Kakome Kakome Gakupo x Kaito

Gakupo es uno de los tantos científicos que se encuentra en el experimento para encontrar la vida eterna y otro tantos más

« Older   Newer »
 
  Share  
.
  1. †‹ELIANN›†
        +1   -1
     
    .
    Avatar

    Solo soy un muñeco roto, tan frágil que cualquiera termina de deteriorar la coraza, será que...hay alguien que pueda amar, a este muñeco ¿hecho pedazos?

    Group
    100% Uke
    Posts
    2,617
    Location
    Venezuela B.EdoLara

    Status
    Offline
    En aquellos años yo era un científico joven no es como si tratara de excusarme de todas las atrocidades que hice en base a valores científicos porque sería demasiado hipócrita de mi parte; Me encontraba en medio de una investigación no muy agradable. Pero algunos nos volvemos deseosos de descubrir aquello que desconocemos importándonos muy poco si afectamos a seres que no son de nuestro círculo social.

    Si era un acto hipócrita después de todo.

    Creyendo que con el hecho de hacer algo con fines a mejorar al resto de la humanidad podemos crear atrocidades que son inhumanas, en esos días mis experimentos eran realizados en un orfanato abandonado; el dueño de la compañía lo había comprado y junto con el los niños que residían en el lugar. Poco o nada le importaron los niños a los medios políticos lo que iba a pasar con ellos mucho menos, después de todo estábamos en medio de una guerra ¿Qué puede importar unos niños huérfanos en medio de contingencia bélica? Lo que ellos necesitaban era dinero para concretar sus fines.

    A ellos no le importaban sin en aquel orfanato se quedaron sin niños para experimentar y tampoco les importo que secuestraran niños para continuar con su labor. Hicieron a vista ciega los acontecimientos.

    Buscar el secreto de la juventud eterna ¿Acaso nosotros los seres humanos no somos especialmente idealistas tanto como sínicos? Todos los días podía ver como mis compañeros de trabajo hacían sus labores, por supuesto como lo había dicho yo era muy joven y mi labor no daba méritos engrandecidos como aquellos que se encargaban de las operaciones y disepciones.

    –Gakupo, Gakupo –Me dijo uno de los pocos niños a los que se le permitía andar libre en ciertas áreas de las instalaciones–

    –Buenos días, Kaito –Acaricie su cabello para nuevamente prestarle atención al área –

    Como todos los días que caminaba por aquí Kaito me acompañaba comenzando a redactarme muchas de las cosas que él hacía mientras yo respondía con monosílabos o asentía. No deseaba encariñarme con ese niño después de todo algún día podía irse igual que mucho ¿Qué valor especial podía tener un niño de todos modos?

    Según sabía de la historia que me había narrado; Kaito tenía aproximadamente diez años había sido vendido por sus padres al laboratorio porque no tenían el suficiente dinero como para mantenerlo a él y a sus otros hermanos, el niño primero se había deprimido pensando en lo que deberían estar sufriendo sus hermanos menores ya que al parecer era el segundo hijo de la pareja que constaba de siete igualmente me contó de lo terrible que era su padre y de cómo los maltrataba y otras cosas inmorales que había realizado con las hermanas de pequeño y por el cual él había recibido una terrible paliza al intentar evitarlo.

    Kaito había desarrollado un inusual apego a mi persona, no es como si yo fuera el ideal de la amistad o la felicidad pero este extraño pequeño parecía querer seguirme a todas partes como si yo fuera mamá pato y el mi patito. Pero no podía encariñarme con este niño no importaba su inocencia o su personalidad que era completamente adorable.

    –Gakupo, ¿Estás bien? –me pregunto ladeando su cabeza hacia un lado, sus ojos me miraban atentamente y sus labios formaban un ligero puchero –

    –Sí, lo estoy –Quería golpearme mentalmente por tener deseos impuros por un niño, ¿Qué tan degenerado era? ¿Qué tan inhumado me estaban volviendo? –

    –Pero, Gakupo se ve-Mh, se cuál es la apalabra, la tengo en la punta de la lengua –Expreso para darse algunos golpecitos en la cabeza –Yo sé que la sé… la tengo, ah –pronuncio al final frustrado –No me acuerdo.

