Hasta el último soplo de mi aliento (Vegetto x Gogeta)

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1.     +1   -1
     
    .
    Avatar

    Solo soy un muñeco roto, tan frágil que cualquiera termina de deteriorar la coraza, será que...hay alguien que pueda amar, a este muñeco ¿hecho pedazos?

    Group
    100% Uke
    Posts
    2,617
    Location
    Venezuela B.EdoLara

    Status
    Offline
    Gogeta frunció las cejas mientras intentaba meditar, sus pensamientos interrumpidos constantemente por un intruso presuntuoso que se pavoneaba por su mente como si fuera su dueño haciéndole apretar los dientes de la irritación al no poder tener el debido entrenamiento.

    —Sr. Gogeta ¡Sr. Gogeta! —Le escucho gritar a un ogro que vino corriendo a su encuentro lo más rápido que podía con la respiración entrecortada exclamo — ¡malas noticias en la sección este! ¡Necesitamos de su ayuda! ¡Se han descontrolado!

    La fusión hizo una mueca mientras se levantaba de su posición, siempre eran malas noticias, constantemente necesitaban de su ayuda ¿Cómo había logrado subsistir el infierno sin ser controlado por las almas malvadas antes de que él existiera? No lo comprende.

    Los ogros estaban luchando fuertemente con un grupo de almas malvadas aunque algunos ya habían caído durante la batalla retrocediendo más y más a cada segundo, pudo reconocer a los causante del asalto era Ginyu junto a sus compañeros liderando un grupo de los condenados al inframundo

    — ¡Jajá! ¡Esto ha sido muy fácil! Pronto nos haremos con el control de este lugar ¡encontraremos al gran Freezer y reinaremos sobre el infierno! —Se rio el capitán Ginyu mientras Gogeta rodaba los ojos, sabía que tenía que tener cuidado con la habilidad del hombre de cambiar de cuerpos —

    —Creo que eso no será posible su redada termina aquí.

    — ¿Quién demonios se supone que eres tú? —Gruñó Ginyu mientras los demás se colocaban en posición de batalla —

    —Su peor pesadilla —Contestó para lanzarse al ataque, fue realmente fácil atacando a Ginyu con la guardia baja para dejarlo inconsciente y luego proceder con el resto, sus cejas se fruncen cuando termina no puede considerarlo como un calentamiento mientras escucha a los ogros alabar su poder de batalla, a este paso luchando con seres tan débiles él mismo no avanzara y nunca podrá alcanzarlo —

    A su mente vuelven esos pensamientos inoportunos acompañados de una sonrisa burlona que le reta a enfrentarlo, siente una extraña comezón en la garganta para toser expulsando aquello que le causaba irritación sorprendiéndose al observar un pétalo, ¿Desde cuándo? No recuerda haberse comido ninguna flor, decide no prestarle demasiada atención para comenzar a ayudar a los ogros a colocar a las almas malvadas en su penitencia, esperando que decidieran quedarse allí.

    Se ha acostumbrado al infierno es donde nació, sin embargo tiene recuerdos de un sitió mejor, de una familia que no es suya y de unos amigos que no ha conocido, uniéndose, mezclándose con su ser presentando recuerdos que no le pertenecen pero de alguna forma lo hacen, medita en lo extraño que es ser una fusión, su existencia debió durar solo treinta minutos pero aún sigue allí, como una entidad propia sin vida con la capacidad de discernir sobre si mismo.

    — ¡hey! —Se sobresalta al observar a su contraparte aparecer enfrente de él, la fusión potala está tan animada como siempre —Hace tiempo que no nos vemos ¡Estás listo para un entrenamiento!

    —Tch, más te vale que sea una buena pelea —Contesta levantándose mientras le promete que sí, lo será—

    Vegetto jamás le ha mentido sus batallas son siempre fuertes peleando hasta el cansancio con nudillos rotos junto con algunos huesos, mientras siente la adrenalina recorrer su cuerpo por la acometida de un fuerte rival que hace mover todos los puntos buenos estimulando su lado guerrero a consolidarse para ser mejor cada vez.

    Está tirado en el suelo, sangrando tomándose sus costillas maltratada posiblemente rotas, hace una mueca por el dolor que recorre su cuerpo maltrecho mientras intenta colocarse de pie, su pecho se ha apretado y no entiende porque se siente asfixiado mientras comienza a toser notando que ha escupido más pétalos que la última vez de ese color amarillo brillante con tonos anaranjados.

