alas blancas ennegreciéndolas hasta no dejar más del despojo que una vez fue mi amor de mi infancia y ahora mi amor de adultez.

    –Te he amado desde hace tantos años –le mencione, una sonrisa surco sus labios y acaricio mi mejilla –

    –Te he esperado durante tantos años –Expreso, yo baje la mirada porque si mis padres no me hubieran llevado lejos tal vez lo hubiera ayudado ¿pero que podía hacer mi yo niño comparado con el yo grande? –pero eso ya no importa porque estás aquí y has acabado a todos mis demonios.

    –Haría cualquier cosa por ti, Luciano.

    –Lo sé, Lutz.

    Yo tomó mi arma, él toma mi mano izquierda me arrastra hacia la salida y mira hacia afuera como si los viejos recuerdos inundaran su mente, entonces le prende fuego a la casa y se deleita en el mar en llamas acabando con todo atisbo de sus monstruos.
  11. .

    Caza.


    Hace tiempo atrás mi abuelo se encontraba cazando una temible bestia que había asesinado a 20 hombres 6 mujeres y 2 niños, preocupado por su seguridad fui con él, dejado atrás por mi abuelo y sus compañeros me perdí en medio del bosque en una noche de luna llena.

    Y allí conocí a la tan temible bestia que habitaba en el bosque, luego de perder a mi caballo y disparar dos veces con mi arma para pasar toda la noche mirando a los ojos de la bestia lo conocí, su nombre era Ludwig y era lo que muchos dirían un hombre lobo o un, mitad-bestia. Tal vez era alguien a quien a primera vista el temerías, era muy alto además de que irradiaba un aura de peligro pero cuando lo conocías era alguien sumamente amable.

    Hablamos durante la mayoría del tiempo y cuando no; le enseñe a leer. Era una criatura que ansiaba el conocimiento aprendió rápido. Yo era feliz con mi nuevo amigo, no existían pretensiones sociales para él yo solo era Feliciano Vargas, no era el nieto de Rómulo Vargas heredero de una gran herencia, no. Yo era solo Feliciano y eso simplemente me hacía muy feliz, no existían doble caras ni pretensiones. Él era un soplo de aire fresco a mi vida solitaria. Pero fui un tonto, al querer siempre tener a Ludwig conmigo lo intente adaptar a ser un humano cuando él me había pedido que podíamos vivir en el bosque que él podía darme muchas comodidades que tenía un humano.
    Pero yo de manera egoísta no quería alejarme de lo mío y él decidió alejarse de lo suyo; del bosque sus extensas praderas y colinas. Fui un tonto, desde un principio Ludwig me había dicho que él nunca ataco a un humano al menos que se sintiera en peligro y que quien causaba las muertes no era una bestia.

    Quería creerle a mi abuelo de que era poco cristiano que una persona causara las muertes.
    Con los días que pasaba me di cuenta de que me estaba enamorado de Ludwig y que lo veía incluso más que un amigo; no era la primera vez que me sentía atraído por los hombres desde muy joven sabía que yo era diferente pero Ludwig en vez de molestarse por eso me dijo que era natural que algunos machos se sentían atraídos por otros.

    Tranquilizo mis miedos e incluso me hizo sentir amado, pero la vida no es algo que pueda darte felicidad eterna, la bestia que había estado atacando sin control durante meses y matando humanos apareció cuando regresábamos a casa luego de un baile me ataco y Ludwig me defendió la bestia murió bajo las garras de Ludwig.

    Ahora el ser que más amo está siendo cazado como si fuera una plaga para la humanidad la criatura que había causado todo el daño yace muerta mientras desconsolado monto mi caballo intentado detener a mis congéneres. Mientras que el asesino yace muerto, Ludwig es cazado como una bestia.
  12. .
    Costuras.

    Cuando era niño mi madre me había enseñado a coser, mis hermanos mayores solían ser muy hoscos conmigo y terminaban dañando mis juguetes. Yo era el hijo menor así que era el más consentido por mamá y eso molestaba a mis hermanos.

    Lamentablemente luego de mi parto mi madre había quedado muy enferma y mientras crecía observe como la enfermedad se la iba llevando lentamente, durante el tiempo que me enseñaba el hábil arte de la costura para que yo cosiera mis propios juguetes porque no sabía cuánto ella iba a estar pensé constantemente que quería coserla ella.

    Coser su enfermedad para que ella se recuperara después de todo con unas cuantas puntadas mis peluches estaban como nuevos ¿por qué no podía hacer eso con mamá? Si solo supiera en donde ella estaba rota podría coserla y así se mejoraría.