    –Me siento bien –proseguí intentado ignorar sus gestos y volver a mi oficina mientras él me seguía con una sonrisa en sus labios –

    –Bueno, por ahora te creo.

    Podría decir que mis limitaciones se perdieron en algún lugar entre la soledad de pasillo, la ingenuidad del niño y mis deseos impuros por él.

    –Kaito, te enseñaré algo que no debes enseñarle a nadie ¿Entiendes? –Lucí bastante serio, él me sonrió para sentarse entre mis piernas asintiendo y diciendo; entiendo, entiendo. Yo estaba muy seguro que él no entendía –

    Tomé su carita regordeta, sus labios eran rosados y algo carnosos sus ojos azules me miraron con curiosidad y yo satisfacía la mía besando los suyos, no paso de un pico demasiado inocente porque el niño había apretado los labios como si le fueran mostrado un pedazo de repúgnate brócoli. Él dijo mi nombre y yo le pedí que abriera la boca tardo en hacerlo y cuando lo hice, pude desfrutar de su pequeña boca inexperta de cómo sus pequeñas manos se apoderaron de mi bata apretándola de como hacia ligeros gestos para poder respirar y de pequeños temblores que se apoderaron de su cuerpo.

    –No tienes que hacer esto con nadie, ni mostrárselo a nadie, solo conmigo será nuestro juego ¿Entiendes? –él miro hacia el suelo un rato una pequeña lágrima corrió por sus ojos me sentí terriblemente mal pero él pequeño afirmo saltó de mis piernas y luego salió corriendo del lugar –

    Dios, a que limite había llegado mi inhumanidad que había decidido aprovecharme de un niño.

    –Kamui –Habló Yuma, uno de mis superiores y yo me detuvo de mi caminata, él con su semblante serio se cruzó de brazos mirándome como si yo supiera de que venía a quejarse –

    –Si, en que puedo ayudarle.

    –Al parecer te has estado tomando ciertas libertades con Kaito –Mi corazón quiso salirse de mi pecho por aquellas palabras –No serías el primero –Aquellas palabras me hizo sentir un revoltijo amargo en mi estómago y la bilis queriendo correr por mi garganta – pero quiero que entiendas que él es solo un experimento más.

    –Lo entiendo perfectamente señor ¿Algo más? –él negó y yo proseguí con mi camino demasiado contrariado por mis decisiones –

    Si, Yuma tenía razón, me había tomado libertades con Kaito es que ese niño era demasiado tierno para su propio bien. Si también sabía que algunos se aprovechaban de los niños, Sí, como todos había hecho la vista ciega, ¿pero hacerlo yo mismo? No, no, yo no había cruzado los límites, Kaito seguía viniendo a mí y yo no había pasado más allá de besos.

    A pesar de que el lado oscuro de mi alma me gritara que lo hiciera.

    –Ah, ¿lo hago mejor? –me pregunto separándose de mí, sus labios estaba rojos sus ojos vidriosos y su pecho subía y bajaba intentado devolverle aire a sus pulmones –

    –Sí, lo haces mejor –Deje un beso en su frente –
    Tal vez hubiera desistido si él no fuera seguido viniendo, si no fuera seguido sentándose en mis piernas si no quisiera seguir persiguiéndome por él lugar, porque la parte oscura de mi alma deseaba destrozarlo hacer que gritara tomar todo de él y que no quedará nada acaricie su cintura y él soltó una risita diciendo; que yo le hacía cosquillas.

    –Me alegra hacerlo mejor –Se arrodillo entre mis piernas rozando ciertas partes que no debía haciendo presión mientras se estiraba para alcanzar mis labios luego de haber logrado su cometido se bajó de mi regazo y se sentó en una pequeña silla cerca de mi escritorio para permitirme trabajar –

    Este niño será mi perdición fue lo único que pensé.

    Había obtenido varias quejas de científicos hacia mi persona por no solamente estar tomándome ciertas libertades con Kaito las cuales podían impórtales muy poco mientras yo no las hiciera enfrente de su ojos, no lo que le molestaba era el cariño que yo estaba ganando por el niño llegando más temprano que los demás y terminando mi turno más tarde que los otros.

    Cada vez que sabía que iban a experimentar con Kaito yo lo llamaba y lo encerraba en algún lugar diciéndole que era un juego cuando los demás los buscaban y me preguntaban de su paradero yo decía que no lo había visto o que andaba correteando en algún lugar.