    —Eso fue un grandioso calentamiento —Puede sentirlo levantarse mientras él aún está tirado intentando reponerse, enojado y humillado por sus palabras —

    —bastardo, presumido. —Gruño apoyándose en sus codos obligando su cuerpo a incorporarse —

    — ¿Qué? —Ha volteado a mirarle mientras la fusión Metamoran se alza con piernas temblorosas —

    — ¿Calentamiento? ¡¿Solo soy un maldito calentamiento?! —Exclama indignado por las palabras de su acompañante —

    —Si eso te molesta deberías hacerte más fuerte ¿no lo crees? —Se burló de él mientras la fusión se enojaba más —

    Gogeta le grito que se largara mientras se retiraba a paso lento dándole la espalda pretendiendo caminar lo más orgulloso posible luego de semejante paliza su pecho se apretó no sabía si era indignación o aborrecimiento, odiaba comprender que era insuficiente para la otra fusión, sintió ese cosquilleo en su garganta que le hizo toser arrojando más de esos pétalos.

    Ha transcurrido una semana desde su calentamiento con Vegetto, sus heridas no duraron demasiado una de las ventajas de ya encontrarse muerto al igual que su energía ya repuesta, recordarlo le hace enojar mientras suelta un grito de impotencia golpeando a una formación rocosa haciéndola pedazos repitiendo la acción hasta que solo quedo un puñado de piedras sueltas.

    No comprendía que era lo que le ocurría y eso lo irritaba aún más, ¡¿Por qué él siempre invadía su mente?! Odiaba el momento en que su contraparte se atrevió a colocar un pie en el infierno retándolo a pelear, ya que según él era el único oponente digno con el que podía luchar, al ser ambos fusiones de Goku y Vegeta.

    — ¿Aun estás enojado? —Gogeta soltó un gruñido profundo mientras la otra fusión aparecía detrás de él —

    — ¡largo! —Le grito encarándolo — ¡Vete a pelear con alguien más que no sea un simple calentamiento!

    —Yo…uh, quería disculparme —menciono mientras se sobaba detrás del cuello reconociendo que ese era un gesto típico de Goku —Realmente no eres un calentamiento, nuestras peleas son grandiosas.

    —“no lo suficiente” —pensó —“no soy lo adecuadamente bueno para ti” —Aquella reflexión le hizo jadear queriendo borrarlo de su mente —Vete.

    — ¡oye! Estoy hablando enserio, no seas un amargado ¡sí! Realmente no quise que sonara de esa manera ¡No creas que intente ofenderte porque no lo hice! considero que eres un. . .

    — ¡No intentes endulzarme con palabrería insulsa! —Le interrumpió— ¡Eres la gran fusión potala! ¡¿No?! ¡Qué harías comparándote con una fusión como yo! una vil fusión mortal comparada con la fusión de los dioses es patético, ¡Vete a salvar la galaxia o que se yo! no me molestes.

    — ¡Ah! ¡Eres un cabeza dura! ¡Estás donde mereces! —Protestó sacándole la lengua para luego desaparecer usando la teletransportación—

    Aquellas palabras lo golpearon ¿pero que dijo que no fuera verdad? Está en el infierno y es él sitió que a obtenido no conoce nada mejor que ese lugar, suspiro sintiendo enojo consigo mismo, notó un ardor que avanzo desde su estómago subiendo hasta parecer quemar su garganta la cual picaba comenzando a carraspear ansiando eliminar la incómoda sensación, su sorpresa fue grande al percibir que no era como las veces anteriores, está vez escupió una flor pequeña completamente formada salpicada con sangre

    — ¿Qué demonios? —Expreso, ya no podía seguir ignorándolo o dejándolo a un lado, eso de andar tosiendo flores no es algo natural —

    Solo podía pensar en una sola entidad para resolver sus incertidumbres, llevo dos dedos a su frente concentrándose en su ki para usar la teletransportación, King Kai se encontraba paseando en su planeta junto a sus mascotas para sorprenderse ante la repentina aparición de la fusión soltando un grito de asombro.

    —oh, eres tú, pensé que sería el cabeza dura de Goku que vino a usar mi planeta como gimnasio de nuevo.

    —También es bueno verte, King Kai —Saludo, él nunca había visto a Goku o en su defecto a Vegeta, se sentiría extraño de todas maneras de alguna forma cree que no pertenece allá y sabe que no lo hace a pesar de que a veces pretenda que si —Discúlpame si está no es una visita social pero quería consultarte sobre una duda que tengo.

    — ¿ocurre algo? —inquirió observando la expresión seria de la fusión —

    — ¿Es normal que las fusiones escupan flores? —La pregunta sonaba ridícula lo sabía pero era lo que estaba ocurriendo —

    —Mh, no conozco mucho sobre las fusiones pero me parece que no es algo que debería ocurrir —Señalo— ¿Has estado tosiendo flores?