    Pero me guarde esa idea solo para mí, como si fuera mi más celoso secreto.
    Perdí a mi madre a los ocho años, mi padre no me trataba mucho, mis hermanos mayores me culpaban si yo no hubiera nacido mi madre no hubiera enfermado, mi padre no estuviera triste y ellos serían felices.

    Me culpe por haber nacido.
    En mi tristeza y melancolía por haber existido para solo hacer que mi madre muriera rompí todos mis peluches uno a uno lo fui haciendo pedazos y luego llore entre retazos de terciopelo y bolitas de algodón, cuando mi mente cansada y desquitada volvía en si llore por lo que había hecho por haber roto lo único que me quedaba de mi madre quien con tanto cariño había hecho esos peluches para mí así que comencé a reparar mis peluches.

    Durante muchos años escuche la palabra de que yo era un niño roto, me pregunte constantemente ¿En qué parte estaba roto yo? Era bueno cosiendo así que podía repararme pero luego me enteré de que esto era una expresión y mi hermano se burló de mí por haberle hecho una pregunta tan absurda, no volví a preguntarle más cosas a mi hermano.

    En mi adolescencia aprendí el arte de la taxidermia y me di cuenta de que yo era muy bueno en eso y mientras más crecía me daba cuenta de los cambios que yo tenía, no era como mis hermanos que estaban desesperados por entrar bajo las faldas de las chicas, yo era mucho más diferente a mí me gustaba un chico en realidad, su cabello era largo y morado, sus ojos eran tan azules que podría compararlos con la intensidad del cielo y este se quedaba corto, su piel era de un color aperlado pero no demasiado pálida, según las chicas él era el chico más atractivo de la segundaria seguido por una lista larga en las cual obviamente no aparecía yo.
    Claro que mis habilidades para socializar con las personas eran tan buenas como la tendría una roca, pero dentro de mi cabeza tuve un sueño un deseo que se fue repitiendo constantemente, yo quería poseerlo cosiéndolo a mí.
  13. .
    Kaito suspiro aliviado notando que sus paranoias no eran más que una sábana que se movía por la brisa de una ventana que estaba abierta, no era como si se hubiera quedado mirando el último cuarto de hora a ese rincón especifico de la habitación porque no podía descifrar que era ese objeto.

    Se arrepentía por mucho el hecho de haberle dicho a Gakupo que estaba lo suficientemente agotado como para irse a acostar primero, al principio no había notado nada tenebroso en la casa de los abuelos de su pareja pero ahora que estaba solo y que los ruidos de la noche se cernían sobre él sí, era aterradora.

    Y él no era un hombre especialmente valiente cabe constatar.

    Gakupo había decidido que se quedaría un poco más con su padre y su hermana a quienes la muerte del antiguo propietario les había causado mucho dolor no es como si su tan querido samurái no estuviera fuera de ello, aun así Kaito estaba seguro que Gakupo solamente estaba sirviendo como pilar para sostener a sus adoloridos parientes y que cuando estuviera solo fuera él quien se derrumbaría.

    A veces odiaba lo propenso que era Gakupo a guardar sus sentimientos.
    Soltó un suspiro sintiendo como el aire se volvía más frío pero intento convérsese a si mismo que era una casa antigua y que esta no tenía calefacción pero esa sabana se movía y si su vista no le fallaba estaba seguro que se había movido unos centímetros. Tal vez su imaginación le estuviera ganando tal vez no, pero el miedo y el pánico lo estaban llenando. Además estaba escuchando voces ¿pero estas estaban en su cabeza? ¿Realmente estaba tan nervioso? Intento que la ansiedad no le picara pero tenía ganas de salir corriendo de allí hasta encontrarse con Gakupo nuevamente.

    Dio un respigón cuando la sabana se movió del sitio a tan gran velocidad que parecía haber sido arrojada lejos ¿pero eso no podría ser posible? ¿Y porque el armario se estaba agitando? Estaba a un segundo de salir corriendo de la habitación hasta adentrarse al salón principal cuando sintió la respiración de alguien en su espalda, era gélido pero parecía respirarle justo en la nunca estaba tan paralizado del miedo que ni siquiera podía moverse o lazar un grito.

    ¿Qué estaba pasando en este lugar? ¿Por qué todo era tan aterrador? Ahora la vela que se había mantenido iluminando la habitación tenuemente se había apagado por una corriente de aire o cualquiera que fuera la cosa que estaba allí.

    –Ven conmigo –Escucho decir a alguien y quien lo tomó de brazo, mientras su cuerpo estaba paralizado sin poder moverse por una extraña fuerza que le impedía gritar y compungía su estómago –

    –Kaito, ¿Estás bien amor? Estás muy pálido –el mundo pareció girar nuevamente y los grillos sonaron a su alrededor, Gakupo apareció con una vela iluminando la oscura habitación–

    Kaito estaba seguro no volvería a decirle a Gakupo que se iría a dormir sin él.
  14. .
    Oscuridad, solamente oscuridad más allá de donde alcanzara mi vista, izquierda, derecha, arriba o abajo no sabía a donde iba y no sabía cuál era el camino estaba confundido, perdido, asustado.