    –Kaito, juguemos a las escondidas –él asintió sonriendo para luego salir corriendo e irse a esconder –
    Era como un código para que se retirara y se metiera en aquel lugar donde yo sabía que nadie lo encontraría excepto mi persona, Kaito no era un niño tonto después de todo y si llegaba a sobrevivir estaba seguro que sería un hombre bastante astuto e inteligente pero sus probabilidades eran tan nulas como el que nosotros ganáramos la guerra.

    –Kamui, ¿Dónde se encuentra, Kaito? –Habló Kiyoteru parándose en la puerta de mi oficina yo me encogí de hombros como ignorando su paradero –

    –No lo sé, hace poco salió corriendo mencionando algo de jugar con Miku o algo así –le reste importancia al asunto mirando mis papeles, las líneas de los labios de Kiyoteru era firme terminando al final en una mueca sus cejas estaba fruncidas mirándome con desaprobación –

    –Yo sé que has estado tomándole cierto cariño “particular” a Kaito y me importa muy poco lo juegos que hagas con él –Expreso –pero no evitaras para siempre lo inevitable y no protegerás para siempre a tu juguete –Bufó para irse de allí –

    Sabía que estaba molesto porque hace poco la niña con la que le gustaba “jugar” había fallecido a la pequeña le habían quitado brazos y piernas y él le había arrancado los dientes según lo que escuche para que no mordiera era su muñeca por así decirlo pero se la rompieron.

    A diferencia de él yo haría cuanto pudiera por proteger a Kaito.

    – ¿Ya no me están buscando? –pregunto cuando fui a nuestro pequeño escondite, sonreí para cargarlo entre mis brazos –

    –No, fuiste un niño muy paciente.

    – ¿me vas a besar como recompensa?

    Diablos, enserio este niño será mi muerte.

    Aunque estaba muy seguro de que yo podría ser lo suficientemente inteligente como para proteger a Kaito sin poner en riesgo mi trabajo un día estuve realmente exhausto las horas extras me cobraron factura cuando me percate de la hora me levanté de golpe me arregle tan rápido como pude y salí sin siquiera haber tomado un mísero pan de desayuno. Al llegar intente actuar tan natural como pude pero me encontraba demasiado ansioso, durante mi turno normal Kaito no llego a buscarme en mi oficina, ni siquiera cuando tuve que recorrer el área donde él usualmente transitaba.
    No lo vi por ningún lado y esto me horrorizo pensando que por mi idiotez de haberme dormido se había llevado a Kaito de mi lado.

    Como último recurso decidí buscar en nuestro escondite con el corazón en vilo diciéndome que si allí no estaba él entonces tendría que enfrentar la absoluta decepción de haberlo perdido. Pero para mi suerte o mi desgracia Kaito estaba allí acurrucado sus ojos estaban rojos por haber llorado por horas y rastros de lágrimas corrían por su mejilla.

    –Kaito, ¿Qué pasa? –me arrodille a su lado y él se sobresaltó al verme negó con la cabeza diciendo; que no era nada –puedes confiar en mi ¿lo sabes? ¿No?

    –Yo…perdí –murmuro mirando hacia la pared mientras sus uñas se clavaban en sus piernas dejando marcas rojas –perdí.

    – ¿Qué perdiste?

    –El juego, el juego –negó –fui tan tonto por perder.

    Después de ese día él actuaba diferente con una expresión triste en esos hermosos ojos azules mar, no sabía por qué, él tampoco me decía la razón; aquello no me gustaba en lo absoluto quería saber que le pasaba que lo tenía triste porque andaba tan metido en sus pensamientos, por qué ya no sonreía ¿Qué juego era esa que él había perdido?

    –Kaito, ¿Estás bien? –Le pregunte como si no hubiera hecho esa pregunta ya ciento de veces –

    –Mh, si, juguemos –Habló para sentarse en mis piernas sonriéndome –Juguemos –me tomó de mi corbata colocándose de rodillas y besándome, a niño malcriado si supiera lo que haces en mí y todo lo que creas –

    Hicimos esto durante un rato pero esta vez no se bajó de mis piernas se acomodó y se quedó dormido, sonreí ante su desmesurada ternura le coloque mi bata como si una manta se tratara y lo acomode en esa silla donde solía sentarse.