    —Desde hace algunas semanas he estado tosiendo pétalos pero hoy, tosí una flor —Menciono mostrándole la flor amarilla de tonos anaranjados que parecía brillar en su mano—

    —Vaya, es una flor de Sadala.

    — ¿De Sadala?

    —El planeta original de los saiyajin tenía una muy hermosa vegetación mucho antes de explotar, está en particular se daba en sitios elevados e inaccesibles para cualquiera, una flor fuerte que crecía en la hostilidad. —Contestó —una de las pocas cosas que tenía significado para tu especie.

    — ¿Enserio? —Comentó sorprendido mientras King Kai asentía parecía contento de explayarse sobre el conocimiento que poseía de otros seres —

    —Según tengo entendido esta flor la regalaban cuando estaban cortejando a una posible pareja, para una raza guerrera como lo eran los saiyajin era su forma de decir mi amor es fuerte y crece en lo hostil al igual que te amaré aun después de mi muerte.

    — ¿pero porque las estoy tosiendo? ¿Acaso toseré todo el ecosistema de Sadala? Porque eso no tiene mucho sentido.

    —Me temó que yo no puedo darte esa respuesta, deberías ir con el supremo Kaio Shin, él puede ayudarte —Gogeta hizo una mueca ante tal información sabiendo que no solo los supremos Kaio habitaban ese planeta si no también la fusión potala—

    —Gracias por todo King Kai —Se despidió llevando dos dedos a su frente pare aparecer en el planeta supremo por suerte no sentía a Vegetto cerca a diferencia del mundo anterior este era enorme y la fusión podía encontrarse a kilómetros de distancia en algún lugar, agradecía ese hecho —

    —Sr. Gogeta ¿A que debo su presencia? —Pregunto extrañado el supremo Kaio Shin luego de recomponerse de su desconcierto inicial, se encontraba tomando el té junto a Kibito y Gosen —

    —Lamento mi interrupción—Contestó —pero necesito que me ayuden con una cuestión que me ha estado inquietando últimamente.

    — ¿ha ocurrido algo malo en el infierno? ¿Un enemigo poderoso ha aparecido acaso? —Indago el anciano —podemos enviar a Vegetto si necesitas de él.

    —No, nada de eso, puedo encargarme de las cosas ocurridas en el infierno sin ningún problema—Respondió conteniendo su mal temperamento al sentirse ofendido de que lo creyeran lo suficientemente débil como para necesitar de la ayuda de su contraparte —Hace un mes atrás comencé con una sensación de picor en mi garganta y al toser expulsaba pétalos, hoy ha sido distinto —Comentó mientras le mostraba la flor —Está flor fue lo que salió, King Kai menciono que pertenece al planeta Sadala pero no creo que sea natural que una fusión tosa las flores nativas de su planeta.

    —Ciertamente no es algo natural —Expone Kibito mientras Gosen toma un sorbo de su té, la expresión del supremo Kaio Shin es bastante seria incomodándolo —

    —me parece que se trata del Hanahaki.

    — ¿Hanahaki? —Enarco una ceja ante su confusión —

    —Por los síntomas que me ha descrito me temó que es eso Sr. Gogeta —Suspiro para proseguir —Por sus actos tan atroces los saiyajin fueron malditos con el Hanahaki es un padecimiento que consiste en que el enfermo desarrolla flores en sus pulmones debido a un amor unilateral al no ser correspondidos la flores comenzaran a crecer e ir en aumento hasta asesinar al usuario por asfixia, muy pocos saiyajin sobrevivieron a esta maldición.

    —Entonces no hay problema porque ya estoy muerto.

    —Me temó que no es así, el Hanahaki seguirá su curso hasta acabar con su existencia, lo siento mucho Sr. Gogeta —Se disculpó el supremo Kaio Shin dejando perplejo a la fusión —

    —Puedo ayudarte a sanar —Habló Gosen haciendo que Gogeta le mirara —tengo que advertirte que en el proceso perderás los sentimientos por esa persona de la que te has enamorado sin tener oportunidad de recuperarlos.

    Gogeta guardo silencio mientras sentía su garganta apretada queriendo controlar el flujo de emociones confusas que se había vuelto en un instante, primero entregándole la información sobre que estaba enamorado cuando él no se había percatado de esto, realizando el segundo ataque sorpresivo de no ser correspondido.

    —Pareces muy aturdido —Menciono el anciano al observar su perturbación —Apenas está empezando así que puedo darte un tiempo para que lo deliberes, mi recomendación es que no deberías negarte, perder un guerrero como tú que se encarga de las almas malvadas sería terrible para el infierno.