    -¿Dónde estoy? –Se hizo eco – ¡Ayuda! –Nuevamente solo un eco – ¿Madre? –Ese eco se profundizaba asustándome –

    Comencé a caminar intentado encontrar un camino entre la oscuridad no podía ver mi mano aunque la sentía posada enfrente de mí y yo sabía que estaba allí podía sentirla pero si enfocaba mi vista no había nada.

    -¿Por qué lo haces? ¿Por qué deseas volver? –Me dijo alguien ¿A mi izquierda? ¿Mi derecha? ¿Enfrente? ¿Atrás de mí? No sabría definirlo su voz hizo un eco como si viniera de todas direcciones y ninguna en particular –

    -Necesito volver, porque amo a alguien –Aquello me parecía una gran razón para volver –

    -¿Es ese joven que te causo dolor?, o ¿él otro que ni siquiera recuerdas? –Esa voz cambiante, quería encontrarla darle un rostro pero no podía verla–

    -No importa si no lo recuerdo solo sé que lo amo y quiero estar con él –Exprese, su riza reverbero en todo lugar burlona haciéndome punza en pecho con sentimiento no muy amables su risa me hacía sentir estúpido –

    -Los seres humanos son creaturas absurdas e ingenuas que se dejan llevar a un simple anhelo que no es más que una falsedad cohibida –No podía verlo pero sabía que estaba sonriendo, sonreía y se burlaba de mí –

    -¿Crees que realmente te ama?

    -¿Crees siquiera que te extraña?

    -¿Tienes miedo?
    Aquellas palabras vinieron de voces diferentes y me sobresalte mirando hacia todos lados se repetían constantemente aturdiéndome, mareándome, generándome ansiedad por no saber que estaba pasando.

    -Sé que me ama, sé que me extraña ¡No tengo miedo! Necesito regresar con él –Grite más fuerte intentado que mis palabras sofocaran las voces –

    -Tienes miedo –Esa voz se repitió calándose en lo profundo de mi corazón haciendo que este se agitara en tal estado que sentía que se me iba a salir del pecho y no era una muy agradable sensación –Tienes miedo –me sudaban las palmas de las manos y podía sentir el sudor en mi frente y cuerpo – Tienes mucho miedo –una pequeña luz se comenzó a formar enfrente de mí hasta darle forma a una persona su cabello era verde sus ropas eran negras y traía una máscara que tapaba sus ojos –Tienes tanto miedo que te tiemblas las piernas y no sabes que hacer, eres un solo un infante ingenuo e inmaduro.

    -Por favor quiero regresar ¡Debo regresar! –Suplique –

    -Tienes una mejor opción –Me dijo señalando hacia su izquierda donde se abrió una puerta dejándome ver un hermoso prado rodeado de flores, allí había muchas personas y todas se veían sumamente felices, había una calidez en el lugar una tranquilidad que no sabría definir con palabras –Puedes ir allá y tener la paz eterna.

    -No, no, yo quiero volver –Cerré los ojos e intente que mis piernas no fueran a aquel lugar –

    -¿Quieres quedarte en el mundo humano cuando sabes que sufrirás? ¿Cuándo lo único que te ha traído es solo dolor? –Su boca se transformó en una mueca –Te estoy dando una gran oportunidad ¡Te estoy otorgando la felicidad eterna y aun así la desdeñas!

    -Lo siento –me disculpe con ella –pero amo a alguien, sé que sin mí se sentirá muy triste y yo no puedo causarle ese dolor.

    ……………

    -Lo lamento tanto Sr. Kamui, Sr. Shion se ha ido –me dijo el doctor cuando salió de la sala de emergencias, sentí que todo mi mundo se derrumbaba con esas palabras, mi espalda dio contra la pared del hospital imposible de mantener mi propio peso me deje resbalar por la pared –

    -No, no –Murmure sin poder creerlo el doctor decía algo pero sus palabras no llegaban del todo a mis oídos ¿podía ser posible? ¿Realmente lo había perdido? Las lágrimas comenzaban a picarme en los ojos resbalándose por mi mejilla –No, Kaito por favor vuelve te lo suplico –hable a nadie en particular pero sentía que si lo expresaba mi deseo podía ser escuchado –Dios, por favor, por favor no te lo lleves, por favor regrésamelo lo necesito.
    ………..