    –Kamui, ya es tarde es hora de irse o ¿Harás doble turno como siempre? –Habló, Kiyoteru regalándome esa sonrisa burlona y una inclinación de ceja escéptica –

    –Doble turno –Sus labios se fruncieron y negó con la cabeza murmurando algo que no le tomé demasiada importancia –

    Estuve trabajando durante un largo rato el sueño comenzaba a hacer mella en mí, a lo que Kaito se despertó de su pequeña siesta –Gakupo –expreso frotándose su ojo izquierdo intentado abandonar el sueño –

    – ¿si? -Hablé sin quitarle atención a lo que hacía he intentado contener un bostezo por la fatiga –

    –Gracias, muchas gracias –me sonrió, aunque no era una sonrisa que llegaba del todo a sus ojos él estaba bastante triste –

    –De nada –Quería preguntarle él porque pero solo decidió salir corriendo y perderse entre los pasillos dejándome intrigado los niños son algo confusos pensé. –

    A la mañana siguiente fui a trabajar temprano como siempre, está vez Kaito no vino corriendo hacia mí lo busque en el escondite pero allí tampoco estaba, lo busque por todos los lugares.

    Hasta que lo encontré estaban investigando con él; no fue imposible no darme cuenta cuando el piso estaba manchado de sangre y su cuerpo no tenía su cabeza o incluso el hecho de que sus ojos estaban vendados.

    Él realmente había perdido ese maldito juego que los indiferentes sádicos había decidido jugar con los niños y que nosotros ignorábamos o como en la mayoría de los casos hacíamos la vista ciega ¿No lo llevaba haciendo ya por un tiempo remotamente largo? Luego de que no solo niños fueran recluidos a este lugar si no mujeres, hombres y ancianos experimentado con ellos de una manera atroz que dejaba la humanidad de lado para volverse el epitome del sadismo y la crueldad. Intente que el hecho no me afectara ¿Debería? ¿Por qué debería? Pero mi pecho no podía con el dolor e intente tranquilizarme refugiándome en mi oficina hasta estar lo suficiente dueño de mí como para poder continuar como un hombre de deber que era con mi trabajo.

    Ahora que lo estaba odiando cada día más profundamente y que no veía valores científicas en lo que hacíamos más que la crueldad por aquellos que no eran de nuestra misma estirpe, era presumible luego de la guerra que la mayoría de reclusos aquí fuera de hecho de linaje chino. Todo comenzó a darme vuelta intentado retener una excusa para continuar; para ignorar todo bajo los parámetros y seguir con mi trabajo como debía ser.
    Pero tenía ganas de vomitar, tenia deseos de correr y solamente quería escapar del lugar como si me faltara el aire y la habitación se volviera cada vez más pequeña.

    Con la partida de Kaito me di cuenta de las atrocidades cometidas en el lugar, como si hubiera perdido la capacidad ignorarlas, deliberadamente golpeaban mi cabeza una y otra vez como si fueran fantasmas persiguiéndome.

    –Gakupo –Era su voz y al levantar la vista pude verlo seguramente la cordura había decido abandonar mi mente en este momento creándome alucinaciones que no era verdaderas –No estés triste –intente tocarlo pero mi mano lo traspaso como una especie de fantasma –

    –Kaito –Fue lo único que mi cerebro perdido de toda racionalidad pudo pronunciar, sus pequeñas manitas tomaron la mía aferrándose como un pequeño hormigueo imperceptible en mi mano dejándome una ligera sensación de frío –

    –Todo está bien –Dijo pero eso no me trajo alegría en lo más mínimo ¿Cómo él podía perdonarnos? ¿Cómo este pequeño podría tener la suficientemente ignorancia para perdonar toda la maldad de la humanidad que fue mostrada a sus ojos y utilizadas en él? O incluso como siendo un morador del mismísimo infierno pudiera tener la inocencia para perdonar a aquellas personas que le han causado un daño irreparable a su vida y ahora a su no vida. –

    En estos momentos despreciaba a Yuma y Kiyoteru que intencionalmente me alejaron de Kaito pero también me odiaba a mí mismo por ser partícipe de tantas atrocidades y nunca intentar algo para detenerlo ¿Qué motivos había aquí además de causar la muerte más dolorosa posible? Y como si Kaito fuera el detonante para cambiar mi percepción de la vida lo vi a él a su fantasma y no solo el suyo a todos aquellos a lo que le habíamos causado daño persiguiéndome y Kaito siendo la criatura de luz que me protegía de todo el odio de los demás residentes del infierno.