    —Gracias por aclarar mis dudas, tomaré mi tiempo para considerarlo —Respondió —Por favor no le digan nada de esto a Vegetto.

    — ¿por qué?

    —Por favor, solo no se lo digan —Insistió, le preocupaba que Vegetto creyera que era mucho más débil por enamorarse, el solo hecho de pensarlo hacia que su pecho se apretara disgustándolo, los supremos Kaio no entendían aquel pedido tan extraño pero accedieron aun si no lo comprendían, se despidió regresando al infierno antes de que como una invocación la fusión potala decidiera aparecer en su presencia —

    Al regresar al infierno se sintió agotado como si el hecho de usar la teletransportación hubiera consumido toda su energía sabía que no era así, dejo escapar un largo suspiro sentándose entre algunas rocas aspirando meditar sobre todo lo que estaba ocurriendo a pesar de que no quería procesar lo que estaba pasando o sintiendo, era duro de considerar en que en su muerte, se estaba muriendo ¿Existe algo más después de la muerte? Si es así ¿Qué es? Tampoco es reconfortante saber que a diferencia de Goku que casi muere por una enfermedad del corazón, él se estaba muriendo por una enfermedad que creaba flores en sus pulmones, tal vez se lo merecieron pero era irónico que una raza orgullosa y guerrera como los saiyajin murieran de una enfermedad por amor no correspondido.

    Los dioses sí que sabían ingeniárselas en sus maldiciones.

    Abordo el repasar todo desde que había iniciado su floreciente problema, primero Vegetto estuvo rondando en su cabeza durante largo rato sin dejarle entrenar y ahora. . .

    Como si se tratase de un golpe de aquellos que te dejan momentáneamente aturdido y con la visión borrosa lo notó, se percató de ello soltando maldiciones mientras se decía a si mismo que no podía ser verdad ¡¿De todos los seres existente en el universo por qué de él?! ¡¿Por qué de su contraparte?! ¡¿Por qué de Vegetto?! ¡¿Qué tenía el cosmos en su contra como para jugarle un chiste tan macabro como ese?!

    Reflexionando todo lo que acontecía con cabeza fría, no podía evitar pensar que era natural que eso pasara, Vegetto era uno de los seres con quien más convivía cuando tenía la oportunidad, la mayoría del tiempo estaba solo en el infierno hasta que la fusión potala lo visitaba para luchar o lanzar una larga perorata sobre todo lo que le había ocurrido, Vegetto suele ser muy parlanchín a diferencia de él, le gusta hablar cuando tiene sus visitas sociales y no para saciar el instinto saiyajin de combatir con un buen oponente, le gustaba escucharlo hablar sobre sus visitas a las distintas galaxias deseando también participar en esas batallas aun a sabiendas que eso no era posible o permitido.

    La manera en que lo miraba había cambiado de una persona molesta que venía a interrumpir su tranquilidad a alguien a quien deseaba tener a su lado para pasar el rato, poco a poco la imagen de él se fue transformando hasta que comenzó a aparecer en sus pensamientos más seguido invadiendo cada rincón mientras comenzaba a sentirse más insignificante por no ser lo suficiente para él, quería cada vez volverse más fuerte para que Vegetto lo siguiera visitando.

    Pero sus visitas habían disminuido y lo sabía ya no era lo suficientemente entretenido, sus batallas ya no eran grandes o espectaculares él solo era un calentamiento.

    La tristeza lo inundo, había querido evitarlo a veces la evasión es una aliada para no percatarse de la realidad pero mientras se sumergía más en ese tumulto de emociones para metafóricamente abrirse ante la verdad no podía ignorarlo, queriendo desconocer que lo único que poseía era lo que lo estaba exterminando.
    Desde su aparición en el páramo estéril que era el infierno no ha poseído nada más que sus ropas, no tiene un lugar a donde regresar o quien lo espere, al cerrar los ojos las memorias de familias agradables, amigos, hijos y deliciosa comida aparecen pero sabe que no son suyas, no es el lugar al que pertenece llenándolo de un vacío, no ha sentido nada más suyo que su propia fuerza y ahora los sentimientos que contiene esos que lo estaban llevando a su propio fin.

    Tres días después mientras se encontraba meditando logro captar la energía de Vegetto aparecer, el hombre no se movía de su lugar y parecía nervioso de hacerlo, Gogeta soltó un largo suspiro mientras salía de su posición de meditar abriendo los ojos para observarlo oscilar incomodo en su sitio.