    -¿Estás seguro de esto? –Me dijo intentado hacerme desistir de mi decisión – Aun tienes la oportunidad de atravesar esa puerta.

    -Gracias por tu ofrecimiento, pero necesito volver con Gakupo –Exprese con una sonrisa ella asintió y su cuerpo comenzó a desvanecerse en el aire –

    -Sigue a la luz –Escuche su voz mientras un camino de luz se formaban eran piezas pequeñas que se volvían más grande –Corre desaparecen rápido y no podrás volver, vagaras en el limbo por el resto de la eternidad si eso pasa.

    Aquel hecho me dio miedo pero tomé el suficiente valor para salir corriendo ya no había vuelta atrás, debía volver con Gakupo, la desesperación me alcanzaba cuando mis ojos notaban que aquel camino blanco se deshacía en pedazos en la oscuridad, podía escuchar voces, voces que venían de ninguna dirección en particular y de todas a la vez susurros gritos agónicos, desesperación, desolación, soledad, venían como una marea que quería parar a mis piernas pero no podía porque la línea se volvía cada vez más pequeñas y los rostros de aquellos que se quedaron aquí más nítidos y el espectáculos de sus facciones contorsionadas al borde del horror no era nada lindo.

    A lo lejos vislumbre una luz más fuerte en ella me mostraba a alguien de espalda con el cabello largo y morado lo sabía ese era Gakupo, intente correr más rápido pero sentía que se alejaba más de mí, levante mi mano intentado alcanzarlo pero la luz se hacía más tenue el camino más estrecho.

    ¡No! ¡No! Solo un poco más, más rápido tengo que alcanzarlo volver con él, cada vez está más lejos por favor, solo tengo que alcanzarte solo ir más rápido, más rápido, no te alejes, no me dejes, no me dejes.

    -¡Gakupo! –Grite intentando alcanzarlo, luego me sentir caer – ¡HASP! –Tomé una bocanada de aire, respirando como si no lo hubiera hecho en mucho tiempo me senté de golpe y escuche un grito me quite la sabana que cubría mi rostro sintiéndome sofocado por ella, allí se encontraba una enfermera que me miraba en pánico –

    Salió de allí gritando algo que yo no podía entender, pero no quería moverme más de lo que ya me había movido mi cuerpo comenzó a sentir diversos dolores que me hizo volver a caer en la cama, me sentía peor que el día que me desperté luego de ser atropellado, un doctor vino a verme alarmado mis ojos se enfocaron en él.

    -Es un milagro –Fue lo que escuche –

    Al parecer había estado muerto por al menos quince minutos lo cual ya era alarmante así que el doctor me hizo diversos exámenes para ver si mi cerebro no había tenido una reacción negativa que pudiera afectarme a futuro, al cabo de unas horas cuando el doctor estaba seguro de mi estado pude ver nuevamente a Gakupo quien me sonrió abrazándome.

    -Estás de vuelta –murmuro besando mi mejilla haciéndome sentir vivo, real que estaba allí que yo seguía existiendo –

    -Sí, lo estoy –le respondí, me beso y mi pecho se inflo con aquella sensación de tranquilidad estaba tan feliz de volver –

    -Nunca vuelvas a hacerme algo así por favor o si no moriré contigo –Me regaño aun sabiendo que yo no era el culpable de lo que había pasado lo acepte porque sabía que él estaba muy preocupado por mí, asentí para que suspirara volviéndome a besar –Te amo tanto, Kaito –Sentí como si esas palabras no las hubiera escuchado hace años –

    -Nada podrá separarnos –le sonreí acariciando su mejilla él asintió mientras sus ojos amenazaban con las lágrimas, bese su frente y lo escuche sollozar en mi regazo, acaricie su cabello sonriéndole intentado consolarlo –

    Un mes después pude salir del hospital al fin regresaba nuevamente a casa, Gakupo me había dicho que no tenía nada de qué preocuparme ya que Luka Megurine había sido arrestada y apresada además que había resultado culpable de intento de homicidio su abogado uso la carta de que no estaba del todo sana mental lo cual yo creía y termino en un psiquiátrico en vez de una prisión.

    -Bienvenido a casa, Kaito –En aquellos días en el hospital Gakupo compro una casa estaba en una zona residencial y la cual tenía vigilantes era un lugar hermoso y muy seguro le sonreí adentrándome a mi nuevo hogar –

    -Estoy en casa –le sonreí para que me abrazara –

    Después de toda esa lucha puedo considerarme feliz, no sé lo que me depara el futuro pero solo tengo un pensamiento en mi mente y es que no voy a perderte de nuevo.



    Fin…
  15. .
    Solo puedo decir una cosa nada más
    esto esta más bueno que el pan.
2564 replies since 17/10/2013
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