    –Los odio a todos ellos –murmuro firmemente observando como mis “camaradas” hacían sus experimentos con una mujer embarazada –

    –Yo soy como ellos, Kaito.

    –No es verdad, Gakupo. Tú eres bueno.

    –Niño ingenuo y tonto deberías irte.

    –si me voy entonces ¿Quién te defenderá de las criaturas oscuras que intentan llevarse tu alma? No puedo, porque Gakupo es importante para mí y yo te cuidaré.

    Debería decirle que yo no soy bueno y que incluso no tengo alma pero desapareció de mi vista como un humo que flota de un cigarrillo lejos en el aire, aunque sabía que en algún momento en otro lugar podía verlo ¿Realmente me estaba volviendo loco? Renuncie a mi trabajo firmando un contrato de total confidencialidad y que las atrocidades que vieron mis ojos y de las cuales fui participe quedaran en total silencio. Era mejor renunciar antes de que me dieran por loco y me internaran como uno más de los pacientes ¿Cómo puedo ser tan cobarde que no quise compartir el infierno que le he causado a otros seres?

    Era muy simpe; soy una criatura despreciable.

    En el transcurso que siguieron a los años no volví a ver a Kaito ni a ningún otro ser fantasmal más que mi constantes pesadillas demostrándome el despreciable ser que era y despertándome con un sudor frío en las noches y ganas de vomitar hasta no dejar nada en mi estómago.

    Me decidí por tener una vida normal o más normal de lo que se puede tener cuando tu país esta económicamente inestable y todo parecía irse a la ruina, decidí experimentar con plantas y crear medicinas nuevas que pudieran ayudar a las personas en vez de crear la vida eterna porque todo sabíamos que algo como eso no era posible en manos humanas.

    No deseaba tener una pareja fuera porque ese pequeño niño se había robado para siempre mi corazón que solo era llenado con su recuerdo o por mi simple conciencia diciéndome; lo abominable que era y que jamás nadie sería feliz a mi lado.
    Pero mis padres organizaron tantas citas matrimoniales que al final me obligaron a casarme porque yo debía dejar descendencia y siendo el único hijo varón de mi padre el apellido Kamui no podía borrarse el nombre de mi esposa era Luka pero éramos tan poco compatibles que era más tiempo de lo que pasábamos uno a alejado del otro que el de encontrarnos como marido y mujer.

    Tuve un hijo con ella por deber familiar para entregarle la tranquilidad a mi madre de que al fin podía tener un nieto decir que Luka no lo quiso era poco fui yo que desde su más tierna edad tuve que hacerme cargo de mi hijo a quien destetaron a los meses de nacido y quien durante su infancia solo conoció el cariño de su padre porque su madre se negaba rotundamente a siquiera llamarlo hijo.

    Para mi mayor alegría mi hijo tenía los ojos de Kaito unos profundos y bellos ojos azules que me traían el recuerdo de la criatura más dulce e inocente que podía existir en la tierra y que nunca quería que abandonara mis brazos como si fuera Kaito diciéndome; cuida de este niño como cuidaste de mí.

    Fue durante muchos años un bálsamo para mi dolor y heridas que no sabía que tenía pero que se había negado a sanar. Por supuesto que no tuve ningún deseo insano por mi hijo y de hecho por ningún otro niño, era simplemente que Kaito me tenía tan embelesado que no pude evitar enamorarme del niño por más asquerosamente enfermo y pederasta que eso sonara tanto que a veces me enfermaba a mí mismo.

    –Papá, ¿por qué siempre tu mirada es tan triste? –Me pregunto, mi hijo sin duda era un niño inteligente y curioso –

    –Por lo fantasmas de mi pasado hijo –le respondí sabiendo que algo simple no complacería su curiosidad ni sus preguntas –

    –Quiero curar tus heridas, papá.