    —Ya no estoy enojado —Habló, el hombre le escucho con sorpresa para luego regalarle una sonrisa enorme y brillante sacudiendo sus emociones —

    — ¡Qué bien! porque te he extrañado —Contestó acercándose hasta sentarse junto a él —Ha sido tan aburrido últimamente, las semanas pasadas que no pude visitarte había tenido muchas ocupaciones pero ahora es como si todo se hubiera calmado y es bueno porque puedo pasar tiempo contigo, no digo que no me guste pasar tiempo con los supremos Kaio pero ellos tienen sus cosas que hacer y no es como que yo les entienda mucho realmente.

    —. . . —Ante la información de que no había podido pasar tiempo con él debido a sus ocupaciones se sintió mal de pensar que era porque ya no era tan fuerte como antes o no tanto como él —¿Y qué has hecho?

    —Nada importante además de observar crecer la humanidad, el supremo Kaio Shin quiso animarme y me hablo sobre un tipo llamado Moro que está encerrado en la prisión de la patrulla galáctica según fue un enemigo formidable que absorbía la energía de planetas enteros para volverse poderoso pero que el Gran Daio Kaio Shin selló sus habilidades — Expresó —me pregunto si será un enemigo fuerte en realidad porque yo solo lo veo como un viejo moribundo. ¿Y tú? ¿Algo interesante que hacer en el mundo de los penitenciados?

    —Descubrí en que parte del infierno se encuentra Freezer —Contestó con una sonrisa —

    — ¿oh? Debe ser el sitio más terrible y lúgubre del infierno.

    — ¿Quieres ver? —Comentó ante la expresión divertida de Gogeta su acompañante asintió levantándose para volar sobre los páramos estériles del infierno hasta llegar a una zona distinta, Gogeta comenzó a descender mientras Vegetto se sentía extrañado por todas las flores y árboles que había en el lugar soltando un aroma dulzón y pacífico, ¿ellos seguían en el infierno? ¿O se encontraban en alguna parte del paraíso? Comenzó a escuchar apacibles cantos para que Gogeta lo acercara a un árbol enorme señalándole a una de las ramas donde se encontraba un pequeño capullo que era rodeado por distintas hadas flotantes cantando y danzando girando en su felicidad absoluta alrededor del capullo que se retorcía del disgusto —

    No pudo evitar soltar una risotada al ver en donde había terminado el emperador del mal ¡claro! ¡Qué mejor sitio para torturar a Freezer que ese! Siendo rodeado de hadas cantarinas, paz y dulces aromas, Emma Daio sí que era ingenioso con sus castigos, Gogeta observo su risa para también divertirse, tenían los recuerdos de Vegeta así que ver a Freezer en ese estado les era hilarante, se divirtieron un rato viendo a Freezer retorcerse en su disgusto mientras ambos hablaban sobre las memorias de Vegeta que tenían sobre el emperador del mal, transcurrieron alrededor de quince minutos para que decidieran alejarse del lugar.

    — ¿Quieres entrenar? —Pregunto Vegetto para recibir una respuesta negativa por parte de Gogeta —me dijiste que ya no estabas enojado.

    —No lo estoy.

    — ¡¿Entonces por qué no quieres pelear?! Vamos te dejo ganar —Gogeta le miro molesto por eso —Oh, vamos te enojas si te gano y te enojas si te dejo ganar, realmente no te entiendo. —Se cruzó de brazos mientras Gogeta rodaba los ojos —

    —No me enoja que me ganes, me frustra pero sé que debo entrenar más, no me hagas ganar solo para hacerme sentir mejor eso no me ayuda en nada —comentó —

    — ¡Bien! entrenemos.

    —No —Contestó mientras Vegetto hacia una mueca —

    — ¡pero acabas de decir!

    —Sé lo que dije y la respuesta es no, no voy a entrenar contigo. —Insistió observando la expresión de desagrado de Vegetto para cruzarse de brazos —

    — ¡Bien! ¡Como quieras! —Protestó indignado por su negativa— ¿Entonces? ¿Tienes algo más que mostrar? ¿Una tortura para Ginyu? ¿Cell tal vez? ¿Un lugar interesante que revelar del infierno?

    Gogeta se quedó pensativo para luego asentir comenzando a guiar a Vegetto por los distintos lugares que conocía del infierno, no iba a negar que se divirtió con él hasta que se regresó al planeta de los supremos Kaio, en ese momento sintió una enorme sensación de soledad y la picazón en su garganta aumento hasta comenzar a escupir flores, se percató que cada vez soltaba flores más completas.

    Su pecho se sentía cada vez más apretado generando esa incomodidad constante la soportaba bastante bien, transcurrida una semana Gosen lo llamo, Vegetto estaba ocupado en algún lugar de la galaxia lo cual era bueno no quería que se enterara.

    —Bien, ¿Qué has decidido? —Pregunto el anciano —

    —Mi respuesta es no, no quiero sanar—Contestó —aun si esto lleva a mi fin no quiero acabar con ellos.

    —Eso es absurdo y lo sabes ¿por qué permitirte desaparecer por eso? pensé que ustedes los saiyajin eran más orgullosos ¿perecer por una enfermedad de amor? ¿Estás conforme con que ese sea el fin de tu existencia?

    —Supremo Kaio de las eras pasadas, usted también es una fusión pero a diferencia de mí usted tiene un sitio al cual pertenecer y una misión a la que encomendarse, yo no tengo nada, no tengo un hogar ni alguien que al día de mañana me espere, no tengo recuerdos que me pertenezcan del todo o una misión importante si desaparezco el infierno seguirá su curso, lo único que poseo es mi poder y mis sentimientos. —Suspiro —No quiero perder lo único que tengo.

    — ¿Y qué pasa con Vegetto? —Indago Shin —Si dejas de existir él estará triste.

    —Estoy seguro que sabrá sobreponerse, él es fuerte —Su garganta se sintió apretada e intento soportar el dolor que lo aquejaba —Vegetto no me necesita, él es un guerrero poderoso ya encontrara un buen rival que le dé pelea, es obvio que yo ya no puedo.

    —pensé que ustedes eran amigos ¿no? —Gogeta hizo una mueca asintiendo —deberías quedarte al menos por él.

    Gogeta abrió la boca para hablar pero luego decidió guardar silencio temiendo a confesar que se estaba muriendo por Vegetto, se relamió los labios inseguros mientras Shin le insistía en que permitiera que le sanaran.

    —Ustedes los saiyajin son unos cabezas duras —Expreso Gosen observándolo con una expresión que lo molesto, esa mirada de lastima —Pero si eso es lo que quieres no puedo hacer nada al respecto.

    — ¡pero antepasado!

    —No podemos forzarlo a algo que no quiere, es su voluntad —Se encogió de hombros —no hay nada que hacer al respecto.

    Gogeta agradeció que no le insistieran más para retirarse, al regresar intento soportar un pequeño mareo sabía que su enfermedad estaba avanzando y cada vez era más rápido, si no usaba su ki o alguna habilidad todo estaría bien, cuando luchaba era todo lo contrario, escalofríos, temblores y mareos mientras su pecho se apretaba más causándole dolor, había dejado de entrenar por ello, al darse cuenta que luchando acortaba su tiempo.

    El dolor se hacía cada vez mayor mientras intentaba permanecer fuerte, un día Vegetto apareció en el infierno regalándole una sonrisa de oreja a oreja mientras Gogeta lo observaba como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

    — ¿Salir del infierno? —menciono mientras Vegetto asentía —

    —Estuve negociando con Emma Daio y Uranai Baba, luego de una larga insistencia de mi parte me permitieron darte un día fuera del infierno solo serán veinticuatro horas, es muy poco para todo lo que quiero mostrarte pero creo que será suficiente tal vez el año que viene pueda insistir otro poco y darte dos días libres ¿Eh? —Contestó — ¿Acaso no soy el mejor amigo que puedas tener? —Hizo una mueca ante esas palabras mientras Vegetto le miraba molesto — ¡¿Vamos?! ¿Aun ahora no me consideras tu amigo? ¡Pero que malo! ¡Porque yo si lo hago!

    —Entonces. . . —intento ignorar el dolor en su pecho de saber que Vegetto solo lo veía como un amigo para proseguir —Esto de las veinticuatro horas ¿Cuándo empieza?

    — ¡Vamos con Uranai Baba! —Sonrió Vegetto extendiéndole su mano, Gogeta observo la mano enguantada ofrecida para con indecisión tomarla, para aparecer en el hogar de Uranai baba, hablo sobre las reglas y lo que podía o no podía hacer además del el gasto de energía para mantenerse en el mundo terrenal —

    Cuando todo estuvo listo pudo salir con autorización del otro mundo, Vegetto tomó su mano nuevamente para transmitirlos instantáneamente a un planeta que no conocía no era la tierra pero Vegetto si parecía conocer el lugar, primero fueron a comer a un restaurante este era pequeño comparado con los altos edificios, Vegetto menciono que la comida de ese lugar era muy buena y tenía razón lo era por mucho.

    Disfruto de esas veinticuatro horas paseo junto a Vegetto que le mostro las cosas que le parecían más interesantes de los planetas a los que había visitado, se sentía cómodo a su lado y si algunas veces no se daba cuenta de que tardaba de más en soltarle la mano esto no aparentó incomodar a la fusión potala, al regresar al infierno le sonrió a su contraparte.