    –Ya lo haces mi niño, eres mi luz y mi nuevo día –Tomé su manita para darle un beso –Eres mi orgullo –él me brindo una gran sonrisa que podía enternecer el corazón de cualquiera y el mío siempre estuvo bajo su efecto –

    Los años iban transcurriendo y mi hijo de un niño paso a ser un adolescente y luego un adulto consiente de sus alrededor y su deberes como hijo a mi “amada” esposa la mando a un asilo de ancianos cuando no pudo soportar más de sus arrebatos y recordó todo lo malo que le hizo pasar durante su crecimiento.

    –Papá –me dijo sentándome a mi lado en aquella cama yo no me podía mover con facilidad mis piernas no me lo permitían habían cedido muchos años a su deber de transportarme por el mundo –

    – ¿Si? –Estaba en lo últimos de mis días así como Kaito alguna vez lo supo yo también –

    –Realmente te amo, aprecio todas y cada una de las cosas que hiciste y has hecho por mí pero sé muy bien que tu jamás fuiste del todo feliz ¿por qué no me lo dices? –me reí levemente para mirarle él me hizo una mueca pensando que yo tan solo lo trataba como a un niño pero siendo sinceros tal vez para siempre él sería mi niño –

    –Está bien –Le conté sobre todo le conté sobre las investigaciones sobre las atrocidades de la que fui participe le conté sobre Kaito; le relate sobre su inocencia su dulzura y su ingenuidad le conté sobre el afecto insano que desarrolle por un niño de diez años y le conté sobre el día que lo perdí –
    Él se quedó mudo sin saber cómo decirme y una expresión visceral estaba en sus rasgos como intentado dispersar todo el asco que habitaba en su mente – ¿Realmente eso es cierto?

    –Lamento destruir tu estima sobre este hombre atroz y mostrarte que no soy lo que tú creías.

    – ¡No digas esas cosas papá! Usted siempre, siempre será… siempre será mi padre. –Yo solo me reí del intento de mi hijo tan mal camuflado de que no estaba horrorizado por lo que le relate y que no sentía un desprecio hacia este monstruo viejo –

    –Tu siempre fuiste mi bálsamo intente darte a ti lo que él perdió, lo que jamás nadie pudo regalarle intente expiar mis pecados en ti, aunque sé que eso jamás será suficiente para no ir directo al infierno.

    Mi hijo estuvo relatando una serie de razones lo suficientemente justificable para él de porque yo no iría hacia lo que tanto los cristianos temían comúnmente llamado como el infierno pero siendo tan participe como fui de lo que era las atrocidades humanas me di cuenta que el infierno esta entre nosotros mismos.

    Esa misma noche como si mi confesión expiara mis pecados me dormí y yo sabía que la próxima vez que abriera los ojos no iba a ser en esa cama que me había acompañado durante los últimos cuatro años de mi vida.

    Conforme me veía me di cuenta de que estaba caminando nuevamente hacia ese viejo orfanato y que yo había vuelto a ser ese joven de 26 años que trabajaba en esa instalaciones al parecer habitaría como un anima más del lugar del que mi alma no se pudo apartar ni aunque mi cuerpo terrenal lo hubiera abandonado. La demás almas que se encontraba allí estaban listas para atacarme para destruir y despojar los pedazos de mi alma y hacerla pedazos pero una luz corrió entre todas las oscuridad y se transformó en un niño.

    –Sabía que vendrías, Gakupo –Dijo tomándome de la mano y brincando de alegría –Sabía que volverías por mí.

    –Kaito –Como aquel día mi mente estaba abarrotada de tantas preguntas que lo único que mi lengua pudo interpretar como lo último de mi inteligencia fue la pronunciación de su nombre, Kaito comenzó a brillar ante mí y su cuerpo tomo la forma de un adulto con unas hermosas alas blancas en su espalda –

    –Es hora de que ambos descasemos, Gakupo –Me dijo dejando un beso en mi mano y brindándome una gran sonrisa que me hizo sentir como un púber coloreando mis mejillas y deshaciendo en mil pedazos mi corazón para luego revivirlo y hacerlo latir tan fuerte que podría salir de mi caja torácica si quisiera –Te he esperado por demasiado tiempo.

    –Es hora –Sonreí y me vi atrapado en una intensa luz por aquel niño que desde hace muchos años me había robado el corazón –

    Fin.
     
    Top
    .
1 replies since 1/11/2020, 09:05   80 views
  Share  
.