    —Fue agradable —Comentó —me divertí bastante.

    —Sí, yo también, esperaré al año siguiente para insistirle hasta hastiar a Emma Daio para que te deje salir —Se burló mientras Gogeta soltaba una risa sabiendo que era capaz de eso y más —bueno…nos vemos, amigo.

    Sintió un dolor profundo en su pecho e intento disimularlo asintiendo, observo como Vegetto desaparecía se tomó el pecho mientras hacía un ruido de asfixia comenzando a expulsar flores que estaban atoradas en su garganta, las lágrimas surgieron saliendo de sus ojos por el dolor, soportando el mareo cayó al suelo de rodillas sin poder mantenerse de pie, temblando mientras ansiaba que todas las flores salieran, pensó que allí seria su final, como empezó todo se detuvo además de un ligero dolor y ardor en su garganta no sintió más, miro hacia las nubes amarillas que hacían de cielo en el infierno preguntándose si los Kaio lo estaban mirando en ese momento mientras casi agoniza, esperaba que no, odiaría verse tan patético delante de ellos.

    Se levantó e intento buscar un lugar para recostarse y descansar, no le quedaba nada de energía sus ojos estaban tan pesados que los cerro mientras todo se volvía oscuridad, despertó cuando dos ogros inquietos comenzaron a llamar su nombre moviéndolo hasta que reacciono.

    —Sr. Gogeta que bueno que despierta, estábamos preocupados por usted —Menciono uno de los ogros —

    —Perdón —Su voz sonó tan ronca que ni él la reconoció —Solo cansado.

    — ¿Realmente se encuentra bien? porque se ve terrible, Sr. Gogeta —él no sabía cuál era su aspecto o por cuanto tiempo debió de estar inconsciente para que un par de ogros lo encontraran pero siente que fue mucho —Si se siente mal debería hablar con Emma Daio-Sama.

    —No, no se preocupen estaré bien —intenta incorporarse pero de repente siente su vista volverse negra tambaleándose alertando a los ogros, tardo mucho en convencerlos para que lo dejaran retirándose del lugar al cabo de veinte minutos fue mandado a llamar por Emma Daio-Sama, no quería tener que usar la teletransportación forzando a su cuerpo cansado a aparecer en su oficina— ¿Me mando a buscar? —Pregunto apenas y podía mantenerse de pie no había podido recuperar su energía —

    —Te ves terrible, ese viaje al mundo terrenal te hizo bastante mal ¿Acaso pelearon afuera? Me parece que se te dijo que si consumías de tu energía estarías enfermo, lo único que permite que te materialices allí es tu energía si la fuerzas. . .

    —lo sé, lo sé, no peleamos solo comimos y observamos ecosistemas nada más —interrumpió, el enorme ogro lo contemplo de cerca poco convencido —podemos entrenar en el infierno o en el planeta de los supremos no había necesidad de hacerlo mientras estábamos en el mundo terrenal.

    —Bueno creeré en tu palabra — Respondió—Aun así te ves muy mal, espero te recuperes pronto.

    —Lo dudo mucho —Confesó —Estoy pereciendo Emma Daio-Sama por cómo me siento seguramente desapareceré pronto.

    —Eres muy gracioso, Gogeta —Comentó al ver la expresión seria de la fusión su rostro también se tornó igual — ¿Estás hablando enserio? ¿De qué? No lo entiendo ya estás muerto.

    —una enfermedad que sufrían los saiyajin —murmuro para luego suspirar, Emma Daio-Sama lo observo como un alma que se ha resignado a su final, enviando esa mirada de lástima que molesto a Gogeta esa que también le había entregado Gosen, Kibito y Shin —

    Apretó los dientes preguntándole si necesitaba algo más de él, Emma Daio confeso que no para que se retirara, odia esa mirada, lo hace sentir terrible, resignado a un destino que no puede detener mientras se aferra a las gotas de existencia que le quedan, todo este tiempo ha estado permitiendo que la enfermedad lo consuma lentamente, ya no quiere seguir haciéndolo, si morirá lo hará en sus términos.

    Llevo dos dedos a su frente concentrándose en la energía de Vegetto pudo sentirlo en el planeta de los Kaio para usar la teletransportación, el hombre se encontraba desprevenido meditando en el planeta por su cejas fruncidas parecía pelear en su mente con un poderoso oponente.

    Gogeta sonrió preparando una pequeña bola de ki que impacto a la fusión que no lo previno.

    — ¡¿eh?! ¡Oye! ¡¿Pero qué te pasa?!

    — ¡muy bien! ¡Prepárate! —Vegetto esquivo el puñetazo sujetándolo, el rostro de Gogeta estaba bastante cerca pero no mostraban enojo o molestia tenía un brillo en los ojos que no supo explicar de que eran pero se veía emocionado por alguna razón, su energía no parecía ser letal así que sonrió también ¡Al fin había aceptado entrenar con él! imprevisto sí e igual de sorprendente —

    — ¡Yo siempre estoy preparado! —Se elevó a súper saiyajin, la expresión determinada de la fusión Metamoran solo encendió la sangre en sus venas sabiendo que tendrían una buena batalla—

    Shin que había sentido la presencia de Gogeta y la interacción entre los dos se preocupó por la fusión Metamoran queriendo ir allí para detener la batalla sabiendo que eso solo empeoraría el estado de Gogeta, Gosen lo detuvo tomándolo del hombro le negó diciéndole; que él ya había tomado su decisión, Shin miro al antepasado con dudas sobre si debería hacerle caso o no para luego dejar caer sus hombros.

    Gogeta respiro con dificultad le costaba mucho llevar el ritmo de la batalla cada vez obligaba a su cuerpo a dar un poco más mientras Vegetto luchaba contra él con esa enorme determinación junto a su sed de batalla que solo un amante al combate puede tener, sus puños chocaron una y otra vez mientras la energía se esparcía por el planeta creando ventiscas, abriendo huecos, moviendo la tierra dependiendo de la intensidad de sus acometidas.

    — ¿Qué pasa? ¡Estás muy lento hoy! ¡¿Así planeas superarme?!

    —Tch, las provocaciones no servirán conmigo —Contestó mientras esquivaba por poco un Big Bang que dejo su brazo izquierdo malherido sabiendo que no podría utilizarlo por un tiempo, no importaba si no podía usar sus brazos emplearía sus piernas —

    Su visión se estaba volviendo borrosa mientras sentía como las flores se acumulaban en su garganta, apenas pudo ver el ataque solo sentirlo el golpe directo a su estómago que le hizo quejarse del dolor.

    —Vamos, Gogeta. Esto es muy fácil sé que puedes dar más que eso —Su acompañante no se movió, soltó un ruido de dolor que él lo tomó como el típico que haces al recibir ese poderoso golpe en el estómago también estaba seguro que podía soportarlo pero Gogeta dejo escapar un ruido de arcada y luego algo cayo —¿Gogeta? —pregunto, su contraparte no respondió en cambio sintió como se aferraba a sus brazos clavando sus uñas de manera dolorosa, miro hacia abajo solo para ver flores amarillas de tonos anaranjados manchadas de sangre, muchas de ellas, Gogeta estaba temblando — ¿qué está pasando? —Estaba aturdido sin saber que hacer su respiración se detuvo mientras veía a su acompañante retorcerse de agonía con lágrimas en los ojos mientras de su boca salía sangre, saliva y flores —

    Al reaccionar lo tomó entre sus brazos llevándolo con los supremo Kaio Shin pidiéndole a Kibito que lo ayudara que fuera lo que tuviera Gogeta que lo sanara mientras se aferraba desesperadamente al cuerpo agonizante de la fusión.

    —Lo siento pero no puedo hacer eso.

    — ¡¿Cómo que no puedes?! ¡Usa tu técnica de sanación! —Pidió — ¡Señor Gosen usted! ¡Usted hágalo! ¡O Shin! ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Alguien haga algo! —Suplico sintiendo una enorme desesperación e impotencia por no poder ayudarlo —

    —Ellos no pueden ayudarme —expreso Gogeta con dificultad observando las lágrimas de Vegetto —oye, oye no llores —murmuro haciendo una mueca por el dolor soltando un grito cada vez era peor más flores comenzaba aferrarse a su garganta casi podía sentir que romperían sus costillas brotando hacia afuera —oye Vegetto —Susurro —Discúlpame por ser un cobarde y solo poder decírtelo en estas circunstancias.

    — ¿De qué hablas? ¿Decirme qué? ¡¿Por qué estás así?! ¡No entiendo que pasa! ¡Pero no te vayas!

    —Te amo —Susurro con una sonrisa manchada con su sangre, la fusión potala se quedó en shock observándolo el brillante cabello rubio se tornó pálido, sus ojos azules perdieron su fulgor mientras la aureola que flotaba en su cabeza se quebró, el cuerpo de la fusión Metamoran se fue desvaneciendo en luces amarillas mientras un grito desgarrador y agónico se escuchó en todo el planeta supremo —


    Fin
    Attached Image
    346019354_187926910405563_3166228096852480996_n

     
    Top
    .
0 replies since 9/5/2023, 23:45   20 views
  Share  
.